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Apuntes: Temas XI y XII -Historia 1º Bach.-

 

I.E.S. Alba Plata (F. Cantos)

Dpto. de Geografía e Historia

Felipe Lorenzana de la Puente

 

                       TEMAS XI y XII:

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LA GUERRA FRÍA Y LA POLÌTICA DE BLOQUES

 

I. ANTECEDENTES.

Los antecedentes de la Segunda Guerra Mundial se hallan en el expansionismo de Alemania, Italia y Japón, motivado por la necesidad que alegaban de tener de un espacio vital donde explotar las materias primas de las que era deficitarios y alojar sus excedentes demográficos. Era también una reacción a los tratados de paz de la I Guerra Mundial, que habían perjudicado a Alemania y no habían satisfecho a Italia ni a Japón en sus aspiraciones territoriales. Por último, esta política expansionista se llevó a cabo porque fue consentida por las democracias europeas, quienes no advirtieron de que se trataba de la antesala de un nuevo conflicto mundial.

  • M El expansionismo italiano se centró en la ocupación de Etiopía en 1935 y de Albania en 1939.
  • M El alemán se produce tras la denuncia que hace del Tratado de Versalles y el abandono de la Sociedad de Naciones. Hitler procedió a partir de 1936 a la remilitarización del Sarre, lo que tenía vetado por las condiciones de aquel tratado, y en 1939 obtuvo el consentimiento francés y británico para ocupar Austria y la región de los Sudetes checoslovaca.
  • M El expansionismo japonés se centra en Manchuria (norte de China) desde 1937.

El antecedente más significativo de la II Guerra Mundial fue la Guerra Civil española (1936-1939), en la cual no fue respetado el acuerdo internacional de no intervención en la misma. El bando rebelde del general Franco obtuvo el apoyo de Italia y Alemania, quienes tuvieron así la oportunidad de probar el armamento que habían ido fabricando intensivamente durante los últimos años. Por su parte, el bando republicano no contó con el apoyo de las democracias occidentales ni siquiera para al abastecimiento de armas. Sólo la URSS y los voluntarios de las Brigadas Internacionales acudieron en su defensa. La Guerra Civil, en fin, demostró la alianza entre Alemania e Italia, les sirvió de preparativo militar y ratificó la actitud pasiva del resto de los países europeos y de Estados Unidos ante el expansionismo y la beligerancia de los regímenes totalitarios.

 

II. LA POLÍTICA DE ALIANZAS.

II.1. Los países del Eje.

Se trataba de Alemanía, Italia y Japón. Tenían en común que no aceptaban los tratados de paz de la I Guerra Mundial, que sus economías habían sido muy dañadas por la crisis de 1929 (aunque habían conseguido recuperarse por sus propios medios), que tenían regímenes dictatoriales y presumían de un anticomunismo feroz. Sus intereses, además, no chocaban entre sí: Alemania tenía su mirada puesta en Europa central y oriental, Italia en el Mediterráneo y Japón en China y el Pacífico.

  • Alemania era, en 1939, de nuevo, la primera potencia económica de Europa, aunque muy dependiente de las materias primas foráneas. Su ejército era también el más poderoso, modernizado y con un gran número de efectivos humanos. Contaba con 139 divisiones, 3.500 tanques, 5.200 aviones y una flota poderosa.
  • Italia disponía de una armada muy competente. Su economía, sin embargo, era muy dependiente del sector exterior, lo cual podría perjudicarle si quedaba aislada en caso de guerra.
  •  Japón contaba con un potentísimo ejército, destacando la armada, pero también dependía del exterior para el suministro de energía y materias primas.

 

II.2. Los aliados.

