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TEMA 4 GEOMETRÍA EN EL ESPACIO

TEMA 4 GEOMETRÍA EN EL ESPACIO.

    1. VECTORES EN EL ESPACIO.

      • Definición de vector en el espacio.

      • Elementos de un vector: Módulo, dirección y sentido.

      • Operaciones con vectores: Suma y resta de vectores, producto de un vector por un escalar.

    1. COMBINACIÓN LINEAL DE VECTORES.

      • Combinación lineal de vectores.

      • Dependencia e independencia lineal de vectores.

      • Base del espacio real. Coordenadas de un vector respecto una base.

    1. COORDENADAS DE UN VECTOR.

      • Sistema de referencia. Sistema de referencia canónico.

      • Coordenadas y módulo de un vector.

                     4. OPERACIONES CON VECTORES EN COORDENADAS.

      • Suma y resta de vectores.

      • Multiplicación de un número por un vector.

      • Suma de un punto y un vector.

    1. APLICACIONES DE LOS VECTORES.

      • Punto medio de un segmento.

      • Puntos alineados.

                      6 ECUACIONES DE LA RECTA EN EL ESPACIO.

      • Ecuación vectorial, paramétrica, continua e implícita.

         

                      7 ECUACIONES DEL PLANO EN EL ESPACIO.

      • Ecuación vectorial, paramétrica y general.

 

                      8 POSICIONES RELATIVAS EN EL ESPACIO.

      • Posiciones relativas de dos rectas.

      • Posiciones relativas de recta y plano.

      • Posiciones relativas de dos planos.

      • Posiciones relativas de tres planos.

Historia 2º BACH. Política europea S.XVI y S:XVII

 LA POLÍTICA EUROPEA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII

 (Por Nieves Núñez)  

 

RRCC

Carlos I-V           s. XVI   MONARQUÍA HISPÁNICA. SIGLO DE EXPANSIÓN

Felipe II                               territorial: Se alcanza la hegemonía mundial

   

Felipe III: Tregua

Felipe IV: Guerra de los 30 años, resultado adverso         s. XVII. PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA

Carlos II: Intenta conservar el imperio                                                                                   

Felipe V: Recibe un imperio debilitado.       s. XVIII.      ESPAÑA YA NO SERÁ

                                                                                                 POTENCIA EUROPEA

 

1.  Durante el siglo XVI, con la monarquía Hispánica (RRCC, Carlos I y Felipe II) la política era agresiva y de expansión.

 

   Los Reyes Católicos conquistan:

·         Italia

·         Canarias

·         Ciudades del norte de África

·         Las Indias

 

Mas tarde, Carlos I hereda lo de sus abuelos y añade:

·              Borgoña (herencia de su abuela paterna)

·              Milán (conquista)

·              Flandes (Países Bajos y Flandes) (herencia abuela paterna)

·              Franco Condado (ídem)

·              Imperio (herencia de su abuelo paterno)

·              Los territorios que hereda de los RRCC

 

Carlos I tuvo varios frentes abiertos, sobre todo contra Francia (libró 6 guerras y las ganó), el imperio turco (al que mantiene a raya en el Mediterráneo y en el continente) y el imperio (guerras contra los príncipes luteranos, al final reconocerá la libertad religiosa en el territorio del imperio)

 

Carlos I da en herencia a su hijo todo, excepto el Imperio que se lo cede a su hermano, por tanto Felipe II, en su reinado, cuenta con los territorios de:

·              RRCC

·              Carlos I

·              Portugal

·              Colonias Portuguesas     conquista y herencia por parte de su madre

·              Filipinas

 

Felipe II mantuvo también una política exterior agresiva, venciendo a Francia y a los turcos y logrando la incorporación de Portugal y sus numerosas colonias, pero fracasando con Inglaterra (desastre de la Armada Invencible) y con los holandeses.

 

2. Con Felipe II, la monarquía alcanza su mayor extensión territorial de la historia, esplendor que intenta mantenerse con Felipe III (s. XVII), aunque a través de una política defensiva. No perderá territorios, pero España se retira de los conflictos europeos

        Con Felipe IV se da un cambio radical y se emplea una política agresiva, con consecuencias negativas al participar en la Guerra de los 30 años, que finalmente pierde. Tras la Paz de Westfalia (1648) se pierde Holanda. Veinte años después Portugal se independiza.

Francia sustituye a España como país hegemónico en Europa.

 

     Con Carlos II se pierden varias ciudades de Flandes y el Franco Condado:

 

3.  Y finalmente, en el s XVIII  con Felipe V, se pierden todos los territorios europeos que quedaban (Italia y Flandes), conservando lo que se tenía en tiempos de los Reyes Católicos más Filipinas.

Hª 2º BACH. Tema II.- S.XVIII: La crisis del Antiguo Régimen.

Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente.

TEMA II: LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

 II.1. La Ilustración Y EL REFORMISMO BORBÓNICO

 

II.1.1. La Ilustración española: características y representantes más significativos

La regeneración de  la monarquía requería una profunda renovación política, social, económica y también de los hábitos culturales, de la actividad científica y del pensamiento. Fue una minoría de españoles (escritores, artistas, intelectuales, políticos) los que tomaron las riendas de la renovación cultural en la segunda mitad del siglo XVIII, utilizando dos armas fundamentales para combatir la decadencia española: la crítica y la razón. Se trataba de poner luces donde sólo había sombras, de ahí que se conozca a este siglo como el de la Ilustración. Los protagonistas son bien conocidos: Campomanes, Jovellanos, Goya, Feijoo, Mayans, Ustáriz, Larruga, etc. Se asiste a un florecimiento de la Literatura, la Historia, la Filología, el Derecho, el pensamiento económico y las ciencias (sobre todo la Botánica y la Química). Estamos en la época de creación de las Academias, los jardines botánicos, los museos y de la aparición de los primeros periódicos. Al contrario que en Francia, en España no fue abundante la literatura política; el absolutismo no sólo veía con malos ojos este tipo de escritos, sino que además prohibió la entrada de las obras más destacadas del pensamiento político europeo (Rousseau, Montesquieu…). Ello tuvo como consecuencia la tardía aparición en España del pensamiento liberal.La contribución del Estado a la expansión de las luces se centró en la reforma de la enseñanza. La educación se ofrecía como instrumento para posibilitar el cambio dentro del orden establecido. El panorama era desolador: las mejores escuelas estaban en manos de los jesuitas, y los métodos que se utilizaban en todos los centros eran anticuados. Poco se hizo poco en relación con la primera enseñanza, de la que se ocupaban los ayuntamientos; para la segunda enseñanza se impulsó la creación de centros de estudios, pero todavía estamos muy lejos de una educación pública y universal. La reforma de las universidades y de los colegios mayores se basó en un plan muy ambicioso, pero no llegó a aplicarse en su totalidad por lo de siempre: los costes. Por último, de la enseñanza profesional se ocuparon las Juntas de Comercio, los Consulados y las Sociedades Económicas, que organizaban estudios profesionales concretos: náutica, comercio, idiomas, taquigrafía, química, etc. 

 

II.1.2. El  Despotismo ilustrado y el reformismo borbónico

Llamamos Despotismo Ilustrado al gobierno formado por hombres cultos e instruidos que creen en la necesidad de cambiar para mejorar, pero sin renunciar al absolutismo y al centralismo como formas de gobierno. Estaban convencidos de que trabajaban por la felicidad del pueblo, para sacarlo de las tinieblas de la incultura y la superstición (de ahí lo de ilustrados), pero nunca se les ocurrió preguntarle a ese pueblo su opinión (de ahí de lo despotismo). Su lema: todo para el pueblo, pero sin el pueblo; otro lema: hagamos reformas para que todo continúe igual. Se trataba, pues, de efectuar cambios para mejorar el funcionamiento del país, pero quedando sus estructuras (absolutismo y sociedad estamental) tal y como estaban, rechazando así la vía revolucionaria, a la que temían.

Destacaron los ministros ilustrados de Carlos III y alguno de Carlos IV, aunque no siempre tuvieron la oportunidad de poner en práctica todas sus ideas reformistas: Floridablanca, Campomanes, Jovellanos, Cabarrús…Los objetivos de los gobiernos ilustrados eran hacer más eficaz la administración central y local, impulsar desde el Estado el desarrollo económico, dinamizar la sociedad dentro de los límites del orden estamental, combatir el conservadurismo de los grupos tradicionales (la nobleza y el clero), adaptarse a los cambios antes de que éstos acabasen con el Antiguo Régimen y superar el atraso científico y cultural. El afán por reformar se cortó en seco con la Revolución Francesa de 1789, pues los políticos temían que los cambios que querían introducir podían animar al país a imitar el ejemplo francés, por lo que el reinado de Carlos IV fue más conservador que el de su padre.

