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Apuntes: Temas XI y XII -Historia 1º Bach.-

 

I.E.S. Alba Plata (F. Cantos)

Dpto. de Geografía e Historia

Felipe Lorenzana de la Puente

 

                       TEMAS XI y XII:

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LA GUERRA FRÍA Y LA POLÌTICA DE BLOQUES

 

I. ANTECEDENTES.

Los antecedentes de la Segunda Guerra Mundial se hallan en el expansionismo de Alemania, Italia y Japón, motivado por la necesidad que alegaban de tener de un espacio vital donde explotar las materias primas de las que era deficitarios y alojar sus excedentes demográficos. Era también una reacción a los tratados de paz de la I Guerra Mundial, que habían perjudicado a Alemania y no habían satisfecho a Italia ni a Japón en sus aspiraciones territoriales. Por último, esta política expansionista se llevó a cabo porque fue consentida por las democracias europeas, quienes no advirtieron de que se trataba de la antesala de un nuevo conflicto mundial.

  • M El expansionismo italiano se centró en la ocupación de Etiopía en 1935 y de Albania en 1939.
  • M El alemán se produce tras la denuncia que hace del Tratado de Versalles y el abandono de la Sociedad de Naciones. Hitler procedió a partir de 1936 a la remilitarización del Sarre, lo que tenía vetado por las condiciones de aquel tratado, y en 1939 obtuvo el consentimiento francés y británico para ocupar Austria y la región de los Sudetes checoslovaca.
  • M El expansionismo japonés se centra en Manchuria (norte de China) desde 1937.

El antecedente más significativo de la II Guerra Mundial fue la Guerra Civil española (1936-1939), en la cual no fue respetado el acuerdo internacional de no intervención en la misma. El bando rebelde del general Franco obtuvo el apoyo de Italia y Alemania, quienes tuvieron así la oportunidad de probar el armamento que habían ido fabricando intensivamente durante los últimos años. Por su parte, el bando republicano no contó con el apoyo de las democracias occidentales ni siquiera para al abastecimiento de armas. Sólo la URSS y los voluntarios de las Brigadas Internacionales acudieron en su defensa. La Guerra Civil, en fin, demostró la alianza entre Alemania e Italia, les sirvió de preparativo militar y ratificó la actitud pasiva del resto de los países europeos y de Estados Unidos ante el expansionismo y la beligerancia de los regímenes totalitarios.

 

II. LA POLÍTICA DE ALIANZAS.

II.1. Los países del Eje.

Se trataba de Alemanía, Italia y Japón. Tenían en común que no aceptaban los tratados de paz de la I Guerra Mundial, que sus economías habían sido muy dañadas por la crisis de 1929 (aunque habían conseguido recuperarse por sus propios medios), que tenían regímenes dictatoriales y presumían de un anticomunismo feroz. Sus intereses, además, no chocaban entre sí: Alemania tenía su mirada puesta en Europa central y oriental, Italia en el Mediterráneo y Japón en China y el Pacífico.

  • Alemania era, en 1939, de nuevo, la primera potencia económica de Europa, aunque muy dependiente de las materias primas foráneas. Su ejército era también el más poderoso, modernizado y con un gran número de efectivos humanos. Contaba con 139 divisiones, 3.500 tanques, 5.200 aviones y una flota poderosa.
  • Italia disponía de una armada muy competente. Su economía, sin embargo, era muy dependiente del sector exterior, lo cual podría perjudicarle si quedaba aislada en caso de guerra.
  •  Japón contaba con un potentísimo ejército, destacando la armada, pero también dependía del exterior para el suministro de energía y materias primas.

 

II.2. Los aliados.