Los países que se aliarán contra el eje en la II Guerra Mundial estaban menos cohesionados, y sólo les unía el temor al expansionismo alemán, aunque lo interpretaban de distinta manera: para Francia y Gran Bretaña era un contrapeso al comunismo soviético, y para la URSS la guerra podría ofrecerle posiblidades para recuperar los territorios perdidos por el tratado de Brest-Litovsk (1917) y para extender internacionalmente la revolución comunista. Una vez que consideraron la guerra como algo inevitable, las potencias occidentales pretenderán desviarla hacia la URSS (quien fue excluida de la Conferencia de Munich de 1939 que consintió la expansión alemana hacia centroeuropa), mientras que los rusos harán lo propio tras firmar con Alemania en 1939 un tratado de no agresión. Por último, los Estados Unidos se mantenían al margen de la problemática, si bien eran más afines políticamente a Francia y al Reino Unido.

  • Francia y el Reino Unido eran potencias económicas de nivel inferior a Alemania (la producción de ésta igualaba a la de esos dos países juntos), tenían una economía orientada hacia el sector exterior y su capacidad militar consistía en ejércitos reducidos y anticuados, si bien su poderío naval les permitiría asegurar los abastecimietos. Sus abundantes colonias no eran una ventaja excesiva para la guerra (a fin de cuentas, constituían nuevos frentes que habría que defender). En definitiva, necesitaban aliarse entre sí y buscar nuevos aliados para hacer frente a Alemania. Durante la guerra, Francia fue ocupada rápidamente por los germanos y poco pudieron contribuir al desarrollo de la misma en otras latitudes. Gran Bretaña llevó entonces el peso de la guerra hasta la implicación en ella de la URSS y de Estados Unidos a partir de 1941.
  • 7 La URSS tenía un enorme peso territorial y demográfico, un ejército moderno y un crecimiento industrial sostenido, aunque inferior aún al alemán. Disponía de materias primas abundantes. Su objetivo era recuperar las áreas perdidas en 1917. Intervendrá como aliado desde 1941 tras la ruptura, por parte alemana, del pacto de no agresión; su actuación sería decisiva para que los alemanes iniciaran el repliegue definitivo que les conducirá a la derrota.
  •  Estados Unidos, por último, contaba con un desarrollo económico sólido que incluso conseguirá incrementar durante el transcurso de la guerra, al no afectarle ésta directamente. Su ejército, reducido (150.000 soldados), poseía una gran capacidad de rearme al controlar las materias primas de América Latina, básicas para la industria bélica. Su intervención en la guerra era una mera cuestión de solidaridad con las democracias europeas; consistió, en un principio, en impedir el bloqueo alemán de Gran Bretaña, y se involucró directamente cuando Japón destruyó su base de Pearl Harbour, en el Pacífico, en 1941.

 

III. EL DESARROLLO DE LA GUERRA

De forma esquemática, los principales episodios de la II Guerra Mundial se sucedieron de la siguiente forma:

  •  1 de septiembre de 1939: ocupación de Polonia por Alemanía para crear un pasillo que le comunicara con Prusia oriental. Francia y Gran Bretaña le declaran la guerra e intentan conseguir el apoyo soviético, pero los nazis lo obtuvieron antes firmando un pacto por el que Hitler se compromete a no agredir a la URSS, mientras ésta quedaba con las manos libres para ocupar los territorios del Báltico perdidos en 1917.
  •  Alemania ocupa la mitad de Francia e impone un gobierno títere (al mando del mariscal Petain) en la otra mitad, lo que obliga a Gran Bretaña a llevar el peso de la guerra contra los alemanes.
  •  En 1941 intervienen los soviéticos tras ser agredidos por Alemania y romper así el pacto firmado dos años antes. Su misión será, en principio, contener al ejército nazi y, desde 1944, empujarlo hacia occidente. Su ejército será el primero en llegar a Berlín, propiciando la rendición alemana.
  •  También en 1941 se produce la intervención directa norteamerica en el Pacífico para responder a los ataques de los japoneses. No desembarcarán en Europa hasta 1944 siguiendo dos caminos: Italia, que acabará por abandonar a Alemania y unirse a los aliados, y Francia (desembarco de Normandía). Tras liberar Francia, los americanos liderarán el bloque occidental de la alianza hasta la caída de Berlín en 1945.
  • M La guerra finaliza con la destrucción total de Alemania y la carrera de los ejércitos soviético y occidentales, cada uno por su cuenta, por llegar cuanto antes a Berlín. Desaparecido el peligro alemán, ahora el conflicto se centra en la organización de la paz y el reparto de influencias en el nuevo orden internacional, y los protagonistas, enfrentados, serán los rusos y los americanos.