La política reformista se centró en los siguientes aspectos:

a- Reformas políticas: el centralismoYa vimos en el tema anterior cómo en el siglo XVIII la monarquía se hizo absoluta y centralista. Se suprimieron los fueros de la Corona de Aragón, se nombraron capitanes generales e intendentes en casi todas las provincias, se ampliaron las funciones de los corregidores y se limitaron los poderes de los ayuntamientos, se crearon nuevas audiencias, desaparecieron las Cortes de todos los reinos y se adoptó una política regalista a fin de limitar la influencia de los eclesiásticos.

b- Reforma de la HaciendaPara sufragar los gastos cada vez más elevados del Estado y poner en marcha los proyectos reformistas era necesario simplificar el sistema fiscal, compuesto de innumerables impuestos, e incrementar la recaudación. Proyectos de reforma fiscal hubo bastantes, pero al final acabaron por recaudarse los mismos impuestos de siempre, eso sí, mejorando su gestión gracias a los numerosos funcionarios despachados por Hacienda a las provincias y actuando contra la corrupción. En Castilla, el proyecto de reforma más destacado fue el de la Única Contribución, que pretendía resumir todos los impuestos en uno solo, pagando cada uno en proporción a su riqueza, pero no llegó a aplicarse por la escasa colaboración que prestaron los ayuntamientos y la resistencia de los poderosos, que temían perder sus privilegios fiscales. En la Corona de Aragón sí se pudo llevar a cabo la reforma, puesto que la supresión de sus fueros dio vía libre al Estado para hacer lo que quisiera. Se aplicaron aquí dos únicos impuestos: el real (gravaba los bienes inmuebles, pagaban todos) y el personal (gravaba el trabajo según el salario y los días trabajados; aquí no pagaban, claro, quienes no daban ni golpe: el clero y la nobleza).

c- Fomento económicoEl siglo XVIII es la época del mercantilismo en Europa, teoría económica que defiende que la riqueza de un país se basa en la cantidad de productos que es capaz de comercializar, lo cual implicaba por necesidad el incremento de la producción. Por parte del Estado se fomentó la mejora y la modernización de la producción de los distintos sectores económicos mediante una serie de medidas y la creación de ciertas instituciones:

1- Fomento de la población en áreas de escasa densidad demográfica.

2- Impulso de una reforma agraria que fuera capaz de extender la superficie cultivable y garantizar un reparto más justo de la propiedad de la tierra. A esto dedicaremos luego más espacio.

3- Creación de empresas estatales de manufacturas que fomentasen el desarrollo industrial.

4- Se mantuvo la Junta General de Comercio y se crearon los Consulados de Comercio, instituciones en las que se citaba la burguesía local, a través de las cuales defendían el libre comercio.

5- Se autorizó la creación en muchas ciudades de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Sus miembros pertenecían a la nobleza local, al clero más ilustrado, a la burguesía y a los intelectuales. Formaban un foro de debate sobre las actuaciones que debieran llevarse a cabo para el desarrollo de la economía.

6- A finales del siglo se creó el Banco de San Carlos, antecedente del Banco de España. En principio su misión era la administración de la deuda pública, pero luego pasaría a controlar la emisión de monedas y a convertirse en un instrumento de crédito tanto para los particulares como para el Estado.

 

d- Reformas sociales.No fueron muchas, pero sí importantes. El gobierno intentó reducir el poderío alcanzado por la nobleza y el clero limitando su capacidad para acumular propiedades vinculadas. Se determinó que todos los oficios eran honrados, desapareciendo las prohibiciones de quienes ejercían oficios manuales para disfrutar de cargos públicos y honores. Sin embargo, no hubo cambios importantes en relación a los grupos marginados, como los pobres, los esclavos y los gitanos; para ellos todo continuó igual o peor.

En conclusión, se trataba de aplicar cambios coyunturales o reformas, y no cambios estructurales o revoluciones. Los gobernantes no pretendían modificar las raíces del Antiguo Régimen, sino modernizarlas para hacer un país más eficiente. No obstante, la mayoría de los proyectos reformistas fracasaron o sus efectos fueron muy superficiales. En definitiva, el siglo XVIII apenas cambió a España. La nueva época se abrirá en el siglo siguiente, el XIX, cuando casi toda Europa está metida de lleno en las Revoluciones Burguesas

 

 II.2. EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO Y ECONÓMICO. LOS GRUPOS SOCIALES.

II.2.1. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL SIGLO XVIII.El pensamiento económico imperante en este siglo establecía que la fortaleza de un país se medía por su capacidad productiva y por su número de habitantes. Todos los gobiernos europeos iniciaron una política de fomento de la población, que en España se concretó en el afán por repoblar áreas desertizadas (como Sierra Morena) y fundar nuevas poblaciones en zonas de interés agrario y comercial. El número de habitantes se incrementó en 3 millones a lo largo del siglo, superándose los 10 millones de almas al finalizar el mismo. Ello fue posible por el mantenimiento de unas tasas de natalidad muy elevadas (típico en un país que continuaba siendo eminentemente rural, donde era necesaria la mano de obra) y el descenso de la mortalidad catastrófica (menos epidemias, hambrunas y guerras), de la mortalidad infantil y de la emigración a América. Se inicia así el tránsito del ciclo demográfico antiguo al moderno. El aumento demográfico, no obstante, fue más notable en las zonas periféricas que en Castilla, confirmándose la tendencia iniciada ya en el siglo anterior. 

 

II.2.2. LOS GRUPOS SOCIALES.La política de reformas inició la lenta transformación de la estructura de la sociedad española, que se encaminaba hacia una sociedad de clases, donde el dinero establecía a cada uno en el escalafón correspondiente. La nobleza y el clero siguieron siendo los grupos dominantes, puesto que disponían de la propiedad del bien más preciado, la tierra, pero ahora se sienten amenazados por los cambios y se convierten en defensores a ultranza del orden tradicional. La iglesia se sentía amenazada por el regalismo y la nobleza veía cómo se recortaban poco a poco sus privilegios: apenas quedaba rastro de su antigua exención fiscal, se limitó la erección de nuevos mayorazgos, ya no tenían empleo seguro como funcionarios del Estado, etc… pero fue aún más importante la nueva concepción que la gente tenía de la nobleza: ya no bastaba la posesión de un título (accesible a cualquiera que tuviera dinero), sino que el ser noble había que demostrarlo mediante las virtudes personales, el dinero, el servicio al Estado e incluso el trabajo. Se acabó la época de los nobles pobres y de los nobles ociosos.El campesinado: la mayoría eran jornaleros sin muchos recursos; apenas experimentaron cambios, si bien los que habían podido conseguir algunos ahorros accedieron a algunas de las propiedades municipales y eclesiásticas que se repartieron a finales de siglo. La reforma agraria llevada a cabo por los gobiernos de Carlos III y Carlos IV no introdujo cambios radicales en el régimen de propiedad, aunque sí propició el cultivo de nuevas extensiones, con lo que los puestos de trabajo se incrementaron.Las clases urbanas eran más activas, sobre todo la burguesía, que resurge tímidamente tras la profunda depresión del siglo XVII. Las ciudades con mayor concentración burguesa eran los grandes centros mercantiles de Barcelona, Cádiz (quien sustituyó a Sevilla como puerto con América), Santander, Bilbao o La Coruña, con lo que se completa el cambio de tendencia iniciado en el siglo XVII: el centro del país, Castilla, antaño el área más dinámica, pierde posiciones con respecto a la periferia. En cuanto al artesanado, su profesión se dignifica al reconocerse la honorabilidad de los trabajos manuales y los gremios pierden la fuerza que antes tenían.Los sectores marginados (pobres y gitanos, estos últimos componían la única minoría étnica que quedaba) no gozaron ahora de mayores ventajas que antes, y en lugar de ser integrados en la sociedad mediante políticas de asimilación, se decidió la solución más fácil: la represión. Los gitanos, en especial, no encajaban en la filosofía de los ilustrados, con su nomadismo y sus costumbres diferentes. Diversas normativas reales se encaminaron a prohibir su habla, sus trajes y sus bailes, al tiempo que se les obligaba a fijar su residencia en algún sitio y tener oficio conocido. Se culminaba de esta manera una persecución secular contra el pueblo gitano, que condujo a miles de ellos a las galeras, al destierro y a la marginación social. 