Los países que se aliarán contra el eje en la II Guerra Mundial estaban menos cohesionados, y sólo les unía el temor al expansionismo alemán, aunque lo interpretaban de distinta manera: para Francia y Gran Bretaña era un contrapeso al comunismo soviético, y para la URSS la guerra podría ofrecerle posiblidades para recuperar los territorios perdidos por el tratado de Brest-Litovsk (1917) y para extender internacionalmente la revolución comunista. Una vez que consideraron la guerra como algo inevitable, las potencias occidentales pretenderán desviarla hacia la URSS (quien fue excluida de la Conferencia de Munich de 1939 que consintió la expansión alemana hacia centroeuropa), mientras que los rusos harán lo propio tras firmar con Alemania en 1939 un tratado de no agresión. Por último, los Estados Unidos se mantenían al margen de la problemática, si bien eran más afines políticamente a Francia y al Reino Unido.

  • Francia y el Reino Unido eran potencias económicas de nivel inferior a Alemania (la producción de ésta igualaba a la de esos dos países juntos), tenían una economía orientada hacia el sector exterior y su capacidad militar consistía en ejércitos reducidos y anticuados, si bien su poderío naval les permitiría asegurar los abastecimietos. Sus abundantes colonias no eran una ventaja excesiva para la guerra (a fin de cuentas, constituían nuevos frentes que habría que defender). En definitiva, necesitaban aliarse entre sí y buscar nuevos aliados para hacer frente a Alemania. Durante la guerra, Francia fue ocupada rápidamente por los germanos y poco pudieron contribuir al desarrollo de la misma en otras latitudes. Gran Bretaña llevó entonces el peso de la guerra hasta la implicación en ella de la URSS y de Estados Unidos a partir de 1941.
  • 7 La URSS tenía un enorme peso territorial y demográfico, un ejército moderno y un crecimiento industrial sostenido, aunque inferior aún al alemán. Disponía de materias primas abundantes. Su objetivo era recuperar las áreas perdidas en 1917. Intervendrá como aliado desde 1941 tras la ruptura, por parte alemana, del pacto de no agresión; su actuación sería decisiva para que los alemanes iniciaran el repliegue definitivo que les conducirá a la derrota.
  •  Estados Unidos, por último, contaba con un desarrollo económico sólido que incluso conseguirá incrementar durante el transcurso de la guerra, al no afectarle ésta directamente. Su ejército, reducido (150.000 soldados), poseía una gran capacidad de rearme al controlar las materias primas de América Latina, básicas para la industria bélica. Su intervención en la guerra era una mera cuestión de solidaridad con las democracias europeas; consistió, en un principio, en impedir el bloqueo alemán de Gran Bretaña, y se involucró directamente cuando Japón destruyó su base de Pearl Harbour, en el Pacífico, en 1941.

 

III. EL DESARROLLO DE LA GUERRA

De forma esquemática, los principales episodios de la II Guerra Mundial se sucedieron de la siguiente forma:

  •  1 de septiembre de 1939: ocupación de Polonia por Alemanía para crear un pasillo que le comunicara con Prusia oriental. Francia y Gran Bretaña le declaran la guerra e intentan conseguir el apoyo soviético, pero los nazis lo obtuvieron antes firmando un pacto por el que Hitler se compromete a no agredir a la URSS, mientras ésta quedaba con las manos libres para ocupar los territorios del Báltico perdidos en 1917.
  •  Alemania ocupa la mitad de Francia e impone un gobierno títere (al mando del mariscal Petain) en la otra mitad, lo que obliga a Gran Bretaña a llevar el peso de la guerra contra los alemanes.
  •  En 1941 intervienen los soviéticos tras ser agredidos por Alemania y romper así el pacto firmado dos años antes. Su misión será, en principio, contener al ejército nazi y, desde 1944, empujarlo hacia occidente. Su ejército será el primero en llegar a Berlín, propiciando la rendición alemana.
  •  También en 1941 se produce la intervención directa norteamerica en el Pacífico para responder a los ataques de los japoneses. No desembarcarán en Europa hasta 1944 siguiendo dos caminos: Italia, que acabará por abandonar a Alemania y unirse a los aliados, y Francia (desembarco de Normandía). Tras liberar Francia, los americanos liderarán el bloque occidental de la alianza hasta la caída de Berlín en 1945.
  • M La guerra finaliza con la destrucción total de Alemania y la carrera de los ejércitos soviético y occidentales, cada uno por su cuenta, por llegar cuanto antes a Berlín. Desaparecido el peligro alemán, ahora el conflicto se centra en la organización de la paz y el reparto de influencias en el nuevo orden internacional, y los protagonistas, enfrentados, serán los rusos y los americanos.