 

IV. CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA II GUERRA MUNDIAL

IV.1. Las conferencias de paz y el nuevo mapa de Europa

Los grandes vencedores de la guerra fueron Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña, aunque serán los dos primeros los que protagonicen el nuevo panorama internacional. Las conferencias tripartitas que celebraron en Yalta (Roosevelt-Stalin-Churchill) y Postdam (Truman-Stalin-Atlee) supusie­­­­­ron el anuncio de un final de la guerra en la que no habría concesiones para los vencidos (Alemania y Japón). Nunca se firmó un tratado de paz, sólo se aceptó su rendición incondicional. El nuevo mapa internacional quedaría de la siguiente forma:

  • Japón cayó derrotado finalmente por los bombazos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 lanzados por Estados Unidos. Perderá las islas Kuriles a favor de la URSS y deberá aceptar la ocupación militar americana durante varios años. El país se transforma en una monarquía parlamentaria, aunque regida por el mismo emperador que llevó al país a la guerra, Hiro Hito.
  • Italia no fue represaliada gracias al apoyo que ofreció a los aliados en las postrimerías de la guerra. El apoyo del rey Victor Manuel a Mussolini le costará el trono. El país se transforma en república, y los americanos evitarán que los comunistas, que logran un gran apoyo electoral en los primeros plebiscitos convocados, puedan formar gobierno.
  •  Yugoslavia y Albania se sacudieron el dominio nazi y fascista sin ayuda del exterior, consagrando a Tito y Hoxa como líderes absolutos respectivamente. Formarán gobiernos comunistas, aunque no entrarán en la órbita directa de la URSS.
  • Grecia fue liberada por Gran Bretaña y entrará en la órbita de los países occidentales. Su convulsa historia política entre 1945 y 1980 fluctuará entre la dictadura y la democracia, la monarquía y la república.
  •  Polonia alcanza de nuevo la independencia tras expulsar los soviéticos a los alemanes, aunque verá modificada sus fronteras: pierde la zona oriental, que será recuperada por la URSS, y gana una gran franja occidental hasta el río Oder en perjuicio de Alemania. Su gobierno derivará progresivamente hacia el comunismo prosoviético.
  •  Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Hungría fueron también países liberados por la URSS, formando gobiernos comunistas bajo su control directo.
  •  Lituania, Letonia y Estonia pierden la independencia alcanzada en 1917 y se integran en la URSS. También lo hará el territorio de Prusia oriental, que era parte de Alemania.
  •  Austria quedará como país independiente. Su apoyo a Alemania no se tradujo en especiales represalias. Sus gobiernos serán democráticos y prooccidentales, pero estará obligada a mantener una neutralidad absoluta en el concierto internacional.
  • España, aunque había apoyado a los nazis, continuará padeciendo el régimen del calvillo. Los aliados occidentales prefirieron no intervenir contra él porque, a fin de cuentas, Franco eran un decidido anticomunista. No obstante, se impuso su aislamiento internacional hasta mediado los años 50, quedando excluida de los planes de reconstrucción económica de Europa.
  •  Francia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia recuperan su integridad territorial tras la expulsión de los alemanes. Tendrán gobiernos democráticos y serán aliados de EE UU.
  •  Reino Unido apenas pudo saborear la victoria debido al protagonismo estelar que alcanzaron la URSS y EE UU y al enorme problema que se le plantea de inmediato con el proceso de descolonización. La pérdida de su imperio la convertirá en una potencia mundial de segundo orden.
  •  Por último, Alemania fue el país que mayores cambios experimentó. Su territorio fue dividido en 4 zonas, cada una de las cuales quedó bajo el control directo de la URSS, EE UU, Reino Unido y Francia. Su capital, Berlín, sufrió idéndica división. Posteriormente, los occidentales renunciarán a sus territorios en beneficio de la creación de la República Federal de Alemania en 1949. Los rusos, por su parte, propiciarán la creación en el mismo año de la República Democrática de Alemania en el territorio que controlaban, incluyendo la mitad oriental de Berlín. La primera será un país democrático y pro occidental, ingresando en la Comunidad Económica Europea y en la NATO. La segunda será comunista y quedará bajo el estrecho control de la URSS. Las represalias políticas contra Alemania se centraron en la desnazificación y en la creación del Tribunal Inrternacional de Nüremberg, encargado de procesar a los más destacados dirigentes nazis; las represalias económicas (reparaciones de guerra, desmantelamiento de la industria pesada…) se olvidaron pronto, ante la necesidad de incorporar al país a la órbita de la civilización. Al fin se había aprendido la lección negativa del final de la I Guerra Mundial, cuando sus tratados de paz humillaron a los alemanes y les lanzaron de lleno hacia un nuevo conflicto internacional
  •  Estados Unidos y la Unión Soviética, los grandes vencedores de la guerra, se convierten en los garantes del nuevo orden internacional, ante al ausencia de un tratado de paz. Se han repartido las influencias e intervendrán activamente si algún país quiere salirse de madre.