 

II.2.3. AGRICULTURA Y POLÍTICA AGRARIA DE LOS BORBONES

a- La producción agrícolaEl campo seguía ocupando al 80 % de la población activa. Al crecer la población y la necesidad de producir más alimentos, hubo un notable incremento de la producción agrícola, lo que se consiguió gracias a las nuevas roturaciones de terrenos incultos (bosques, pantanos), al descenso de las tierras dedicadas a pastos, a la aplicación de planes de regadío (Canal Imperial de Castilla, Canal de Aragón, huerta murciana), a la política de nuevas poblaciones, etc. El aumento de los precios de los productos del campo y la liberalización de las tasas del grano lograron aumentar las ganancias de los propietarios. Los instrumentos de trabajo y los cultivos no sufrieron grandes cambios, si exceptuamos la generalización de los mulos como animales de tiro, en vez de los bueyes, la lenta expansión de la patata y el maíz, y la política gubernamental encaminada a aumentar la extensión de los cultivos industriales. No obstante, las crisis de subsistencias no desaparecieron. El llamado Motín de Esquilache de 1766, el más grave de todos los ocurridos hasta entonces, convenció a las autoridades de que la única forma de terminar con el desabastecimiento era impulsar una reforma agraria.

b- La propiedad de la tierra en el Antiguo RégimenLa propiedad de la tierra estaba en manos de los de siempre: la nobleza, el clero, los municipios y la llamada burguesía agraria, es decir, los nuevos propietarios que habían invertido en la adquisición de tierras el dinero obtenido en otras actividades. La mayor parte de las propiedades eran amortizadas o vinculadas, esto es, no podían venderse ni dividirse, aunque sí arrendarlas o imponer créditos sobre ellas. Estas tierras estaban generalmente mal cultivadas porque sus dueños sólo se preocupaban de obtener los alquileres y poco hacían por mejorar los rendimientos. Las tierras de la nobleza eran los mayorazgos, que se transmitían de generación en generación; las de la iglesia procedían de donaciones y se conocían como la mano muerta; por su parte, los municipios eran los mayores propietarios del país: sus tierras podían ser de propios (las que se alquilan), comunes (las que se reparten entre los vecinos) y egidos (tierras improductivas o que no podían cultivarse: montes, dehesas, etc.). Frente a ellos se situaba una mayoría de trabajadores que laboraban las tierras en calidad de arrendatarios (quienes pagaban una renta por la cesión de una propiedad, que podía ser de por vida e incluso por varias generaciones, lo que se conocía como enfiteusis) o jornaleros (trabajaban a cambio de un jornal). Sus condiciones de vida eran muy precarias, sobre todo las de los jornaleros, quienes sólo trabajaban una parte del año.Buena parte de las propiedades no se cultivaban, sino que se dedicaban a pasto, puesto que la cabaña ganadera, sobre todo la ovina, era abundante. Además, la Mesta, la organización de ganaderos trashumantes, conservaba sus viejos privilegios que impedían, por ejemplo, que dichas tierras pudiera dedicarse al cultivo. Extremadura fue la provincia española más afectada, puesto que era el destino preferido de los trashumantes y sus mejores tierras, que podían haberse cultivado y abastecer a una población muy necesitada, estaban destinadas forzosamente a pasto.

c- Los intentos de una reforma agrariaEl panorama, pues, era desolador: la agricultura no rendía lo suficiente por culpa del sistema de propiedad de la tierra, la producción apenas daba para cubrir las necesidades de una población creciente, los campesinos no eran propietarios de las tierras que trabajaban, muchas propiedades no podían cultivarse por estar destinadas a monte o a pasto y algunas provincias como Extremadura estaban, por culpa de todo ello, en la miseria. Se hacía necesaria una reforma agraria, y en ella se aplicaron políticos como Campomanes, Floridablanca, Jovellanos y el abogado extremeño Vicente Paíno y Hurtado, quienes participaron en la elaboración de una ley de reforma agraria entre cuyas disposiciones más importantes se hallaron las siguientes:

1-             Nuevas leyes que limitaban la creación de mayorazgos.

2-             Limitación a la acumulación de tierras por la Iglesia y desamortización de algunas sus propiedades (de las cofradías, hermandades y ermitas).

3-             Reparto de las tierras incultas de los municipios entre quienes pudieran ponerlas en explotación.

4-              Se recortan algunos privilegios de la Mesta, por lo que muchos terrenos dedicados a pasto pasaron a ser roturados para su aprovechamiento agrícola. Estas medidas fueron muy tardías y tuvieron un alcance limitado, por lo que la situación del campo cambió poco y el problema lo heredaron los gobiernos liberales del siglo XIX, quienes llevarán a cabo una desamortización completa. 

 

II.2.4. OTRAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS

a- La industria: la mayor demanda de productos manufactura­dos (más población, más dinero, más mercado con América) halló las clásicas limitaciones estructurales (falta de inversión, de tecnología, de mano de obra especializada, exportación de materias primas) que impedían un desarrollo decidido de la industria, lo que impidió a España sumarse a la Primera Revolución Industrial que se estaba gestando en Inglaterra en la segunda mitad del siglo. Aun así, hubo algunos progresos debido al interés del Estado: impulso de los talleres artesanos en el campo, creación de importantes industrias con capital estatal (Manufacturas Reales, precedentes de las empresas públicas), promulgación de leyes que dejaban de considerar como viles los oficios manuales y una política proteccionista que limitaba las importaciones de productos extranjeros. Se favoreció la inmigración de mano de obra europea especializada en las labores industriales. Los sectores que alcanzaron mayor desarrollo fueron el textil y el metalúrgico, y las áreas más beneficiadas Cataluña y el País Vasco; las nuevas industrias, además, escapaban del control de los gremios, lo que las hacía más competitivas.

b- El comercio: contó también con el apoyo del gobierno y de las nuevas instituciones de fomento (Juntas de Comercio, Consulados, Compañías de Comercio). El sector exterior fue el principal beneficiado: aunque nuestra balanza comercial con Europa era negativa, ello se compensaba con el auge adquirido por el comercio colonial con América, abierto al fin a todos los puertos gracias a los Decretos de Libre Comercio. Se produjo, así, un notable incremento de los intercambios mercantiles, lo que generó grandes capitales que luego se invertían en la adquisición de tierras (Andalucía) o en la creación de industrias (Cataluña). El comercio interior creció poco por el penoso estado en que se hallaban las comunicaciones y por la escasa demanda de la población rural. Algunas mejoras se llevan a cabo con la ampliación de las vías de comunicación (se establece la disposición radial de los caminos reales, que parten de la Puerta del Sol de Madrid) y la supresión de muchas aduanas interiores. 

 

II.3. EXTREMADURA EN EL SIGLO XVIII. ASPECTOS ECONÓMICOS, DEMOGRÁFICOS Y SOCIALES. 

La población extremeña no creció tanto como la española, no superaba el medio millón de habitantes y la densidad demográfica se situaba en torno a los 10 habitantes por kilómetro cuadrado, de las más bajas de Europa. La comarca de Plasencia y las vegas del Guadiana eran las áreas más pobladas. La única ciudad que superó los 10.000 habitantes fue Badajoz. El crecimiento vegetativo era escaso, pues aunque la natalidad era muy elevada, también lo era la mortalidad, debido a las altas tasas de mortalidad infantil, a las epidemias y a las frecuentes hambrunas.Extremadura era una provincia eminentemente rural donde las condiciones de vida eran bastante precarias. El desigual reparto de la tierra explica las fuertes desigualdades sociales, por una parte la nobleza y otros propietarios, ricamente instalados en la percepción de las rentas, y por otra parte una masa de trabajadores sin tierras (el 75% del total) que trabajaban a jornal en las propiedades de aquellos o en las parcelas que les repartían los ayuntamientos.

Aún más importante que la agricultura era la ganadería, dada la abundancia de pastos, pero su aprovechamiento lo controlaban los trashumantes de Castilla, quienes disponían a su antojo de extensísimas propiedades. La Mesta, la organización que agrupaba a los ganaderos trashumantes, era el principal obstáculo al desarrollo de la provincia: sus ovejitas de los cojones tenían paso preferente por las cañadas, cordeles y veredas, pisoteaban los campos, los propietarios no podían cercarlos ni roturar los pastizales, el precio de estos pastizales los fijaba el rey y no podían cultivarse. Por si fuera poco, los jueces que veían los muchos conflictos que provocaban los trashumantes pertenecían a la propia Mesta.

La escasa relevancia de las ciudades explica la insignificancia de los artesanos y de los burgueses, de hecho el grupo social más numeroso en los núcleos urbanos eran también los agricultores, junto a los criados. Tan sólo en localidades como Trujillo, Cáceres y Zafra se percibía cierto movimiento mercantil gracias a sus ferias anuales. La amplia frontera con Portugal, por su parte, debido a las malas relaciones con nuestros vecinos, era más una fuente de desgracias que de riqueza comercial.El problema principal era, pues, la escasa diversificación económica (predominio agrario) y las dificultades que hallaba el desarrollo de la agricultura (la actividad que podía proporcionar empleo y alimentos) por culpa de la abundancia de tierras vinculadas a nobles y los municipios. Éstos, controlados y corrompidos por la misma nobleza, se resistían a desprenderse de sus terrenos incultos para que pudieran ser cultivados, al tiempo que los mesteños se empeñaban en conservar sus privilegios, en perjuicio de la agricultura.La provincia, sin embargo, intentó que esta situación cambiase. En 1764, las ciudades con voto en Cortes contrataron al abogado de Badajoz D. Vicente Paíno y Hurtado para que demandase a la Mesta ante los tribunales reales. En apoyo de Extremadura salieron el Consejo de Castilla y la Diputación del Reino. El pleito se inició y a él se sumaron casi todas las poblaciones extremeñas, lo que constituye, sin duda, el origen del sentimiento regional. No obstante, Carlos III no quiso que la provincia ganase el litigio (lo que hubiera supuesto la desaparición de la Mesta) y obligó a las dos partes enfrentadas a llegar a una concordia. Gracias a esta concordia, y las leyes que fue decretando el Consejo de Castilla, se consiguió que la Mesta perdiese bastantes privilegios, que todas las tierras fueran declaradas a pasto y labor y que los ayuntamientos fueran obligados a desprenderse de parte de sus terrenos incultos para ser repartidos entre los campesinos que pudieran ponerlos en cultivo. La creación de la Real Audiencia de Extremadura en 1791 ayudó a que se cumpliesen estas nuevas leyes favorables a la agricultura.El resultado del pleito no sirvió para cambiar de raíz la situación del campo extremeño, pero sí constituyó un precedente importante para la aplicación de una reforma agraria más profunda en la siguiente centuria.

