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Exámenes de Ciencias Sociales, 1º E.S.O.

 

 

 

 

 

 

 

 

 EXÁMENES 2009/2010 – Ciencias Sociales 1º de E.S.O.

 

PRIMERA EVALUACIÓN :   15 de septiembre – 15 de diciembre de 2009.

TEMAS

FECHA

-Introducción: Geografía  e Historia   y  

 Tema 1: El planeta Tierra.

1ºC: jueves, 8 de octubre.

1º B y 1ºD:  viernes, 9 de octubre.

-Tema 2: El relieve y 1ª parte tema 5:

Los continentes (África, Asia y América)

1ºC: jueves, 12 de  noviembre.

1º B y 1ºD:  viernes, 13 de noviembre.

 

-Temas 3 y 4.- Climas de la Tierra y

 medios naturales.

1ºC: jueves, 3 de  diciembre.

1º B y 1ºD:  viernes, 4 de diciembre.

Recuperación.

1ºC: jueves, 10 de  diciembre.

1º B y 1ºD:  viernes, 11 de diciembre.

 

 

SEGUNDA  EVALUACIÓN:  15 de diciembre –  18 de marzo de 2010

 TEMAS FECHA
-Temas 5 y 6: Los continentes (Europa),  España  y  Extremadura.  

 

-La Historia: fuentes, etapas,… y  Tema 7.-  La  vida en la Prehistoria.  

 

Tema 8.-  Las Primeras Civilizaciones.

 

 

 -Recuperación.    

 

 

 

TERCERA  EVALUACIÓN:  8 de marzo – 7 de junio de 2010.

 TEMAS

FECHA

-Tema 9.- Grecia
Tema 10.- Roma.
-Tema 11.- Hispania romana y visigoda.

 

-Recuperación.

 

 

 

 

PRUEBA EXTRAORDINARIA

 Contenidos

FECHA

Competencias básicas y temas  no superados en evaluación continua:  

 1ª, 2ª y 3ª evaluación.

Junio.

INFORMACIÓN SOBRE NUESTRO CICLO DE GRADO MEDIO

Ciclo de Grado Medio de
 
Montaje y Mantenimiento de Instalaciones de Frío, Climatización y Producción de Calor
 
 


¿Para qué sirve un titulado en Montaje y Mantenimiento de Instalaciones de Frío, Climatización y
 
producción de Calor?
 
 
La descripción oficial dice:
  • Competencia general. Los requerimientos generales de cualificación profesional del sistema productivo para este técnico son:

    Realizar
    las operaciones de montaje, mantenimiento y reparación de instalaciones
    de frío, climatización, calefacción, agua y gases combustibles en
    edificios, instalaciones de proceso continuo y auxiliares a la
    producción, con la calidad requerida, cumpliendo la reglamentación
    vigente y en condiciones de seguridad.

    Unidades de competencia:

  • Montar y mantener instalaciones de refrigeración comercial e industrial.
  • Montar y mantener instalaciones de climatización y ventilación.
  • Montar y mantener instalaciones de producción de calor.
  • Montar y mantener redes de agua y de gases combustibles.
  • Realizar la administración, gestión y comercialización en una pequeña empresa o taller.

Los puestos de trabajo que podrás desempeñar son:

  • Instalador/mantenedor de instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria.
  • Instalador/mantenedor de instalaciones de califacción y climatización.
  • Instalador/mantenedor frigorista.
  • Instalador de gas.
  • Mantenedor de instalaciones auxiliares a la producción.
  • Mantenedor de instalaciones de proceso.   
Algunos de los lugares en los que podrás trabajar son:
  • Edificios de oficinas, viviendas, museos, hospitales, hoteles, hipermercados, etc.
  • Instalaciones auxiliares a la producción en cualquier tipo de industria.
  • Empresas instaladoras de refrigeración industrial, climatización, calefacción, energía solar térmica, etc.
  • Empresas instaladoras de equipamento para gas natural.
  • Industrias de productos alimenticios y bebidas.
  • Como trabajador independiente.

¿Cuales son los requisitos que debo cumplir para poder realizar este ciclo?
 