 

IV.2. El declive europeo y la hegemonía de EE UU y la URSS

La decadencia europea no es sino el lógico resultado de la guerra: en torno a 40 millones de muertos, 20 millones de desplazados, millones de europeos pertenecientes a etnias diferentes masacrados en los campos de concetración, ruina material y económica por doquier. El viejo contienente sólo podrá salir adelante gracias a la ayuda económica de EE UU (Plan Marshall) y de la URSS en sus zonas de influencia respectivas.

El predominio estadounidense es incontestable. Es la primera potencia económica mundial y mantiene un equilibrio militar con la URSS. Sustituye al Reino Unido en el papel de policía de la política internacional, convirtiéndose en el líder del mundo capitalista. La dependencia que adquiere Europa Occidental con respecto a los americanos será completa y duradera, puesto que necesita de sus créditos para la reconstrucción económica y de su poderío político y militar para alejar la amenaza comunista.

Dicho predominio tiene su contrapeso en la URSS, la otra superpotencia mundial, árbitro de la mitad oriental de Europa (cuyos países han ido estableciendo regímenes comunistas afines al soviético) y, en general, del movimiento revolucionario socialista internacional. Ha aumentado su extensión territorial y compite con EE UU en poderío militar.

El distanciamiento entre los grandes vencedores se hace evidente tras el final de la guerra. Sus intereses no sólo son diferentes, sino enfrentados.

 

IV.3. La organización de la paz. La creación de la Organización de las Naciones Unidas.

El fracaso de la Sociedad de Naciones, incapaz de evitar la guerra, hizo necesaria la creación de un nuevo organismo que asumiera el arbitraje de la paz y sentara las bases de un nuevo diálogo internacional que impidiese el estallido de un nuevo conflicto mundial. La carta fundacional de la ONU, del 26 de junio de 1945, declaraba que los principales objetivos eran:

  • ÿAsegurar el orden internacional por medios pacíficos
  • ÿDefender los derechos del hombre
  • ÿEstablecer la igualdad entre todos los pueblos
  • ÿReconocer a todos los países el derecho a organizar su propia defensa
  • ÿRenunciar a intervenir en los asuntos internos de cada país
  • ÿAplicar sanciones políticas, económicas y militares (los cascos azules) cuando la ocasión lo requiriera con una finalidad pacificadora.

Todos los países que se comprometieran a respetar la Carta podían ser miembros de la ONU, en cuya sede neoyorkina se organizaría la Asamblea General (donde están representados todos los países miembros), el Consejo de Seguridad (formado por cinco miembros permanentes -EE UU, URSS, Reino Unido, Francia y China- con derecho a veto, más otros diez rotatorios) y el Secretariado General. Progresivamente se irán formado organismos dependientes de la ONU: la UNESCO (educación e infancia), la OIT (trabajo), la OMS (salud), el Tribunal Internacional de la Haya (derechos humanos), etc.