Historia 2º BACH. Tema I .- LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL S.XVIII

 Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente.

TEMA I: EL SIGLO XVIII

 El siglo XVIII es la etapa final del período histórico conocido como el Antiguo Régimen, aquel que se sitúa entre la Edad Media y el período liberal o constitucional que se inaugura en 1812. España afronta este siglo en condiciones muy distintas a los anteriores: ha liquidado su imperio europeo y se halla necesitada de un cambio de orientación tras la profunda depresión económica y social que padeció en el siglo XVII. 

I.1. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL SIGLO XVIII 

I.1.1. LA NUEVA DINASTÍA BORBÓNICA

La muerte de Carlos II en 1700 sin herederos directos dejaba abierta la sucesión de la monarquía española a dos sobrinos suyos: el archiduque Carlos de Habsburgo, nieto del emperador de Austria, y Felipe de Anjou, nieto del rey de Francia Luis XIV, el Rey Sol. El primero ofrecía la ventaja de no romper la línea dinástica de la Casa de Austria, a la que habían pertenecido todos los reyes españoles desde Felipe I el Hermoso (1504). El segundo permitiría aliarse al país que, por una parte, representaba la mayor amenaza para la integridad del imperio español, y por otra el único que podía garantizarla: Francia. Carlos II, en su testamento, se decidió (o así lo decidieron sus consejeros) por Felipe, quien se convirtió en el primer rey de la casa española de Borbón.Los reinados que hubo entre 1701 y 1808 fueron los siguientes:

Felipe V: 1701-1724, fecha en que abdicó, y de nuevo entre 1724-1746 al suceder a su propio hijo.

Luis I: 1724, hijo del anterior, quien murió a los pocos meses de acceder al trono sin dejar herederos.

Fernando VI: 1746-1759, hijo también de Felipe V, quien muere sin hijos.

Carlos III: 1759-1788, hermano del anterior, quien ya era rey de Nápoles cuando viene a España.

Carlos IV: 1788-1808, su hijo, quien abdicó en favor de Fernando VII.

Téngase en cuenta que el único monarca con capacidad plena de gobierno durante todo su reinado fue Carlos III. Tanto Felipe V como Fernando VI murieron locos, y Carlos IV era medio tonto. A pesar de ello, este país logró sobrevivir, por lo que habrá que reconocer el mérito de los ministros, de las instituciones y del pueblo español, y relativizar la importancia que han tenido los reyes en su historia. 

 

I.1.2. LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL TRATADO DE UTRECH

La llegada al trono de Felipe V causó una profunda división entre los españoles y entre las potencias europeas. Para quienes se oponían a él y apoyaban al archiduque Carlos, el candidato rechazado, su reinado era ilegítimo porque se había roto la línea lógica de sucesión de la Casa de Austria y porque el cambio dinástico no había sido decidido libremente por la nación reunida en Cortes. Se desata, de esta forma, una guerra civil (entre españoles) y al mismo tiempo una guerra internacional en la que participaron las principales potencias: es la llamada Guerra de Sucesión, que se extiende desde 1702 a 1714. Francia acudió, lógicamente, en apoyo de Felipe, y Austria en el de Carlos. Inglaterra -secular enemiga de Francia y España-, Portugal, Holanda y Saboya apoyaron también a Austria. Estos países temían que se pudieran unir las coronas de Francia y España formando así una potencia hegemónica.En el interior de España, Castilla apoyó mayoritariamente al Borbón porque estaba deseosa de un cambio radical, encontrando en el francés el hombre ideal para propiciar un desarrollo económico similar al de Francia; pero los países de la Corona de Aragón, que ya habían iniciado cierta recuperación económica a finales del siglo XVII, temían perder sus fueros si reinaba el representante de la familia que encarnaba el absolutismo y el centralismo en Europa, los Borbones, por lo que decidieron apoyar al archiduque Carlos, quien se apresuró a prometer la conservación de sus fueros si finalmente se convertía en rey de España.La guerra fue favorable en términos generales al archiduque hasta 1707, pero la decisiva batalla de Almansa y la caída de Valencia y Aragón comenzaron a decantar las armas hacia Felipe. Poco después, Carlos fue llamado a ocupar el trono imperial de Austria y perdió interés, como también sus partidarios, por la causa española. La victoria final fue para Felipe, pero el precio que hubo de pagar por la paz fue muy elevado: el Tratado de Utrech (1713) le obligó a ceder a Inglaterra Terranova (en Norteamérica), Gibraltar, Menorca (que se recuperaría a finales de siglo), participar en el lucrativo comercio de esclavos y la posibilidad de comerciar con la América española. Austria se quedaba con Flandes y la mayoría de los territorios italianos de España. Los catalanes siguieron luchando por su cuenta contra Felipe V hasta su derrota en 1714. El archiduque Carlos no renunció oficialmente a sus derechos al trono de España hasta 1725. 

 

I.1.3. LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTAEl aspecto más destacado de las reformas administrativas fue la supresión de los fueros de la Corona de Aragón por los decretos de Nueva Planta. Estos decretos fueron parte del programa de renovación que los Borbones aplicaron para mejorar el funcionamiento de una monarquía que apenas había cambiado desde los Reyes Católicos. Sus objetivos fueron los siguientes:

a- Absolutismo: Los Borbones tuvieron muchas menos trabas para gobernar que los monarcas anteriores. Del modelo de monarquía autoritaria (Castilla) y pactista (Aragón) habido durante la etapa de los Austrias pasamos ahora al modelo de monarquía absoluta en todo el país, en la que todos los poderes se concentran en el rey, se ignoran las Cortes y se recorta la autonomía de los municipios.

b- Centralismo: se pretendía acabar con las diferencias jurisdiccionales entre los reinos españoles, así como establecer un control político más rígido en todas las provincias y municipios. Felipe V sólo respetó los fueros de Navarra, que pudo conservar sus instituciones propias y otras peculiaridades. Suprimió por los Decretos de Nueva Planta los fueros de los reinos de la Corona de Aragón, en parte por represalia al haber éstos apoyado al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión, y en parte por la necesidad de reestructurar el Estado para que todos los reinos españoles tuvieran las mismas leyes e instituciones. Felipe V consiguió, pues, llevar a efecto casi un siglo después el proyecto de Unión de Armas del conde-duque de Olivares y acabar con la España plural o federada, herencia de los Reyes Católicos. Los decretos se expidieron en 1707 (Aragón y Valencia) y 1714-1716 (Cataluña y Mallorca). A la supresión de los fueros le siguió la creación de nuevas instituciones en Aragón:

1- Los capitanes generales sustituyen a los virreyes y se convierten en la primera autoridad de cada reino (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), con poderes políticos, militares y judiciales.

2- Se creó en cada reino una Audiencia, cuyas misiones serían administrar la justicia, servir de consejo a los capitanes generales (quienes eran sus presidentes) y controlar a los ayuntamientos.

3- Los ayuntamientos se ajustaron al modelo castellano; los más importantes tendrían corregidor (de rango militar), alcalde mayor (abogado) y regidores vitalicios.

4- Se suprimieron las Cortes y sus diputaciones (Generalitat en Valencia y Cataluña). Algunas ciudades obtuvieron el derecho de enviar procuradores a las Cortes de Castilla en las pocas (y casi inútiles) ocasiones en las que éstas se reunieron.

 

c- Modernización de la administración: Se pretendía agilizar la gestión administrativa, paralizada por una burocracia ineficaz, y combatir la corrupción. El gobierno central se reformó, de manera que los Consejos (gobierno polisinodial) perdieron importancia en beneficio de los Secretarios de Estado y del Despacho. Éstos vigilaban y coordinaban la labor de los consejos, y estaban siempre en contacto directo con el monarca. Son el antecedente de los actuales ministros. En general, se reforzó aún más el control que ejercía el gobierno en todos los ámbitos.

En cuanto a la administración territorial, se aplicaron las siguientes actuaciones:

1- Creación de los intendentes, jefes políticos de cada provincia. Sus misiones eran administrar la Hacienda, impulsar el desarrollo económico y coordinar la labor de los corregidores.

2- Ampliación del número de Audiencias, que eran tribunales de justicia y a la vez una especie de delegación del gobierno en cada provincia.

3- Reforzamiento de los capitanes generales. En las provincias donde existía un importante destacamento militar (como Extremadura), su presencia era aún más notoria, interfiriendo continuamente en la política y chocando a menudo con los intendentes y los corregidores.

4- Se amplía el número de corregidores y sus competencias, en perjuicio de los regidores. El ayuntamiento ve recortados sus poderes y entra en una larga decadencia de la que nunca volverá a recuperarse. Ya casi nadie quería ser regidor, pues su poder era muy limitado y estaba siempre sometido a un control asfixiante. A partir de 1768 se intentó revitalizar y popularizar los ayuntamientos con la creación de un Síndico Personero y varios Diputados del Común (de 2 a 4 por municipio), elegidos anualmente por el pueblo. Su misión era servir de portavoz popular en los plenos.