Se puede acceder a un Ciclo de Grado Medio de dos formas:

Acceso directo.

Para acceder a un Ciclo de Grado Medio directamente se deben poseer alguna de las siguientes acreditaciones académicas:

  • Estar en posesión del título de Graduado en
    Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
  • Tener
    superada la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años.  

Acceso mediante prueba

Para poder concurrir a la prueba que da acceso a los Ciclos Formativos de Grado Medio, se requerirán las siguientes condiciones:

  • Tener 17 años cumplidos en el año de realización de la prueba.

    Quienes hayan superado los módulos obligatorios de
un Programa de Cualificación Profesional Inicial, estén en posesión de
un certificado de profesionalidad o acrediten una determinada
cualificación o experiencia laboral de al menos el equivalente a un año
con jornada completa en el campo profesional relacionado con los
estudios que se quieren cursar,  tendrán una exención de la parte
de la prueba que proceda.

 

 

¿Cuales son los módulos que componen el ciclo?

 
Divididos en dos cursos y con una duración de 2000 horas los alumnos cursarán los siguientes módulos:
  1. Máquinas y equipos frigoríficos (255 horas)
  2. Instalaciones frigoríficas (200 horas) 
  3. Instalaciones de climatización y ventilación (155 horas) 
  4. Instalaciones de producción de calor (130 horas) 
  5. Instalaciones de agua y gas (110 horas) 
  6. Administración, gestión y comercialización en la pequeña empresa (95 horas)
  7. Electrotecnia (190 horas)
  8. Técnicas de mecanizado y unión para el montaje y mantenimiento de instalaciones (225 horas)
  9. Instalaciones eléctricas y automatismos (130 horas) 
  10. Seguridad en el montaje y mantenimiento de equipos e instalaciones (65 horas) 
  11. Formación en centro de trabajo (380 horas) 
  12. Formación y orientación laboral (65 horas)

 


 ¿Que debo hacer para inscribirme?

 
Para realizar la preinscripción sólo tienes que entregar en el IES ALBA PLATA este ANEXO (puedes descargarlo aquí).
 
El plazo de preinscripción permanecerá abierto entre los días 5 de junio y 30 de junio de 2009.
 

Tema XI Historia 2º Bach: Comentario

Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente. 

COMENTARIO DEL TEXTO XI: CONSTITUCIÓN DE 1869

  

LOCALIZACIÓN

Se trata de un texto de naturaleza jurídica, una constitución o carta magna redactada por las Cortes constituyentes abiertas el 11 de febrero de 1869 tras la celebración de elecciones mediante sufragio universal, tal y como se indica en el preámbulo. Se sitúa en el Sexenio Revolucionario (1868-1874) y se concibe como el texto donde irán explícitos los valores políticos y sociales de la revolución conocida como La Gloriosa, que pretendía ante todo democratizar la vida política española. Va dirigida a todos los españoles.

 

ANÁLISIS

El texto contiene los artículos más significativos de la Constitución, aquellos que tienen como propósito garantizar los valores citados en el preámbulo: justicia, libertad, seguridad, y felicidad (“proveer al bien de cuantos vivan en España”). Los tres primeros (2, 3 y 4) refieren a los derechos del individuo, en concreto al habeas corpus, conjunto de garantías que asisten a quienes son detenidos y que pretenden evitar los abusos de las fuerzas de seguridad; se defiende la inviolabilidad del individuo, dando preferencia a su libertad y su seguridad hasta tanto no se demuestre su culpabilidad en la comisión de un delito. El artículo 21 trata de la cuestión religiosa, en lo que tanto tiempo y tantos debates invirtieron las Cortes; se establece, por vez primera en una constitución española, la libertad de culto, pero a cambio el Estado sigue comprometiéndose a mantener a los eclesiásticos, cuyos recursos habían menguado desde la desamortización; fue una solución de compromiso que intentaba contentar tanto a los católicos como a los anticlericales. El artículo 26 establece, por vez primera en la historia, la libertad de movimientos de los españoles que deseen ir al extranjero. El artículo 32 establece, también por vez primera en una constitución, la soberanía nacional plena, no compartida con el rey. El artículo 33 establece la monarquía como modelo de organización del Estado, otra de las cuestiones polémicas durante el Sexenio, pues amplios sectores que apoyaron la revolución deseaban, tras la nefasta experiencia del reinado de Isabel II, la instauración de una república. Sin embargo, será una monarquía mucho más limitada que la anterior, puesto que no goza de la soberanía y únicamente detenta el poder ejecutivo (la facultad que se le reconoce de sancionar y promulgar las leyes es meramente un trámite). No se cita aún quién será el titular de la monarquía. Los artículos restantes consagran la división de poderes: el legislativo reside en las Cortes, que son la principal institución del país, pues en el preámbulo se dice que representan a la nación española, que es la titular de la soberanía; y el judicial en los tribunales. COMENTARIO HISTÓRICOa- Precedentes: La Carta Magna de 1869 es la sexta experiencia constitucional en la historia española, tras la Constitución de 1812 (de signo liberal progresista), el Estatuto Real de 1834 (muy conservador), la Constitución de 1837 (progresista), la de 1845 (moderada) y la de 1855 o non nata (progresista).