Con dicha estructura, y de acuerdo con el nuevo orden internacional, la ONU sólo funcionaba (y funciona) eficazmente cuando las dos superpotencias están de acuerdo. Sucede lo contrario cuando se da un conflicto en el que alguna de ellas está inmerso, directa o indirectamente. El derecho al veto de alguno de los miembros que lo tienen paraliza la mayoría de las veces las buenas intenciones del organismo, y las enormes dependencias y servidumbres creadas impiden al resto de los miembros votar con entera libertad en el Consejo y en la Asamblea. A veces, incluso, sus resoluciones no tienen ningún valor cuando a los americanos no les gustan (por ejemplo, la ocupación de Palestina por Israel o la invasión de Iraq en 2003).

 

V. LOS BLOQUES POLÍTICO-MILITARES

Estados Unidos y Unión soviética, las grandes vencedoras de la Guerra, fueron, entre 1945 y 1991, las dos superpotencias. Pero sus diferencias comenzaron a exponerse muy poco tiempo después de la paz. Ambas han polarizado el destino de los demás países, estableciéndose entre aquellas una pugna por asegurarse zonas de influencia económica, militar y política. Representaron dos modelos distintos, y por tanto dos formas de entender el mundo, que han querido imponerse la una sobre la otra: los americanos representaron el capitalismo y, teóricamente, la democracia; los soviéticos, el comunismo. No creamos, sin embargo, que el primero ha luchado siempre por las libertades en el mundo, ni el segundo por la liberación de los pueblos contra la opresión. Por lo que realmente han luchado es por conseguir países adictos y sumisos a sus políticas. Han luchado por la hegemonía, sin importarles apoyar, siempre que les conviniese, a dictadores impresentables, a golpistas snaguinarios, a guerrillas o quien les garantizase su favor.

La paz se ha visto, así, continuamente amenazada, pero, quizás gracias al equilibrio establecido entre los bloques que cada superpotencia ha conseguido crear en torno suyo, nunca ha estallado la guerra, al menos directamente entre ellos. Se trató de un equilibrio basado en el potencial militar, que es disuasorio y estabilizador: ya que ni los EE UU ni la URSS han estado completamente seguros de que podían vencer, han preferido rehuir el enfrentamiento directo y hostigarse mediante terceros países.

  •  El bloque occidental liderado por EE UU, el de las "democracias" capitalistas, se consagra con la creación en Washington en 1949 de una alianza militar, la NATO (North Atlantic Treaty Organization, OTAN en versión hispana), con el objetivo, declarado en sus estatutos, de defender las libertades democráticas mediante una estrecha colaboración política y económica, aunque en el fondo ha primado la colaboración militar: unificación de los contingentes militares, creación de una estructura propia y establecimiento de un mando único. Formaron parte de él inicialmente EE UU, Canadá, Francia, Dinamarca, Bélgica, Gran Bretaña, Italia, Islandia, Noruega, Luxemburgo, Portugal, Holanda y Grecia. En 1952 se une el tratado Turquía, en 1954 la República Federal Alemana y en 1981 España.
  •  Como respuesta a este bloque, en 1955 se establece el Pacto de Varsovia entre las "democracias populares" de la órbita de la URSS, es decir, los países que liberó de los nazis y que formaron, bajo sus presiones, gobiernos comunistas: Checoslovaquia, Bulgaria, Polonia, Rumanía, Hungría y, por supuesto, la Unión Soviética.