 

d- Regalismo: se conoce como tal toda actuación política encaminada a fortalecer al Estado a costa de la Iglesia. Se pretendía consumar una clara separación entre la Iglesia y el Estado, haciendo a éste independiente de la política del Vaticano, así como combatir el excesivo poder que tenía el clero en la economía, la sociedad y la educación. De esta forma, se hizo lo siguiente:

1- Instauración del plácet, o Regium exequatur: los reyes se reservaban el derecho de autorizar la aplicación de las bulas y órdenes del papa en España.

2- Instauración del recurso de fuerza: derecho a apelar a los tribunales reales las sentencias de los eclesiásticos.

3- Limitaciones a la adquisición de propiedades de la mano muerta. A finales de siglo, incluso, se comenzó a desamortizar ciertos bienes eclesiásticos.

4- Expulsión en 1766 del grupo de presión más importante de la Iglesia católica en España, el que ejercía el monopolio de la enseñanza: los jesuitas. 

 

I.1.4. EL FRACASO DE LAS REFORMAS Y CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

Además de las reformas políticas mencionadas, durante los reinados de Fernando VI y Carlos III se proyectaron ciertas reformas sociales y económicas, aunque no llegaron a aplicarse con profundidad por el miedo de que pudieran desencadenar una revolución que terminase con el Antiguo Régimen.  Por consiguiente, España, como otros muchos países europeos, daba síntomas de decrepitud a finales de siglo. Carlos IV volvió a recuperar la figura del valido en la persona del extremeño Manuel Godoy, y ambos hubieron de afrontar un periodo crítico caracterizado por la crisis económica, las derrotas en los conflictos bélicos y la incapacidad del Estado para dar respuesta a las nuevas demandas de la sociedad, que pedía menos corrupción, más eficacia y más libertad.

El estallido de la Revolución Francesa en 1789 vino a complicar las cosas. España cerró las fronteras a la propaganda revolucionaria e intentó ignorar un movimiento que se proponía desmontar una a una todas las estructuras del Antiguo Régimen: los estamentos sociales, la propiedad amortizada, la monarquía, el absolutismo…Godoy aplicó tímidas reformas que afectaron a los intereses del clero y de la nobleza, pero fueron insuficientes y sólo sirvieron para incrementar la lista de sus enemigos, entre los que se encontraban no sólo los privilegiados, sino también los intelectuales (parte de los cuales simpatizaban con la Revolución Francesa), el príncipe Fernando y el pueblo, cuyo malestar por la falta de alimentos y el despotismo se tradujo en variados motines urbanos. En este contexto de crisis se produjo en marzo de 1808 el motín de Aranjuez, que provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Las circunstancias fueron aprovechadas por Napoleón para invadir España en mayo de este mismo año, iniciándose la Guerra de la Independencia. 

 

I.2. LA POLÍTICA EXTERIOR.

I.2.1. Felipe V y el imperio español

Felipe V intentó recuperar los territorios perdidos por la paz de Utrech, que habían reducido el antiguo Imperio a la Península Ibérica (excepto Portugal y Gibraltar) y a las Indias. Gracias al apoyo de Francia, con la que se firmaron los Pactos de Familia, se recuperaron los territorios italianos, designándose para su gobierno a los hijos del monarca español; también se contuvo a la imponente flota británica, que constituía una amenaza para las Indias. España continuó siendo una potencia mundial gracias a la posesión de las Indias, aunque a nivel europeo no podíamos ya competir con Francia e Inglaterra.

I.2.2. LA POLÍTICA EXTERIOR CON FERNANDO VI Y CARLOS III

En tiempos de Fernando VI se mantuvo una política de neutralidad en el concierto internacional, al tiempo que se reforzaba la armada. Carlos III heredó el problema de salvaguardar las posesiones americanas de las ambiciones inglesas, por lo que se renovaron los Pactos de Familia con Francia. Ambos apoyarían a los Estados Unidos en su lucha por la independencia de Inglaterra. Durante este reinado se recuperó la isla de Menorca, pero se fracasó en Gibraltar.

 

I.2.3. ENTRE DOS SIGLOS: LA POLÍTICA EXTERIOR CON CARLOS IV

En tiempos de Carlos IV, la Revolución Francesa puso a España en una difícil disyuntiva: o se aliaba a Inglaterra en contra de los revolucionarios, o se apoyaba a Francia, como siempre, aun a costa del peligro de importar la revolución a España. Tanto una opción como otra tendría un enemigo declarado: Francia en el primer caso e Inglaterra en el segundo. Las dos políticas se llevaron a cabo en diferentes momentos, y con resultados desastrosos: derrotas ante la Francia revolucionaria cuando se estableció la alianza con Inglaterra; derrotas estrepitosas ante Inglaterra cuando la alianza era con Francia (pérdida de la escuadra en Trafalgar en 1805); y el colmo de los desatinos: invasión napoleónica cuando Francia era todavía nuestro mejor aliado. La Guerra de la Independencia contra los gabachos (1808-1813) significó, en el aspecto positivo, el principio del fin del Antiguo Régimen y el inicio del régimen constitucional (Constitución de Cádiz de 1812). 

 

I.3. LA PROVINCIA DE EXTREMADURA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN. ASPECTOS POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS 

El término “Extremadura” se usaba en la Edad Media para designar a las tierras extremas, las que hacían frontera con los musulmanes. Desde mediados del siglo XIII ese nombre se aplica tan sólo a nuestra actual región, aunque sus límites fueron siempre muy imprecisos. Como consecuencia de la reconquista, Extremadura fue un territorio muy diverso y mal definido desde el punto de vista administrativo debido a la existencia de muchas jurisdicciones: realengo, señorío y órdenes militares. Incluso desde el punto de vista eclesiástico predominaba la diversidad: tres diócesis (Plasencia, Coria y Badajoz) y varios prioratos pertenecientes a las órdenes de Santiago y Alcántara. Ya en el siglo XVI, y con la finalidad de organizar el cobro de los impuestos, el territorio se divide en torno a dos grandes partidos: el de Trujillo y el de San Marcos de León de la Orden de Santiago (con capitales en Mérida y Llerena).La complejidad extremeña no era un caso excepcional en el Reino de Castilla.

 Las provincias sólo comienzan a definirse en la segunda mitad del siglo XVI, y lo hacen a través de las ciudades que tenían voto en Cortes. Cada ciudad pasaría a responsabilizarse de su territorio más próximo, formando así una provincia y actuando aquella como su capital. A su vez, la provincia se dividía en varios partidos, siendo gobernado cada uno de ellos por un corregidor instalado en la ciudad o villa más importante del mismo. En Castilla había en el siglo XVI dieciocho provincias, pues eran dieciocho las ciudades que tenían voto en Cortes. Ninguna ciudad extremeña lo tenía, por lo cual la región no constituía una provincia, sino que pertenecía a la de Salamanca, la ciudad que la representaba en las Cortes y se ocupaba de la recaudación de los impuestos.La agregación de Portugal a España en 1580 tuvo efectos beneficiosos para Extremadura, al desaparecer una frontera que había sido fuente de muchos conflictos. No obstante, la guerra de la Independencia o de “Restauración” (1640-1668), al desarrollarse mayormente en Extremadura, le causó unos daños enormes de los que nunca llegará a recuperarse totalmente: despoblación, destrucción de su tejido productivo y restauración de una frontera peligrosa cuya vigilancia implicaba la instalación de numerosos destacamentos militares a los que había que mantener y aguantar.Es en este contexto de guerra cuando Extremadura consigue del rey el voto en Cortes en 1651, pudiendo ejercitarlo por vez primera en las Cortes de 1655. Desde este momento, Extremadura se convierte en provincia, es decir, alcanza por vez primera entidad política y jurisdiccional. El privilegio del voto en Cortes lo despachó el rey a cambio de un servicio de 80.000 ducados que pagaron seis ciudades: Trujillo, Mérida, Badajoz, Cáceres, Plasencia y Alcántara. Éstas serán las ciudades que, por turnos de dos en dos, enviarán sus procuradores a las Cortes y a la Diputación. El territorio extremeño queda, además, dividido en ocho partidos: los seis de las ciudades que tenían voto en Cortes, más el partido de Llerena y el de Villanueva de la Serena.En el siglo XVIII no cambian los límites de la provincia extremeña ni su división en ocho partidos, pero hubo algunos cambios institucionales:

1-  La primera autoridad provincial será el capitán general del Ejército de Extremadura, cuya sede se hallaba en Badajoz.

2-  Extremadura se convierte desde 1711 en una de las intendencias en las que se divide España. La sede del intendente quedará fijada en Badajoz, quien se convierte así en la capital de la provincia. Los intendentes se ocupaban de organizar el cobro de los impuestos, coordinar la labor de los corregidores y llevar a cabo una política de fomento de la economía provincial. Muchos de los nuevos proyectos de reforma agraria de este siglo fueron coordinados por la intendencia.

En 1791 se establece en Cáceres la Real Audiencia de Extremadura, el primer tribunal superior de Justicia que existió en la provincia. Se ocupaba, además, de transmitir y hacer cumplir las órdenes del gobierno central e inspeccionar las actividades de los ayuntamientos.