b- Contextualización: Como decíamos, la Constitución de 1869 pretendía consagrar los valores de la Revolución acaecida el año anterior e instaurar en España una verdadera democracia. Es de carácter progresista porque los diputados que la redactaron, al ser elegidos por sufragio universal, pertenecían mayoritariamente a las fuerzas políticas más abiertas a los cambios. En la calle, el ambiente era igualmente intenso. La revolución había mandado al baúl de los recuerdos a los moderados y dio una mayor participación y más libertades para expresarse a los ciudadanos. Esta fue la gran conquista de la revolución; durante los seis años que duró, el pueblo pudo vivir en primera persona la democracia, de ahí que se conozca esta etapa como la del Sexenio Democrático. La constitución resultante de este ambiente político fue también la más democrática de todas las que hubo en el siglo XIX, superándose por vez primera la constitución de Cádiz.

c- Consecuencias: Claro que, al igual que ésta, tampoco duró mucho. Una vez elegido rey Amadeo de Saboya, la aplicación de esta Constitución estuvo dificultada por los múltiples problemas internos habidos en España y por la inestabilidad política, que determinaron la abdicación del rey en 1873. La I República intentó elaborar una nueva constitución donde desapareciese la monarquía y se instaurase el federalismo. La restauración de la monarquía en 1875 en la persona de Alfonso XII tampoco aceptó esta constitución y optó por otra de tendencia mucho más conservadora.

Tema XI Historia 2º Bach: El sexenio revolucionario.

Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente. 

TEMA XI: EL SEXENIO REVOLUCIONARIO

 XI.1. La revolución y la Constitución de 1869X.1.1. Causas de la revolución

De nuevo sería un pronunciamiento militar el detonante de un cambio político en la España del siglo XIX. Esta vez ocurrió en Cádiz y pronto fue secundado por otras guarniciones militares. La diferencia es que ahora el apoyo popular y político va a ser masivo y los efectos no se van a limitar a un cambio de gobierno, sino a un cambio de régimen. Por ello hablamos de revolución: por la extensa implicación social y geográfica que tuvo el movimiento y por los cambios estructurales que produjo, o al menos que intentó producir. Los coetáneos, entusiasmados con la revolución y con las expectativas que traía, la llamaron “la Gloriosa”.

En el estallido revolucionario confluyeron varias causas políticas, ideológicas y económicas. Vamos a sintetizarlas en tres:

1-       El descrédito de la monarquía, debido a su intervencionismo en la política y a la corrupción, y su identificación cada vez mayor con los sectores más conservadores.

2-       La penetración en la sociedad del ideario demócrata. Con una Iglesia en decadencia a causa de las desamortizaciones, nada impedía ya que la población se fuera abriendo a las ideas democráticas y echase de menos en el régimen vigente mayores libertades.

3-       La crisis agraria y financiera de 1866, que había llevado el malestar a todas las capas sociales.