 

IV. CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA II GUERRA MUNDIAL

IV.1. Las conferencias de paz y el nuevo mapa de Europa

Los grandes vencedores de la guerra fueron Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña, aunque serán los dos primeros los que protagonicen el nuevo panorama internacional. Las conferencias tripartitas que celebraron en Yalta (Roosevelt-Stalin-Churchill) y Postdam (Truman-Stalin-Atlee) supusie­­­­­ron el anuncio de un final de la guerra en la que no habría concesiones para los vencidos (Alemania y Japón). Nunca se firmó un tratado de paz, sólo se aceptó su rendición incondicional. El nuevo mapa internacional quedaría de la siguiente forma:

  • Japón cayó derrotado finalmente por los bombazos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 lanzados por Estados Unidos. Perderá las islas Kuriles a favor de la URSS y deberá aceptar la ocupación militar americana durante varios años. El país se transforma en una monarquía parlamentaria, aunque regida por el mismo emperador que llevó al país a la guerra, Hiro Hito.
  • Italia no fue represaliada gracias al apoyo que ofreció a los aliados en las postrimerías de la guerra. El apoyo del rey Victor Manuel a Mussolini le costará el trono. El país se transforma en república, y los americanos evitarán que los comunistas, que logran un gran apoyo electoral en los primeros plebiscitos convocados, puedan formar gobierno.
  •  Yugoslavia y Albania se sacudieron el dominio nazi y fascista sin ayuda del exterior, consagrando a Tito y Hoxa como líderes absolutos respectivamente. Formarán gobiernos comunistas, aunque no entrarán en la órbita directa de la URSS.
  • Grecia fue liberada por Gran Bretaña y entrará en la órbita de los países occidentales. Su convulsa historia política entre 1945 y 1980 fluctuará entre la dictadura y la democracia, la monarquía y la república.
  •  Polonia alcanza de nuevo la independencia tras expulsar los soviéticos a los alemanes, aunque verá modificada sus fronteras: pierde la zona oriental, que será recuperada por la URSS, y gana una gran franja occidental hasta el río Oder en perjuicio de Alemania. Su gobierno derivará progresivamente hacia el comunismo prosoviético.
  •  Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Hungría fueron también países liberados por la URSS, formando gobiernos comunistas bajo su control directo.
  •  Lituania, Letonia y Estonia pierden la independencia alcanzada en 1917 y se integran en la URSS. También lo hará el territorio de Prusia oriental, que era parte de Alemania.
  •  Austria quedará como país independiente. Su apoyo a Alemania no se tradujo en especiales represalias. Sus gobiernos serán democráticos y prooccidentales, pero estará obligada a mantener una neutralidad absoluta en el concierto internacional.
  • España, aunque había apoyado a los nazis, continuará padeciendo el régimen del calvillo. Los aliados occidentales prefirieron no intervenir contra él porque, a fin de cuentas, Franco eran un decidido anticomunista. No obstante, se impuso su aislamiento internacional hasta mediado los años 50, quedando excluida de los planes de reconstrucción económica de Europa.
  •  Francia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia recuperan su integridad territorial tras la expulsión de los alemanes. Tendrán gobiernos democráticos y serán aliados de EE UU.
  •  Reino Unido apenas pudo saborear la victoria debido al protagonismo estelar que alcanzaron la URSS y EE UU y al enorme problema que se le plantea de inmediato con el proceso de descolonización. La pérdida de su imperio la convertirá en una potencia mundial de segundo orden.
  •  Por último, Alemania fue el país que mayores cambios experimentó. Su territorio fue dividido en 4 zonas, cada una de las cuales quedó bajo el control directo de la URSS, EE UU, Reino Unido y Francia. Su capital, Berlín, sufrió idéndica división. Posteriormente, los occidentales renunciarán a sus territorios en beneficio de la creación de la República Federal de Alemania en 1949. Los rusos, por su parte, propiciarán la creación en el mismo año de la República Democrática de Alemania en el territorio que controlaban, incluyendo la mitad oriental de Berlín. La primera será un país democrático y pro occidental, ingresando en la Comunidad Económica Europea y en la NATO. La segunda será comunista y quedará bajo el estrecho control de la URSS. Las represalias políticas contra Alemania se centraron en la desnazificación y en la creación del Tribunal Inrternacional de Nüremberg, encargado de procesar a los más destacados dirigentes nazis; las represalias económicas (reparaciones de guerra, desmantelamiento de la industria pesada…) se olvidaron pronto, ante la necesidad de incorporar al país a la órbita de la civilización. Al fin se había aprendido la lección negativa del final de la I Guerra Mundial, cuando sus tratados de paz humillaron a los alemanes y les lanzaron de lleno hacia un nuevo conflicto internacional
  •  Estados Unidos y la Unión Soviética, los grandes vencedores de la guerra, se convierten en los garantes del nuevo orden internacional, ante al ausencia de un tratado de paz. Se han repartido las influencias e intervendrán activamente si algún país quiere salirse de madre.