Geografía 2º BACH. Tema III.- El relieve

TEMA III.1: LAS DINÁMICAS ECOGEOGRÁFICAS.ELEMENTOS DEL MEDIO FÍSICO   EL RELIEVE

 

           

1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE DE ESPAÑA.- 

El relieve es la configuración de la corteza de la tierra. Las irregularidades de la superficie han sido producidas por los movimientos orogénicos y los procesos de erosión, que han actuado durante cientos de millones de años.

España, exceptuando a Canarias, Ceuta y Melilla, está en el borde sur de la placa eurasiática, situación que le convirtió en una zona muy afectada por las orogenias, las cuales han dado forma al relieve actual, caracterizado por:

1- Accidentalidad. Al verse afectado por todas las orogenias, es el país más montañoso de Europa tras Suiza.

2- Altitud media elevada, 660 metros. Es una consecuencia de lo anterior y de la gran extensión que ocupa la meseta, situada a una altura media de 600-800 metros sobre el nivel del mar.

3- Forma compacta y maciza. España ocupa la mayor parte de la Península Ibérica, una península de forma cuadrada, con pocos entrantes y salientes, con una gran anchura N-S y E-W.

4- Disposición periférica de sus principales cordilleras. En torno a la meseta se dispone un cinturón montañoso que la aísla de los litorales. Esta característica, junto a las anteriores, determina el clima (diversidad climática, no penetración de la influencia marina en el interior), la vegetación (variedad de paisajes) y el asentamiento humano (dificultad y carestía de las comunicaciones).

5- Litorales extensos y generalmente suaves, sin apenas resaltes. Se dividen en cinco sectores:

a-       Mar Cantábrico: desde el Bidasoa hasta la Punta de Estaca de Bares en Galicia. Costa casi recta, con erosión marina fuerte. Hay rías y estuarios en las desembocaduras. Predominan las costas altas.

b-       Costa Gallega Atlántica: litoral accidentado con grandes rías. Costa alta y escarpada.

c-       Costa Atlántica Andaluza: comprende el Golfo de Cádiz .Costa baja, extensas playas, dunas y marismas.

d-       Litoral Mediterráneo, con dos sectores: el primero entre Tarifa y el Cabo de la Nao (con montañas próximas al mar pero con costas bajas. Abundancia de playas, dunas, cordones litorales y albuferas. Son habituales los peñones en las costas rocosas), y el segundo que incluye el Golfo de Valencia y la costa catalana (costas bajas con playas, albuferas, y deltas. La costa solo es rocosa en Baleares y en el norte de Cataluña).

e-       Islas Canarias: Relieve montañoso. Costas altas con grandes acantilados.

6- En España se distinguen cuatro tipos de unidades morfoestructurales:

a- Zócalos o escudos: Son llanuras y mesetas compuestas por materiales duros, rocas graníticas y silíceas, que le proporcionan rigidez. Su origen se halla en la Era Primaria o Paleozoico: las cordilleras entonces formadas han sido erosionadas, arrasadas, desde entonces hasta ahora. Ante nuevos movimientos orogénicos, se fracturan o se abomban. Ocupan la mitad occidental de la península. Por ejemplo, la Meseta.

b- Macizos antiguos: Son restos de montañas formadas en el Paleozoico (y, por tanto, ya muy erosionadas) o nuevas cordilleras formadas en el Terciario, cuando la orogénesis alpina provocó un leve levantamiento de los zócalos o escudos. Sus cumbres son suaves y redondeadas, y a veces llanas. Por ejemplo, el Sistema Central, los Montes de Toledo, el Macizo Galaico y el occidente de la Cordillera Cantábrica.

c- Cordilleras de plegamiento: Son grandes elevaciones surgidas en el Terciario con la orogénesis alpina, que afectó a aquellas áreas compuestas por materiales blandos de carácter sedimentario (calizas, por ejemplo), que hasta hacía poco tiempo habían estado sumergidas. La escasa resistencia de este roquedo facilitó el plegamiento del terreno. Dada su relativa juventud, no han sido muy erosionadas, por lo que su aspecto es el de montañas elevadas y escarpadas. Aquí tenemos las llamadas cordilleras intermedias, situadas en los rebordes de los zócalos (Sistema Ibérico, Cordillera Cantábrica oriental), y las cordilleras alpinas (Pirineos, Sistema Bético).

d- Cuencas sedimentarias o depresiones: Son zonas hundidas y llanas, formadas en el Terciario, rellenadas de materiales sedimentarios como calizas, arcillas y areniscas. Su formación se debe, bien a un hundimiento del zócalo (depresiones del Duero, Tajo, Guadiana), o a la emersión de nuevas tierras (depresiones del Ebro y Guadalquivir). Estas últimas son llanas porque no han sido afectadas por ninguna orogénesis. 

 

II. EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Y LOS ARCHIPIÉLAGOS

El relieve actual es el resultado de millones de años de historia geológica en las que se han alternado etapas de orogénesis (durante las que se forman las cordilleras o emerge la tierra) con otras de calma y erosión (en las que se crean las llanuras).

Se distinguen cuatro etapas:

 

1-       Era Arcaica o Precámbrico (4.000-600 millones de años): emergió del mar una banda de tierra de NO a SE y otras elevaciones aisladas en puntos de la actual meseta. Este macizo fue después arrasado por la erosión y nuevamente hundido, quedando bajo los mares.

 

2-       Era Primaria o Paleozoico (600-225 millones de años): tuvo lugar la orogénesis herciniana. De los mares que cubrían casi toda la futura península emergieron montañas que formaron una cordillera, el Macizo Ibérico o Hespérico, que es el núcleo de la actual Meseta. Predominan materiales como el granito, la pizarra y la cuarcita, caracterizados por su dureza. El Macizo Hespérico quedará arrasado por una larga etapa de erosión durante esta misma era y la siguiente, convirtiéndose en zócalo o meseta, inclinada entonces hacia el Mediterráneo.Aparecieron también nuevas tierras al NW (Macizo Catalano-Balear y del Ebro) y al SE (Macizo Bético-Rifeño).

 

3-       Era Secundaria o Mesozoico (225-68 millones de años): Periodo de calma en el que continúa el proceso de erosión de las formaciones montañosas aparecidas en la era anterior y la sedimentación. Ya está prácticamente formada la meseta central, aunque aún se inclina hacia el Mediterráneo; en los periodos de transgresión marina (el mar se retira) se depositan en el borde oriental de la meseta enormes masas de materiales sedimentarios, blandos (al haber estado en contacto con el agua del mar): caliza, arenisca, marga…; lo mismo sucede en las actuales zonas pirenaica y bética.

 

4-       Era Terciaria (68-2 millones de años) la colisión entre placas provocó la orogenia alpina, y como resultado de ella ocurrió lo siguiente:

a.       Se levantaron las cordilleras alpinas al plegarse los materiales blandos depositados en las zonas pirenaica y bética, surgiendo así los Pirineos y las cordilleras Béticas.

b.       Emergen tierras situadas entre las nuevas cordilleras (Pirineos y Sistema Bético) y la meseta: son las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Han permanecido como zonas llanas, con materiales blandos (al haber estado sumergidos), al no haber sido afectadas luego por ninguna otra orogénesis.

c.        La presión de la orogenia alpina también afectó a la meseta central. Se inclinó hacia el Atlántico, determinando la orientación de la mayoría de los ríos actuales. En segundo lugar, se formaron los rebordes montañosos de la meseta al plegarse los materiales sedimentarios depositados en la era Secundaria: zona oriental de la Cordillera Cantábrica y  Sistema Ibérico, y al sur Sierra Morena (ésta se forma por el empuje ejercido por el Sistema Bético). Finalmente, el corazón de la meseta, formado por materiales duros y rígidos, se fractura levantando bloques y rejuveneciendo antiguas montañas: surgen así el Macizo Galaico y las sierras interiores: Sistema Central y Montes de Toledo.

 

d.       Finalmente, la orogénesis alpina también provocó hundimientos de terrenos, creando las depresiones por las que transcurrirán los ríos Duero, Tajo y Guadiana, formándose a continuación cuencas sedimentarias.

 

5-       Era Cuaternaria (últimos dos millones de años): Se producen dos fenómenos: el glaciarismo y la formación de terrazas fluviales. El glaciarismo afectó a las cordilleras más elevadas, dando lugar a glaciares de circo y de valle. Los glaciares son grandes acumulaciones de hielo en las cabeceras de los valles, hallándose rodeados de montañas. Los glaciares de valle surgen cuando el hielo es tan abundante que se desplaza de su sitio original (el circo o depresión) desparramándose valle abajo. Los principales están en los Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sistema Bético-Sierra Nevada (son los lugares donde actualmente se practica el esquí).