En ese mismo año, los partidos de la oposición a los moderados alcanzaron un acuerdo mediante el cual lucharían por el derrocamiento de la reina y la convocatoria de una Cortes constituyentes mediante sufragio universal masculino. Las conspiraciones se sucedieron y en ellas intervino todo el arco político, desde carlistas hasta republicanos, pasando por los primeros socialistas, los progresistas, los de la Unión Liberal, e incluso miembros de la familia real. El siguiente paso fue la insurrección militar, ante la cual no pudieron hacer nada las tropas leales a Isabel II. Ésta hubo de huir a Francia, por lo que fue destronada. Se formaron juntas revolucionarias por todo el país y el control de la situación acabarán tomándolo los liberales progresistas (Sagasta, Ruiz Zorrilla) y los militares vinculados a la Unión Liberal (Serrano, Prim, Topete). Entre ellos formaron un gobierno provisional.

XI.1.2. El gobierno provisional y la regencia de Serrano

Apoyado por el ejército, las milicias populares y los sectores progresistas, este gobierno pronto se vio presionado por las juntas revolucionarias para que tomase las primeras medidas, que fueron las siguientes:

1-       Ampliación de las libertades individuales (de asociación, de expresión, de enseñanza), y entre ellas la libertad religiosa. Se expulsó de nuevo a los jesuitas, se proclamó la libertad de cultos y se abolió el fuero (jurisdicción privada) de los eclesiásticos.

2-       Adopción de medidas económicas encaminadas a aliviar la presión fiscal (supresión del impuesto de consumos), propiciar el crecimiento minero e industrial y beneficiar el comercio exterior (reforma de los aranceles aduaneros).

Sin embargo, el gobierno provisional se decantó por restaurar la monarquía (sin decidirse de momento por ningún rey en concreto), lo que provocó el descontento de los republicanos. Para clarificar el modelo de Estado, se convocaron elecciones a Cortes constituyentes por sufragio universal masculino a fin de que se redactase una nueva constitución, que se elabora a lo largo del año 1869. Aprobada la constitución, que también se decantó por la conservación de la monarquía, se estableció una regencia hasta tanto se encontraba un nuevo rey para España, descartándose de inmediato la continuidad de la dinastía borbónica. El general Serrano fue nombrado regente, y el también general Prim presidente del gobierno. Éste fue quien se ocupó de la misión de buscar rey, y el elegido fue Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia; atrás quedó la candidatura del rey portugués Fernando de Coburgo, que motivó los recelos de Inglaterra y de la propia Portugal ante los temores de que se uniesen los dos reinos peninsulares. Los Saboya contaban con la ventaja añadida, y el prestigio, de que acababan de lograr la unificación de Italia y de que eran afectos al liberalismo. Amadeo, finalmente, logró una amplia mayoría entre los diputados de las Cortes y fue elegido rey de España en noviembre de 1870. Poco después fue asesinado en un atentado su más firme valedor, Prim.

XI.1.3. La Constitución de 1869

Las Cortes que elaboraron esta constitución fueron famosas por la calidad de los debates que en ella se oyeron. Los brillantes oradores pertenecían a una nueva generación de políticos llamados a ocupar en el futuro importantes responsabilidades, tales como Castelar y Canovas. En la calle, el ambiente era igualmente intenso. La revolución había mandado al baúl de los recuerdos a los moderados y dio una mayor participación y más libertades para expresarse a los ciudadanos. Con la introducción de sufragio universal masculino, todo el mundo se interesaba por la política, por conocer mejor las distintas opciones a las que podía confiar su voto. Proliferaron las tertulias, los clubes, los órganos de prensa, los mítines… Esta fue la gran conquista de la revolución; durante los seis años que duró, el pueblo pudo vivir en primera persona la democracia, de ahí que se conozca esta etapa como la del Sexenio Democrático. La constitución resultante de este ambiente político fue también la más democrática de todas las que hubo en el siglo XIX, superándose por vez primera la constitución de Cádiz de 1812. Claro que, al igual que ésta, tampoco duró mucho.

Fueron dos los asuntos más espinosos en los debates de la nueva constitución: el tipo de régimen (monarquía o república) y la cuestión religiosa. Finalmente se decidieron por una monarquía en la que los poderes del rey quedaban muy recortados. El lema que aplicaron era el siguiente: “el rey reina pero no gobierna”. El otro asunto se arregló a medias: se aceptó la libertad de culto, pero se mantendría con dinero del Estado el culto y clero católicos.