 

IV.2. El declive europeo y la hegemonía de EE UU y la URSS

La decadencia europea no es sino el lógico resultado de la guerra: en torno a 40 millones de muertos, 20 millones de desplazados, millones de europeos pertenecientes a etnias diferentes masacrados en los campos de concetración, ruina material y económica por doquier. El viejo contienente sólo podrá salir adelante gracias a la ayuda económica de EE UU (Plan Marshall) y de la URSS en sus zonas de influencia respectivas.

El predominio estadounidense es incontestable. Es la primera potencia económica mundial y mantiene un equilibrio militar con la URSS. Sustituye al Reino Unido en el papel de policía de la política internacional, convirtiéndose en el líder del mundo capitalista. La dependencia que adquiere Europa Occidental con respecto a los americanos será completa y duradera, puesto que necesita de sus créditos para la reconstrucción económica y de su poderío político y militar para alejar la amenaza comunista.

Dicho predominio tiene su contrapeso en la URSS, la otra superpotencia mundial, árbitro de la mitad oriental de Europa (cuyos países han ido estableciendo regímenes comunistas afines al soviético) y, en general, del movimiento revolucionario socialista internacional. Ha aumentado su extensión territorial y compite con EE UU en poderío militar.

El distanciamiento entre los grandes vencedores se hace evidente tras el final de la guerra. Sus intereses no sólo son diferentes, sino enfrentados.

 

IV.3. La organización de la paz. La creación de la Organización de las Naciones Unidas.

El fracaso de la Sociedad de Naciones, incapaz de evitar la guerra, hizo necesaria la creación de un nuevo organismo que asumiera el arbitraje de la paz y sentara las bases de un nuevo diálogo internacional que impidiese el estallido de un nuevo conflicto mundial. La carta fundacional de la ONU, del 26 de junio de 1945, declaraba que los principales objetivos eran:

  • ÿAsegurar el orden internacional por medios pacíficos
  • ÿDefender los derechos del hombre
  • ÿEstablecer la igualdad entre todos los pueblos
  • ÿReconocer a todos los países el derecho a organizar su propia defensa
  • ÿRenunciar a intervenir en los asuntos internos de cada país
  • ÿAplicar sanciones políticas, económicas y militares (los cascos azules) cuando la ocasión lo requiriera con una finalidad pacificadora.

Todos los países que se comprometieran a respetar la Carta podían ser miembros de la ONU, en cuya sede neoyorkina se organizaría la Asamblea General (donde están representados todos los países miembros), el Consejo de Seguridad (formado por cinco miembros permanentes -EE UU, URSS, Reino Unido, Francia y China- con derecho a veto, más otros diez rotatorios) y el Secretariado General. Progresivamente se irán formado organismos dependientes de la ONU: la UNESCO (educación e infancia), la OIT (trabajo), la OMS (salud), el Tribunal Internacional de la Haya (derechos humanos), etc.