No acaban en esos listados los países "amigos" de cada superpotencia. Con otros de distintas latitudes firmarán acuerdos políticos, económicos y de defensa, casi siempre encaminados a poder establecer en ellos bases militares: así, por ejemplo, tenemos la alianza entre URSS y Cuba, o entre EE UU y España. Una vez ingresados en el club, los cabecillas no les consentirán ninguna veleidad hacia el enemigo: de esta forma, las presiones americanas "invitaron" a Italia o Francia a no permitir que los comunistas entrasen en sus gobiernos, y al general chileno Pinochet le organizaron el golpe de estado que acabó con el presidente socia­lis­ta Allende en 1973; en el otro lado, la URSS aplastó sin dudar los movimientos populares habidos en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1969 (la Primavera de Praga), que reclamaban mayores libertades.

 

VI. LA GUERRA FRÍA Y LOS CONFLICTOS INTERNACIONALES

Llamamos Guerra fría al ambiente de tensión prebélico existente en el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial entre EE UU y la URSS, que no llegó a desembocar en un enfrentamiento directo, sino en multitud de pequeñas y no tan pequeñas guerras en las que participaban países de su entorno. Realmente, como ya se apuntó antes, no fue tanto un enfrentamiento ideológico entre capitalismo y comunismo como una carrera por la dominación mundial, en la que aprovechaban momentos y lugares críticos, como la descolonización del Tercer Mundo, para echar sus redes y pescar adictos. Teóricamente, sin embargo, entraban en conflicto la "doctrina Truman" (el presidente norteamericano de la posguerra) que pretendía liberar a los pueblos del comunismo bajo la consigna de paz y democracia, y la política de Stalin de que la paz se conseguiría luchando contra el imperialismo encarnado en los EE UU y contra la opresión de los pueblos a causa del capitalismo.

Para imponer sus criterios, las superpotencias inician una auténtica carrera de armamentos que tenía, para cada una, un carácter inicialmente defensivo: contrarrestar la hipotética superioridad militar del enemigo. En ella será baza fundamental la industria del armamento, verdadero negocio económico y político, puesto que sus mentores arrastrarán a esa carrera a los países aliados, estableciéndose a la vez una nueva dependencia a través del mercado de las armas. Pero tanto como la capacidad productiva, interesaba la equiparación tecnológica, puesto que las armas son cada vez más un prodigio de la ciencia: no sólo las armas convencionales, remozadas y perfeccionadas, que seguirán siendo los instrumentos de guerra básicos, sino sobre todo los satélites espaciales (para misiones de espionaje y planificación), las armas químicas y el equipamiento nuclear. Este último demostró su terrorífico poder de destrucción en Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces su producción se multiplicó y diversificó (bombas, misiles, submarinos, etc.), pero no se volvió a utilizar; en tal sentido, ha tenido una capacidad meramente disuasoria (meter miedo). Curiosamente, fueron fabricados para aniquilar, pero al final, ante el temor cierto a las consecuencias irreversibles que tendría su uso en toda la tierra, sirvieron para firmar los primeros acuerdos de desarme.

Los conflictos internacionales donde se vieron implicados los bloques fueron, fundamentalmente:

  •  ALEMANIA: Dividida entre los países vencedores de la II Guerra Mundial, en 1948 se unificaron las partes controladas por EE UU, Francia, y Gran Bretaña, naciendo poco después la República Federal Alemana como país independiente, con capital en Bonn, e incluyendo en su territorio Berlín oeste. No será castigada por su papel de agresora en la guerra, antes bien se intentará su integración plena en el mundo occidental: plan Marshall de reconstrucción económica de Europa, NATO y Mercado Común. A pesar de albergar bases militares de los tres países mencionados, se le permitirá crear su propio ejército. Al mismo tiempo, los soviéticos propiciaron la creación de la República Democrática Alemana en el territorio por ellos controlado, con capital en Berlín oriental. A su vez, se le incluirá en el Pacto de Varsovia y en el COMECON (mercado común de los países comunistas europeos). Las tensiones entre americanos y rusos a punto estuvieron de provocar una nueva guerra mundial a finales de los años 40: el bloqueo soviético de Berlín oeste tuvo que ser solventado por los yanquees con la creación de un puente aéreo; las negociaciones para lograr la reunificación de Alemania fracasaron y en 1961, para evitar las fugas hacia la parte occidental, se levantó el muro de Berlín. Su presencia, hasta su derrumbe en 1989, representaba no sólo la división de la ciudad, sino también la división de Europa y del mundo en dos bloques irreconciliables.
  •  ASIA: Corea fue, en los 50, el escenario de una guerra civil donde se dirimía el futuro comunista o capitalista del país. EE UU intervino directamente pero no pudo evitar la división final del país (tomando como referencia el paralelo 38) entre el Norte controlado por la URSS y la China comunista de Mao Zedong y el Sur aliado de los americanos. Similar fue el conflicto de Vietnam (1962-1974), saldado con una estrepitosa derrota del ejército de EE UU ante el ejército comunista de Ho Chi Min y la división del país en dos. En Palestina, la creación del estado de Israel en 1948 contó con el apoyo de las potencias occidentales, a costa de la enemiga del mundo árabe, quien se acercará a las posturas soviéticas. El Egipto del presidente Nasser procedió a la nacionalización del canal de Suez en 1956, lo que motivó un conflicto bélico con sus hasta entonces dueños, Reino Unido y Francia, quienes tuvieron que desistir ante la amenaza de intervención por la URSS; poco después, Israel, en una guerra relámpago, le arrebató a Egipto la franja de Gaza, a Jordania la región de Cisjordania y a Siria la península del Sinaí. Más tensiones en la zona se produjeron con motivo de la división de la India tras su independencia (creación de Pakistán y Bangla Desh), la guerra civil en Líbano, la que enfrentó a Irak con Irán y la ocupación soviética de Afganistán y posterior guerra civil. En el mundo árabe, en general, el fenómeno del fundamentalismo islámico (Irán, Argelia, Sudán, Egipto), de carácter antiimperialista, y por tanto antioccidental, está todavía candente.
  •  AMÉRICA LATINA. Considerada por EE UU como su patio trasero, durante todo el siglo XX ha intervenido en aquellos países en los que los comunistas pudieran representar una seria amenaza, como Chile (1973) y Nicaragua (1979), y en otros muchos donde la táctica fue apoyar a las dictaduras, puesto que garantizaban la estabilidad, la lucha contra los revolucionarios y los intereses de las multinacionales estadounidenses. La crisis más importante, en la que estuvieron a punto de enfrentarse las dos superpotencias, ocurrió con motivo de la revolución cubana liderada por Fidel Castro. Bloqueada la isla por EE UU, la URSS no tardó en acudir en su ayuda, a cambio de poder instalar en ella misiles nucleares; éstos fueron considerados una declaración de guerra por el presidente Kennedy. Finalmente, la retirada de los misiles en 1962 se hizo bajo el compromiso de que los americanos respetarían la integridad territorial de Cuba, quien, sin embargo, ha permanecido bloqueada por ellos hasta la actualidad.

 

VII. LA COEXISTENCIA PACÍFICA Y EL DESHIELO RUSO-NORTEAMERICANO

A la muerte de Stalin en 1953, el nuevo gobierno del Nikita Kruschev propició un giro en la política interior y exterior de la URSS. En lo primero, la desestalinización pretendía abrir un tímido camino hacia la liberalización económica y política, aunque sin abandonar las líneas marcadas por la planificación y el régimen de partido único. En lo segundo, se apostaba por la flexibilidad y el diálogo con EE UU mediante la fluidez de las relaciones diplomáticas. El lema de esta política será la coexistencia pacífica: mantener la situación actual de reparto del mundo entre las superpotencias, esto es, consolidar la situación de hegemonía compartida, sin recurrir a la guerra. Kruschev pretendía, así, relajar las tensiones y reducir el enorme gasto militar al que había llevado la carrera de armamentos para aplicarlo en medidas de crecimiento económico con la idea de poder igualarse en este terreno, en un futuro próximo, con Estados Unidos. En 1959, el presidente soviético visitaba EE UU y se reunía con su homólogo Eisenhower en Camp David, firmándose acuerdos que, si bien no tuvieron un gran alcance, al menos sirvieron para establecer un clima de mayor confianza y cooperación entre los dos bloques, base de los futuros acuerdos de desarme: el de limitación de pruebas nucleares (1964) y las conversaciones SALT para una reducción de los armamentos en la década de los años 70.