Además, la constitución de 1869 estableció los principios fundamentales del liberalismo democrático: sufragio universal, soberanía nacional, capacidad legislativa plena de las Cortes, independencia también plena del poder judicial, amplia declaración de derechos y libertades del ciudadano, etc. Se mantuvo vigente hasta el fin del sexenio, en 1874.

 XI.2. El reinado de Amadeo I

Llegó a España en enero de 1871 resuelto a ser el rey constitucional que todos esperaban, pero las dificultades que se encontró fueron enormes. El primero fue la pérdida del más brillante político del sexenio y su principal apoyo, Prim. El problema más gordo fue luego el de la estabilidad política, pues los gobiernos se sucedían unos a otros (Sagasta, Serrano, Zorrilla, etc.) sin conseguir que alguno de ellos fraguase. A la debilidad interna se unía la oposición que se gestó en torno al rey. ¿Quiénes no le querían? A saber: las elites tradicionales (el clero y la nobleza), que no aceptaban un rey extranjero que, encima, había arrebatado al papa sus estados del centro de Italia al unificar Italia y que había sido nombrado por un gobierno que había terminado con los últimos privilegios de la Iglesia en España; los republicanos, por razones obvias; el movimiento obrero, que estaba en pleno auge tras la Comuna de París de 1871; y los monárquicos partidarios de los Borbones, vinculados a Cánovas del Castillo.

Además de todo ello, se desató en Cuba, colonia española, una guerra por su independencia. Como sólo faltaba que la abuela pariese, por si no había bastantes problemas reaparece el carlismo provocando la tercera guerra civil.

Harto de problemas, el rey abdicó en febrero de 1873 y las Cortes, de inmediato, proclamaron la I República. La etapa de Amadeo representa el fracaso del intento por consolidar en la España del siglo XIX una monarquía verdaderamente democrática.

 XI.3. La I RepúblicaXI.3.1. Los gobiernos republicanos

La primera experiencia republicana en la historia española sólo duró 11 meses, intentando sin éxito llevar adelante los ideales de la revolución nacida en septiembre de 1868. La idea republicana no gozaba aún de suficiente raigambre en el país y, además, sus cuadros dirigentes pronto manifestaron discrepancias internas. Ahora, el motivo de división era el modelo de gobierno territorial: centralismo o federalismo. Los presidentes que tuvo la república fueron:

1-       Estanislao Figueras: febrero a junio de 1873. Su propósito principal fue la constitución de unas nuevas Cortes que definieran la situación creada por la proclamación de la República. Reunido este nuevo parlamento en el mes de junio, fue nombrado un nuevo presidente:

2-       Francisco Pi y Margall: junio y julio de 1873. Partidario del federalismo, presentó un proyecto de nueva constitución que dividía a España en 17 estados federados, pero los acontecimientos se precipitaron y la insurrección cantonal (federalistas radicales) iniciada en Cartagena propició su caída.

3-       Nicolás Salmerón: julio a septiembre de 1873. Dio un giro conservador a la república y centró sus esfuerzos en acabar con el problema cantonal. Dimitió.

4-       Emilio Castelar: septiembre de 1873 a enero de 1874. Practicó una política de autoridad encaminada a preservar el orden y la unidad del país.

XI.3.2. El cantonalismo

Los republicanos federalistas más intransigentes no esperaron a que las Cortes resolvieran la cuestión del modelo territorial para España y decidieron actuar por su cuenta. Se amotinaron en Cartagena y en otras ciudades de Levante y de Andalucía, declarándolas estados independientes con la finalidad de acelerar la formación de un estado español federal. El movimiento obrero, aún incipiente pero muy activo, acudió a apoyarles, entre ellos los anarquistas. Buena parte del país se fraccionó en pequeños estados a escala provincial, comarcal e incluso local, formando gobiernos soberanos y hasta organizando sus propios ejércitos. El ejército de la república se empleó con dureza contra las zonas insurrectas. El último cantón en caer fue Cartagena, donde el apoyo popular era importante. El cantonalismo desacreditó al movimiento federal, y de paso a la República; al mismo tiempo, robusteció el prestigio de los militares que se distinguieron en su pacificación, y ellos serán los protagonistas del nuevo cambio de régimen al avalar la monarquía de Alfonso XII.