Con dicha estructura, y de acuerdo con el nuevo orden internacional, la ONU sólo funcionaba (y funciona) eficazmente cuando las dos superpotencias están de acuerdo. Sucede lo contrario cuando se da un conflicto en el que alguna de ellas está inmerso, directa o indirectamente. El derecho al veto de alguno de los miembros que lo tienen paraliza la mayoría de las veces las buenas intenciones del organismo, y las enormes dependencias y servidumbres creadas impiden al resto de los miembros votar con entera libertad en el Consejo y en la Asamblea. A veces, incluso, sus resoluciones no tienen ningún valor cuando a los americanos no les gustan (por ejemplo, la ocupación de Palestina por Israel o la invasión de Iraq en 2003).

 

V. LOS BLOQUES POLÍTICO-MILITARES

Estados Unidos y Unión soviética, las grandes vencedoras de la Guerra, fueron, entre 1945 y 1991, las dos superpotencias. Pero sus diferencias comenzaron a exponerse muy poco tiempo después de la paz. Ambas han polarizado el destino de los demás países, estableciéndose entre aquellas una pugna por asegurarse zonas de influencia económica, militar y política. Representaron dos modelos distintos, y por tanto dos formas de entender el mundo, que han querido imponerse la una sobre la otra: los americanos representaron el capitalismo y, teóricamente, la democracia; los soviéticos, el comunismo. No creamos, sin embargo, que el primero ha luchado siempre por las libertades en el mundo, ni el segundo por la liberación de los pueblos contra la opresión. Por lo que realmente han luchado es por conseguir países adictos y sumisos a sus políticas. Han luchado por la hegemonía, sin importarles apoyar, siempre que les conviniese, a dictadores impresentables, a golpistas snaguinarios, a guerrillas o quien les garantizase su favor.

La paz se ha visto, así, continuamente amenazada, pero, quizás gracias al equilibrio establecido entre los bloques que cada superpotencia ha conseguido crear en torno suyo, nunca ha estallado la guerra, al menos directamente entre ellos. Se trató de un equilibrio basado en el potencial militar, que es disuasorio y estabilizador: ya que ni los EE UU ni la URSS han estado completamente seguros de que podían vencer, han preferido rehuir el enfrentamiento directo y hostigarse mediante terceros países.

  •  El bloque occidental liderado por EE UU, el de las "democracias" capitalistas, se consagra con la creación en Washington en 1949 de una alianza militar, la NATO (North Atlantic Treaty Organization, OTAN en versión hispana), con el objetivo, declarado en sus estatutos, de defender las libertades democráticas mediante una estrecha colaboración política y económica, aunque en el fondo ha primado la colaboración militar: unificación de los contingentes militares, creación de una estructura propia y establecimiento de un mando único. Formaron parte de él inicialmente EE UU, Canadá, Francia, Dinamarca, Bélgica, Gran Bretaña, Italia, Islandia, Noruega, Luxemburgo, Portugal, Holanda y Grecia. En 1952 se une el tratado Turquía, en 1954 la República Federal Alemana y en 1981 España.
  •  Como respuesta a este bloque, en 1955 se establece el Pacto de Varsovia entre las "democracias populares" de la órbita de la URSS, es decir, los países que liberó de los nazis y que formaron, bajo sus presiones, gobiernos comunistas: Checoslovaquia, Bulgaria, Polonia, Rumanía, Hungría y, por supuesto, la Unión Soviética.

No acaban en esos listados los países "amigos" de cada superpotencia. Con otros de distintas latitudes firmarán acuerdos políticos, económicos y de defensa, casi siempre encaminados a poder establecer en ellos bases militares: así, por ejemplo, tenemos la alianza entre URSS y Cuba, o entre EE UU y España. Una vez ingresados en el club, los cabecillas no les consentirán ninguna veleidad hacia el enemigo: de esta forma, las presiones americanas "invitaron" a Italia o Francia a no permitir que los comunistas entrasen en sus gobiernos, y al general chileno Pinochet le organizaron el golpe de estado que acabó con el presidente socia­lis­ta Allende en 1973; en el otro lado, la URSS aplastó sin dudar los movimientos populares habidos en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1969 (la Primavera de Praga), que reclamaban mayores libertades.