Después del glaciarismo se formaron las terrazas fluviales, una especie de escalonamiento del terreno creado por la fuerza erosiva de los ríos: se funden los hielos, aumentan su caudal cuando, ahondan su cauce dejando y depositan a ambos lados materiales sedimentarios.En cuanto a los archipiélagos, las islas Baleares son un eslabón entre la Cordillera Bética y la Cordillera Costero-Catalana. Mallorca e Ibiza son fragmentos emergidos de la primera, mientras que Menorca es una continuación de la segunda. En todas las islas predomina el roquedo calizo. Las costas son acantiladas allá donde las montañas llegan hasta el mar (norte de Mallorca y Menorca); en el resto predominan las playas.Las islas Canarias son de naturaleza volcánica. Se originaron en el Terciario, cuando la orogénesis alpina rompió el fondo del Atlántico y a través de sus fracturas ascendieron grandes masas de rocas volcánicas que dieron lugar a las islas. Las costas se han reformado varias veces por la acción de los volcanes, predominando los acantilados sobre las playas.

 

 

 III. EL ROQUEDO PENINSULAR Y LOS TIPOS DE RELIEVE

En la Península se distinguen tres áreas dependiendo de la naturaleza de su roquedo, dándose en cada una distintos tipos de relieve:

1-             El área silícea: se compone de rocas duras, procedentes del Precámbrico y el Primario, extendiéndose por el oeste peninsular, con ramificaciones hacia la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena. También se dan en lugares donde quedan restos de macizos antiguos: centro de los Pirineos, Cordillera Costero-Catalana y Sistema Penibético. Las rocas predominantes son la pizarra y el granito; este último se caracteriza por su forma cristalina y rígida. Los agentes erosivos le afectan de distinta forma: el agua lo transforma en arena, el hielo lo fractura, dando lugar a los canchales (acumulación de fragmentos de roca al pie de las montañas). La erosión también produce un paisaje muy típico de este área: los berrocales, grandes bolas granito de aspecto suave, amontonadas, configurando a veces formas caprichosas; en los berrocales hallamos tores (apilamientos) y rocas caballeras (las que se sostienen por su base más estrecha).

2-             El área caliza: se compone de sedimentos del Secundario plegados durante el Terciario, extendiéndose por la mitad oriental de la Cordillera Cantábrica, sur de los Pirineos, Sistema Bético, litoral mediterráneo, Sistema Sudbético, ciertos puntos de Sierra Morena y vegas del Guadiana. La roca predominante es la caliza, que es fácilmente moldeable por el agua originando el llamado relieve cárstico, cuyas formas más singulares son:

a-       Lapiaces o lenares: surcos abiertos por las aguas.

b-       Dolinas: cavidades circulares que se forman donde el agua se queda estancada.

c-       Gargantas: valles estrechos y profundos formados por los ríos.

d-       Poljés: depresiones o valles anchos recorridos por corrientes de agura que desaparecen por un sumidero y continúan circulando bajo tierra.

e-       Cuevas: cavidades que se crean al infiltrarse el agua por las grietas del terreno calizo; en ellas pueden formarse estalactitas (depósitos de cal suspendidos del techo de la cueva que forman las gotas de agua) y estalagmitas (depósitos de cal pegados al suelo de las gotas que caen del techo).

3-             El área arcillosa: está formada por materiales sedimentarios poco resistentes (arcillas, margas y yesos) depositados a finales del Terciario y durante el Cuaternario. Se halla entre el área silícea y el área caliza: submeseta norte, parte oriental de la submeseta sur, depresiones del Ebro y del Guadalquivir. El paisaje es llano, pues no ha sido alterado por orogenias posteriores y la erosión ha actuado muy rápidamente, ya que su roquedo es bastante blando. Pueden quedar, no obstante, restos de materiales duros procedentes de épocas anteriores. La alternancia de rocas duras y blandas da lugar a relieves característicos como:

a-       Mesas o páramos: elevaciones con la cima muy ancha y plana.

b-       Cerros testigo: colinas aisladas rodeadas de llanuras.

c-       Cuestas: elevaciones que tienen por un lado una pendiente suave (dorso de la cuesta) y por el otro lado una pendiente abrupta (frente).

 EVOLUCIÓN GEOLÓGICA Y ROQUEDO. CUADRO RESUMEN: 

ERA CRONO-LOGÍA ACTIVIDAD FORMACIONES RESULTANTES ROQUEDO/ RELIEVE
Precámbrico Hasta hace600 millonesde años Emerge una banda de tierra de NW-SE Elevaciones en el centro de la futura Península Ibérica, erosionadas y de nuevo sumergidas Área Silícea: situada al W de la península. Rocas antiguas y duras: granito y pizarra. Formaciones de canchales– berrocales
Primaria o Paleozoico 600-225 millones años Orogénesis herciniana Provoca la formación de los primeros relie­ves, que luego serán profunda­mente erosionados – Macizo Hespérico (centro)– Macizo del Ebro– Mac. Catalano-Balear– Macizo Bético-Rifeño
Secundaria oMesozoico 225-68 millones de años Etapa de calma orogénica.  Erosión de los relieves formados en la era anterior.  Sedimentación – Meseta central (por la erosión del Macizo Hespérico) – Sedimentación en los bordes de la meseta (que se pliegan en la siguiente orogénesis) Área Caliza: situada al Este y en las depresiones. Se producen las formaciones cársticas a partir de la acción del agua en las rocas calizas. Tipos:Lapiaces o lenaresGargantas y fosasDolinasCuevas y simas
Terciaria 68-2 millones de años Orogénesis Alpina.   Área Arcillosa: formada por materiales sedimentarios, muy blandos, como arcillas, ocupa zonas del centro, así como los bordes del área caliza.Son relieves muy llanos, no afectados por orogénesis.Conviven con zonas de materiales más duros y antiguos, formando paisajes de:Mesas o muelas (colinas con amplias cumbres planas).Cerros testigo: súbitas elevaciones en terrenos llanosCuestas: pendientes suaves
– Plegamiento de áreas recién emergidas (materiales blandos) – Pirineos y Sistema  Bético                         
– Fractura de macizos (materiales duros) – Sistema Central, Montes de Toledo y Macizo Galaico
– Fractura y plegamien­to de rebordes de maci­zos (materiales duros y blandos) – Cordillera Cantábrica,  Sistema Ibérico y Sierra Morena
– Rejuvenecimiento del macizo Catalano-Balear – Cordillera Costero-Catalana
– Emersión de nuevas tierras, no afectadas por la orogénesis – Depresiones del Ebro y del Guadalquivir
Cuaternario Últimos 2 millones de años Glaciarismo– Afecta a las cordilleras más elevadas, creando gla­cia­res de circo y de valle – Formaciones de hielo en las cordilleras Cantábrica, Bética y Pirenaica, Sistemas Central e Ibérico.
– Formación de terrazas fluviales al aumentar la fuerza y el caudal de los ríos en épocas de deshielo  – Depresiones del Tajo,       Duero y Guadiana

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IV. GRANDES UNIDADES DE RELIEVE

 

IV1. LA MESETA. 

     s        Áreas Llanas (antiguo Macizo Hespérico):

                 Submeseta Norte: Recorrida por el Duero, se halla a una altitud de 700-800 metros. Destacan los paisajes de páramos (zonas altas formadas de materiales duros) y campiñas (zonas bajas de materiales blandos)

      Submeseta Sur: Comprende las cuencas del Tajo y Guadiana, separadas por los Montes de Toledo. Se halla a una altitud media de 500-600 metros. Es más común el paisaje de campiña, zonas aptas para el cultivo. Se asienta sobre las pizarras del antiguo zócalo y materiales sedimentarios más recientes

 

s       Sierras interiores (abombamiento y fractura del antiguo Macizo):

      Sistema Central: Separa la Submeseta Norte de la Sur. Está formado por materiales paleozoicos, duros y antiguos, que se fracturaron o elevaron con la orogénesis alpina. Destacan sus cumbres planas, pero también las afectadas por los hielos desde el glaciarismo del Cuaternario. En este sistema se hallan las sierras de Gata, Francia, Gredos, Somosierra y Guadarrama. La altitud máxima la ostenta Almanzor (2.592 m).

      Montes de Toledo: Divide en dos la Submeseta Sur, haciendo de divisoria de aguas de las cuencas del Tajo y Guadiana. Su origen es el mismo que el del Sistema Central. Tiene sierras poco elevadas, suaves, con escasas pendientes, muy arrasadas por la erosión, que ha depositado abundantes materiales en las laderas y valles (rañas). Se compone de las sierras de San Pedro, Montánchez, Villuercas y Altamira. La mayor altitud está en torno a los 1.600 m

 

 

.IV.2. REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA.

s        Macizo Galaico y Montes de León: Están formados por materiales muy antiguos y endurecidos del Precámbrico y Primario, fracturados durante la orogénesis alpina. Son montañas de cumbres redondeadas (por la constante erosión), de escasa altitud, dispuestas en el espacio sin una alineación definida, lo que ha dificultado la comunicación de estas regiones con la Meseta. Afectadas por las glaciaciones, se halla aquí el Lago de Sanabria, el mayor de tipo glaciar de la península.

 

s        Cordillera Cantábrica: Localizada al norte, y alineada W-E, aísla a la Meseta de la influencia marina. No es, por su origen, una cordillera uniforme:

      Zona occidental, o zócalo asturiano: era parte del zócalo de la Meseta, por lo que se compone de materiales duros. Cimas muy afectadas por el glaciarismo: lagos de Covadonga. Máximas altitudes en los Picos de Europa, por encima de los 2.600 m.