XI.3.3. Los problemas y la crisis del Sexenio

Otros dos problemas enturbiaron el desarrollo de la República y de los dos últimos años del Sexenio: la guerra de Cuba y el carlismo. La primera había estallado en 1868; los cubanos rechazaban su condición de colonia y denunciaban la explotación a la que eran sometidos, y fueron apoyados por Estados Unidos, aunque los yankees lo que querían realmente era quedarse con la isla. Las negociaciones con los rebeldes fracasaron y la guerra se alargó durante diez años, causando enormes pérdidas humanas y materiales, lo que motivó el descontento de la población. Por su parte, el carlismo aprovechó el revuelo causado por el exilio de Isabel II y la proclamación de la República para volver a dar la vara. Las circunstancias le beneficiaron, pues muchos de los opuestos a la Revolución de 1868 se aliaron con los carlistas con tal de hacerla fracasar y volver al orden tradicional. Como en las elecciones sacaban pocos diputados, los partidarios de Carlos VII decidieron volver al campo de batalla, logrando imponerse en el norte y en el Levante. La República tampoco pudo con ellos; no serán derrotados hasta 1876.

Frente a los problemas en casa y en Cuba, la República ofrecía una imagen de debilidad y de división interna que impedía afrontarlos con firmeza. El general Pavía decidió acabar por las buenas con las Cortes republicanas disolviéndolas tras un golpe de estado. El régimen se mantuvo durante todo el año 1874 bajo la presidencia del general Serrano. Sin renunciar a los principios de la Constitución de 1869, su mandato se obsesionó  por  garantizar la unidad del país y concitar el apoyo de los poderes fácticos (iglesia, ejército, burguesía, liberales moderados), por lo que aplicó una política conservadora. Sin embargo, ello no impidió que esos mismos poderes se aproximaran a la idea de Cánovas del Castillo sobre el retorno de los Borbones en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II. Su proyecto parecía ser la solución para devolver al país la calma y solucionar los problemas de orden internos y externos. Otro pronunciamiento militar, éste protagonizado por Martínez Campos en diciembre de 1874, propició la venida de Alfonso XII y con él la de una nueva etapa política que se prolongará hasta la II República (1931): la Restauración.

 

Tema X Historia 2º Bach: Comentario

Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente. 

COMENTARIO DEL TEXTO X: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL

 

LOCALIZACIÓN

Texto de naturaleza jurídica, pues se trata del fragmento de uno de los primeros decretos que se pusieron en marcha durante el reinado de Isabel II para desvincular las tierras de la Iglesia y proceder a su venta. Publicado en febrero de 1836, durante la regencia de María Cristina, su autoría se debe a Juan Álvarez Mendizábal, político liberal progresista y presidente del gobierno durante esta etapa, que además de las leyes de desamortización aplicó una nueva Constitución, la de 1837, y llevó a cabo la transición hacia un régimen capitalista burgués, desmontando las estructuras del Antiguo Régimen. El decreto se dirige a toda la población, pero afecta fundamentalmente a las órdenes religiosas.

 

ANÁLISIS

El texto comienza justificando la decisión de expropiar las tierras del clero regular: por un lado, aliviar la deuda del Estado, que viene de lejos, puesto que la base fiscal era muy reducida y los gastos de la guerra contra el carlismo eran cuantiosos; por otro, mejorar la productividad de unos terrenos cuyos propietarios no trabajaban y que, según la mentalidad burguesa, estarían en mejores manos si fueran privatizados: “a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellos las ventajas que no podrían conseguirse por entero en su actual estado”. El artículo primero dictamina la venta de las propiedades de las comunidades religiosas extinguidas, esto es, de los conventos y monasterios clausurados desde el Trienio Liberal hasta la actualidad; se hará dividiéndolas en lotes para que pudieran acceder a ellas el mayor número de propietarios posibles. Para tal fin, los precios de los terrenos no fueron elevados y, además, se concederían facilidades de pago a los compradores. El dinero que se ingresare de las subastas iría a las arcas del Estado. El artículo segundo exceptúa de las ventas los edificios de especial utilidad pública o valía artística, a fin de proteger el patrimonio nacional y evitar la dispersión de obras de arte. COMENTARIO HISTÓRICO