 

VI. LA GUERRA FRÍA Y LOS CONFLICTOS INTERNACIONALES

Llamamos Guerra fría al ambiente de tensión prebélico existente en el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial entre EE UU y la URSS, que no llegó a desembocar en un enfrentamiento directo, sino en multitud de pequeñas y no tan pequeñas guerras en las que participaban países de su entorno. Realmente, como ya se apuntó antes, no fue tanto un enfrentamiento ideológico entre capitalismo y comunismo como una carrera por la dominación mundial, en la que aprovechaban momentos y lugares críticos, como la descolonización del Tercer Mundo, para echar sus redes y pescar adictos. Teóricamente, sin embargo, entraban en conflicto la "doctrina Truman" (el presidente norteamericano de la posguerra) que pretendía liberar a los pueblos del comunismo bajo la consigna de paz y democracia, y la política de Stalin de que la paz se conseguiría luchando contra el imperialismo encarnado en los EE UU y contra la opresión de los pueblos a causa del capitalismo.

Para imponer sus criterios, las superpotencias inician una auténtica carrera de armamentos que tenía, para cada una, un carácter inicialmente defensivo: contrarrestar la hipotética superioridad militar del enemigo. En ella será baza fundamental la industria del armamento, verdadero negocio económico y político, puesto que sus mentores arrastrarán a esa carrera a los países aliados, estableciéndose a la vez una nueva dependencia a través del mercado de las armas. Pero tanto como la capacidad productiva, interesaba la equiparación tecnológica, puesto que las armas son cada vez más un prodigio de la ciencia: no sólo las armas convencionales, remozadas y perfeccionadas, que seguirán siendo los instrumentos de guerra básicos, sino sobre todo los satélites espaciales (para misiones de espionaje y planificación), las armas químicas y el equipamiento nuclear. Este último demostró su terrorífico poder de destrucción en Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces su producción se multiplicó y diversificó (bombas, misiles, submarinos, etc.), pero no se volvió a utilizar; en tal sentido, ha tenido una capacidad meramente disuasoria (meter miedo). Curiosamente, fueron fabricados para aniquilar, pero al final, ante el temor cierto a las consecuencias irreversibles que tendría su uso en toda la tierra, sirvieron para firmar los primeros acuerdos de desarme.

Los conflictos internacionales donde se vieron implicados los bloques fueron, fundamentalmente:

  •  ALEMANIA: Dividida entre los países vencedores de la II Guerra Mundial, en 1948 se unificaron las partes controladas por EE UU, Francia, y Gran Bretaña, naciendo poco después la República Federal Alemana como país independiente, con capital en Bonn, e incluyendo en su territorio Berlín oeste. No será castigada por su papel de agresora en la guerra, antes bien se intentará su integración plena en el mundo occidental: plan Marshall de reconstrucción económica de Europa, NATO y Mercado Común. A pesar de albergar bases militares de los tres países mencionados, se le permitirá crear su propio ejército. Al mismo tiempo, los soviéticos propiciaron la creación de la República Democrática Alemana en el territorio por ellos controlado, con capital en Berlín oriental. A su vez, se le incluirá en el Pacto de Varsovia y en el COMECON (mercado común de los países comunistas europeos). Las tensiones entre americanos y rusos a punto estuvieron de provocar una nueva guerra mundial a finales de los años 40: el bloqueo soviético de Berlín oeste tuvo que ser solventado por los yanquees con la creación de un puente aéreo; las negociaciones para lograr la reunificación de Alemania fracasaron y en 1961, para evitar las fugas hacia la parte occidental, se levantó el muro de Berlín. Su presencia, hasta su derrumbe en 1989, representaba no sólo la división de la ciudad, sino también la división de Europa y del mundo en dos bloques irreconciliables.
  •  ASIA: Corea fue, en los 50, el escenario de una guerra civil donde se dirimía el futuro comunista o capitalista del país. EE UU intervino directamente pero no pudo evitar la división final del país (tomando como referencia el paralelo 38) entre el Norte controlado por la URSS y la China comunista de Mao Zedong y el Sur aliado de los americanos. Similar fue el conflicto de Vietnam (1962-1974), saldado con una estrepitosa derrota del ejército de EE UU ante el ejército comunista de Ho Chi Min y la división del país en dos. En Palestina, la creación del estado de Israel en 1948 contó con el apoyo de las potencias occidentales, a costa de la enemiga del mundo árabe, quien se acercará a las posturas soviéticas. El Egipto del presidente Nasser procedió a la nacionalización del canal de Suez en 1956, lo que motivó un conflicto bélico con sus hasta entonces dueños, Reino Unido y Francia, quienes tuvieron que desistir ante la amenaza de intervención por la URSS; poco después, Israel, en una guerra relámpago, le arrebató a Egipto la franja de Gaza, a Jordania la región de Cisjordania y a Siria la península del Sinaí. Más tensiones en la zona se produjeron con motivo de la división de la India tras su independencia (creación de Pakistán y Bangla Desh), la guerra civil en Líbano, la que enfrentó a Irak con Irán y la ocupación soviética de Afganistán y posterior guerra civil. En el mundo árabe, en general, el fenómeno del fundamentalismo islámico (Irán, Argelia, Sudán, Egipto), de carácter antiimperialista, y por tanto antioccidental, está todavía candente.
  •  AMÉRICA LATINA. Considerada por EE UU como su patio trasero, durante todo el siglo XX ha intervenido en aquellos países en los que los comunistas pudieran representar una seria amenaza, como Chile (1973) y Nicaragua (1979), y en otros muchos donde la táctica fue apoyar a las dictaduras, puesto que garantizaban la estabilidad, la lucha contra los revolucionarios y los intereses de las multinacionales estadounidenses. La crisis más importante, en la que estuvieron a punto de enfrentarse las dos superpotencias, ocurrió con motivo de la revolución cubana liderada por Fidel Castro. Bloqueada la isla por EE UU, la URSS no tardó en acudir en su ayuda, a cambio de poder instalar en ella misiles nucleares; éstos fueron considerados una declaración de guerra por el presidente Kennedy. Finalmente, la retirada de los misiles en 1962 se hizo bajo el compromiso de que los americanos respetarían la integridad territorial de Cuba, quien, sin embargo, ha permanecido bloqueada por ellos hasta la actualidad.

 

VII. LA COEXISTENCIA PACÍFICA Y EL DESHIELO RUSO-NORTEAMERICANO

A la muerte de Stalin en 1953, el nuevo gobierno del Nikita Kruschev propició un giro en la política interior y exterior de la URSS. En lo primero, la desestalinización pretendía abrir un tímido camino hacia la liberalización económica y política, aunque sin abandonar las líneas marcadas por la planificación y el régimen de partido único. En lo segundo, se apostaba por la flexibilidad y el diálogo con EE UU mediante la fluidez de las relaciones diplomáticas. El lema de esta política será la coexistencia pacífica: mantener la situación actual de reparto del mundo entre las superpotencias, esto es, consolidar la situación de hegemonía compartida, sin recurrir a la guerra. Kruschev pretendía, así, relajar las tensiones y reducir el enorme gasto militar al que había llevado la carrera de armamentos para aplicarlo en medidas de crecimiento económico con la idea de poder igualarse en este terreno, en un futuro próximo, con Estados Unidos. En 1959, el presidente soviético visitaba EE UU y se reunía con su homólogo Eisenhower en Camp David, firmándose acuerdos que, si bien no tuvieron un gran alcance, al menos sirvieron para establecer un clima de mayor confianza y cooperación entre los dos bloques, base de los futuros acuerdos de desarme: el de limitación de pruebas nucleares (1964) y las conversaciones SALT para una reducción de los armamentos en la década de los años 70.

Aunque las tensiones internacionales disminuyeron desde que ambas superpotencias renunciaron a enfrentarse directamente, ni la carrera de armamentos ni los conflictos localizados en diversas partes del planeta desaparecieron.