      Zona oriental: montañas santanderinas y Montes Vascos, formados sobre rocas sedimentarias del Secundario plegadas en el Terciario. Abundan los paisajes cársticos, sobre todo las cuevas, algunas de las cuales estaban ya habitadas (y decoradas) en la Prehistoria.

 

s        Sistema Ibérico: Cordillera de 400 kms. de longitud que procede del levantamiento del reborde oriental del macizo central. Sigue una dirección, en general, NW-SE, separado la Meseta del valle del Ebro. Tiene dos sectores diferenciados:

 

      Sector NW con dirección SE: Sierras de Moncayo (con cumbres a más de 2.300 m) y de la Demanda y Picos de Urbión. Materiales paleozoicos muy endurecidos.

 

      Sector SE con dirección S: Se compone de materiales del Secundario, y por tanto abundan las calizas y los paisajes cársticos (Ciudad Encantada de Cuenca). Tiene un ramal aragonés (Sierra del Maestrazgo) y otro castellano (Sierra de Albarracín y Serranía de Cuenca).

s        Sierra Morena: Se forma con la fractura del reborde sur del macizo central, actuando de escalón entre la Meseta (desde donde esta sierra es poco perceptible) con el valle del Guadalquivir. Tiene materiales paleozoicos mezclados con calizas, por lo que no faltan paisajes cársticos (grutas de Aracena y del Águila; gargantas de San Nicolás del Puerto, etc.). Destacamos las sierras de Pedroches, Aracena y Tudía.

 

 IV.3. CORDILLERAS PERIFÉRICAS.

s          Pirineos: Formado durante la orogenia alpina, ha sido nuestra frontera física (y muchas veces política) con Europa. Se diferencian dos zonas:

      Central: materiales antiguos y endurecidos fracturados en la orogenia alpina (granitos, cuarcitas, pizarras) y afectados posteriormente por el glaciarismo, siendo comunes los circos, lagos y valles en artesa o U). La altitud máxima corresponde al Aneto (3.404 m).

 

      Laterales: también llamados Prepirineos, se sitúan al N y al S del área central; proceden del plegamiento de materiales sedimentarios, por lo que abundan las calizas, las margas y los barrancos profundos. Los ríos forman valles amplios.

 

s        Prolongaciones pirenaicas:

      Cordillera Costero-Catalana: Cierra al E el valle del Ebro, por lo que le aísla de la influencia del Mediterráneo. Tiene una composición litológica variada, con materiales paleozoicos y calizos, y también volcánicos (posteriores a la orogenia alpina). Sigue una doble alineación: paralela a la costa (Altos del Garraf) e interior (Montseny, Montserrat).

 

      Montes Vascos: su litología es del Secundario. Montañas de escasa altura y cumbres suaves.

 

s        Cordilleras Béticas: Se sitúa en la zona de contacto entre las placas africana y euroasiática y todavía está activa desde el punto de vista sismológico. Resulta difícil estudiarla como un conjunto, puesto que tiene una enorme extensión, una orientación compleja y una gran variedad litológica.

      Cordillera Penibética: Bordea la costa mediterránea, desde Gibraltar al cabo de Palos. Predominan los materiales del Paleozoico, erosionados con el glaciarismo; precisamente aquí hallamos las nieves más meridionales de Europa. Integra algunos de los picos más elevados de la península: Mulhacén (3.478 m) y Veleta (3.392 m).

      Cordillera Sudbética: Se localiza al interior, con materiales del Secundario y del Terciario muy plegados por la orogenia alpina. Abundan los paisajes cársticos. Sierras de Cazorla, Ubrique y Grazalema.

 

IV.4. DEPRESIONES: formadas en la segunda mitad del Terciario con materiales sedimentarios depositados por el mar. Son tierras llanas, posteriores a las orogenias, en las que los ríos han abierto amplios cauces.

 

s        Depresión del Ebro: Tierras hundidas y aisladas del mar al estar rodeadas de cordilleras, de ahí sus rasgos continentales desde un punto de vista climático (temperaturas extremas y sequedad). En su origen era un brazo de mar que al cerrarse al E se convirtió en lago, por lo que conserva materiales sedimentarios marinos, unidos luego a otros de procedencia continental. Esta variedad explica las distintas calidades en sus tierras, unas muy fértiles y otras estériles (Monegros).

s        Depresión del Guadalquivir: Al contrario que la del Ebro, ésta está abierta a la influencia atlántica por la desembocadura del río, y se compone mayormente de materiales sedimentarios de origen marino, por lo que abundan las tierras fértiles para el cultivo. De su antigua condición de terreno sumergido conserva aún el paisaje de marismas.

 

IV.5. EL RELIEVE INSULAR.

s        Archipiélago Balear: Está formado por tres islas mayores (Mallorca, Menorca y Eivissa) y dos menores (Formentera y Cabrera), que en realidad son una continuación de la Cordillera Sudbética (Mallorca y Eivissa, con predominio de materiales del Secundario y Terciario) y de la Costero-Catalana (Menorca, con materiales del Primario). Destaca la Sierra de Tramuntana.

s        Archipiélago Canario: No tiene ninguna relación ni morfológica ni geológica con la península, y apenas alguna con el continente africano, del que le separan 100 kms. Se compone de 7 islas (Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife, Gomera, La Palma, Hierro) y numerosos islotes. El origen de este archipiélago es volcánico, por lo que abundan los relieves y paisajes volcánicos (conos de ceniza, calderas, coladas de lava, roques). El Teide es, además de un volcán, el pico más alto de España; el Timanfaya es otro volcán, y además activo, así que ojo. 

 

V. EL RELIEVE DE EXTREMADURAEl relieve extremeño presenta grandes contrastes entre cordilleras, zonas llanas y valles fluviales. La región se sitúa por completo en la submeseta sur y tiene una altitud media de 500m sobre el nivel del mar, variando entre las llanuras de las vegas del Guadiana, a menos de 200m, y las cumbres de la Sierra de Gredos, a más de 2.000m.

 

V.1. Evolución geológica

Forma parte del antiguo Macizo Hespérico, el área más antigua de la Península, que emergió en el Primario con la orogenia Herciniana y fue erosionada en el Secundario, reactivándose las cordilleras del Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena en la orogenia Alpina del Terciario. Dominan los materiales antiguos endurecidos (granito, pizarra, cuarcita), es decir, el paisaje silíceo, aunque también existen zonas con materiales sedimentarios más recientes en las vegas del Guadiana y entre el Tajo y el Tiétar, así como áreas cársticas en Sierra Morena. El glaciarismo del cuaternario apenas afectó a las cumbres más elevadas de la Sierra de Gredos.

 

V.2. UNIDADES DE RELIEVEDe norte a sur tenemos las siguientes:

 

1-       Sistema Central: Está formado por las sierras de Gata, Francia y Gredos; en esta última se halla la cumbre más elevada de la región, el Calvitero, situado a 2.400m. De origen herciniano, formado con materiales muy duros, el sistema fue rejuvenecido y fracturado en la orogénesis Alpina. La erosión ha dejado cumbres suaves y redondeadas en las sierras de Gata y Francia, y cumbres más elevadas y escarpadas, separadas por profundos valles, en la de Gredos.

 

2-       Valle del Tajo: Discurre por tierras llanas, casi siempre muy encajonado y difícil de acceder a él (lo que explica la escasa densidad de población que se registra en sus inmediaciones), aunque otras veces forma amplias vegas aptas para el cultivo (Tiétar, Alagón, Jerte). Sus aguas están muy aprovechadas gracias a los numerosos embalses para producción hidroeléctrica y regadíos; los mayores son los de Alcántara, Valdecañas y Gabriel y Galán.

 

3-       Montes de Toledo: En la parte extremeña de esta cordillera se encuentran las sierras de Villuercas, Montánchez y San Pedro. Sirven de divisoria de aguas entre las cuentas del Tajo y el Guadiana. Están formadas con materiales muy duros y antiguos y cumbres, bien redondeadas, bien en forma de crestas (relieve apalachense), con abundancia de rañas.

 

4-       Penillanura trujillano-cacereña: Terrenos también muy antiguos de pizarras y cuarcitas convertidos en penillanura tras millones de años de erosión y sedimentación.

 

5-       Valle del Guadiana: El río discurre con pasmo y tranquilidad por amplias llanuras de materiales sedimentarios fértiles, muy aptos para el cultivo (vegas). Consta también de grandes pantanos como el de Alqueva, La Serena, García de Sola, Alange y Orellana que abastecen una de las zonas más extensas de regadío de España.

6-       Zonas llanas de Badajoz: Tierra de Barros, La Serena, llanuras de Olivenza y Campiña Sur. Área de gran planicie salpicada a veces de relieves montañosos aislados.

 

7-       Sierra Morena: Separa a Extremadura de la Depresión del Guadalquivir. En ella se encuentran las sierras de Jerez, Tudía (el pico más elevado es Tentudía, a 1.100m, que se ve desde tu ventana), San Miguel y Hornachos. Son de escasa elevación. Materiales silíceos y a veces calizos, con abundancia de minas.