a- Precedentes: Los gobiernos ilustrados del siglo XVIII intentaron poner remedio a la situación en la que se encontraba la agricultura española, poco productiva y con la propiedad concentrada en pocas y muy inútiles manos, casi todas vinculadas (no enajenables) a los estamentos privilegiados y a los municipios. De esta forma, se dictaron leyes que limitaban la creación de mayorazgos, se inició una tímida desamortización de las tierras de la Iglesia con el gobierno de Godoy y de las propiedades municipales que no se explotaban (baldíos), y se atajaron los abusos de la Mesta. Pero la Reforma Agraria tuvo un alcance muy limitado, pues no se atrevieron a profundizar en estas medidas, apenas se tocaron los intereses de los privilegiados y el miedo a que se desatara una revolución como la francesa de 1789 paralizó la Reforma a finales del siglo XVIII. Las experiencias liberales anteriores al reinado de Isabel II retomaron la cuestión de la reforma agraria. Tanto las Cortes de Cádiz (1810-1813) como el Trienio Liberal (1820-1823) abolieron el régimen señorial, desvincularon la propiedad nobiliaria, diseñaron el reparto de los bienes de propios y comunales e iniciaron la desamortización de las tierras de la Iglesia, pero las reacciones absolutistas en 1814 y 1823, respectivamente, truncaron las reformas. La cuestión agraria y su problemática fue heredada en toda su extensión por los gobiernos liberales a partir de 1833.

b- Contextualización: El gobierno progresista de Juan Álvarez de Mendizábal expide, a lo largo de 1836 y 1837, un decreto y una ley por los que nacionaliza (apropiación por el Estado) los bienes del clero regular (las órdenes religiosas), regulando su tasación, subasta y venta a particulares. La finalidad era reducir la deuda del Estado, pagar los gastos de la guerra contra los carlistas y favorecer la producción agraria al pasar los bienes de la mano muerta, que generaba escasos beneficios, a propietarios particulares que las explotarían con mejor criterio. La regencia de Espartero amplió en 1841 la desamortización a los bienes del clero secular (iglesias, parroquias, catedrales), comprometiéndose el Estado a mantener a los curas para garantizar la continua­ción del culto católico. El gobierno moderado instaurado en 1843 suspenderá el proceso, pero no devolvió a la Iglesia los bienes que ya habían sido vendidos. No será hasta el Bienio Progresista (1854-1856) cuando se complete la desamortización eclesiástica y se afronte la desamortización civil de los bienes municipales, siendo Pascual Madoz, ministro de Hacienda, su principal impulsor.

c- Consecuencias: Se estima que se sacaron a la venta unos 10 millones de hectáreas, lo que representaba el 20% del territorio español y el 40% de la tierra cultivable. Los objetivos se cumplieron, pero a medias: la deuda pública se redujo; la producción se incrementó de forma muy notable al ponerse en cultivo nuevas tierras y mejorar algo los rendimientos de las que ya se labraban; también se amplió y se diversificó el número de propietarios. Sin embargo, no se consiguió que la mayoría de los campesinos, que carecían de recursos para acudir a las subastas, accedieran a la propiedad de las tierras. Su situación se deterioró y quedaron a merced de la burguesía agraria latifundista, los caciques en suma; es lo que se ha venido a llamar la proletarización del campesinado. En definitiva, se solucionó el tema de la propiedad, pero se generó un problema social en el campo. El hambre de tierra, el paro y la pobreza generaron numerosos conflictos en todo el país; el problema permanecerá latente y sin solución aparente hasta la II República (1931-1939). Por otra parte, la lista que se confeccionó de edificios de utilidad pública y valía artística no fue generosa, por lo que se perdieron o salieron del país muchas obras de arte al caer en manos de compradores desaprensivos que sólo buscaban el interés material.