Aunque las tensiones internacionales disminuyeron desde que ambas superpotencias renunciaron a enfrentarse directamente, ni la carrera de armamentos ni los conflictos localizados en diversas partes del planeta desaparecieron.

Apuntes: Tema V.2 – Geografía 2º Bach.-

 

       

IES Alba Plata (F. Cantos)

Dpto. Geografía e Historia

Felipe Lorenzana de la Puente

TEMA V.2. PROCESOS DE URBANIZACIÓN

Y SISTEMAS DE CIUDADES

 

I. EL MUNDO RURAL.

Desde un punto de vista demográfico, se consideran núcleos rurales las poblaciones con menos de 10.000 habitantes, sin bien es cierto que este criterio es discutible, por cuanto existen núcleos con claros matices rurales por encima de esa cifra, y otros con funciones urbanas que están por debajo. El Estado, por su parte, diferencia entre núcleos rurales (menos de 2.000 habitantes), semiurbanos (entre 2.000 y 10.000) y urbanos (más de 10.000). También es discutible hoy día sostener que son núcleos rurales aquellos en los que predomina el sector primario, puesto que la terciarización de la economía está llegando también a los pueblos, y en muchos de ellos es el sector terciario el que más empleo genera.

En el mundo rural tenemos que diferenciar entre poblamiento (los núcleos) y el hábitat (las viviendas). Dentro del primero existen dos tipologías: el poblamiento disperso y el concentrado.

El poblamiento disperso, en el que la casa está rodeada de explotaciones agrícolas, es frecuente en Galicia y otras comunidades del norte, donde el relieve accidentado y el predominio del minifundio favorecen este tipo de organización urbanística. Podemos hablar de una dispersión absoluta (no existen construcciones agrupadas), dispersión reducida (existen pequeñas agrupaciones de casas, formando aldeas o parroquias) y dispersión intercalar (los servicios están agrupados -iglesia, ayuntamiento, escuela, mercado- y las viviendas dispersas). Este último es el más frecuente.

El poblamiento concentrado, en el que los servicios comunes y las viviendas están agrupados, independientes pues de las explotaciones agrarias, aunque esto no excluye que existan casas de campo, es el más común en la España interior, insular y en el litoral mediterráneo. Ha experimentado ciertos cambios en la segunda mitad del siglo XX. Así, en la España interior se ha reducido la población rural y el tamaño de los núcleos ha crecido poco, incrementándose las viviendas deshabitadas (en Castilla la Vieja y Aragón, incluso, se han deshabitado pueblos enteros, especialmente los peor comunicados). Esta tendencia parece haber cambiado últimamente con la detención de la emigración, el impuso a la industria endógena (la que utiliza los recursos del entorno) y al turismo rural. En el litoral, sin embargo, el turismo y la moda de la segunda residencia, han beneficiado su crecimiento en forma de nuevas viviendas y espacios dedicados al ocio. Por último, los núcleos rurales cercanos a las ciudades más dinámicas también están creciendo por el trasvase de población urbana, que busca viviendas más económicas y un entorno menos congestionado.

El hábitat rural está constituido por las viviendas y sus dependencias. El hábitat tradicional utiliza para la construcción los materiales del entorno: la piedra (habitual en el norte y las zonas de montaña), la madera (característica en los caseríos del País Vasco y en ciertas zonas castellanas) y el barro, bien como adobe, tapial o ladrillo, típicos de la Meseta y Andalucía. Si bien existe hoy cierta preocupación por mantener el uso de estos materiales tradicionales, para que los pueblos no pierdan su tipismo y originalidad, lo cierto es que cada vez existen menos diferencias en la forma de construir entre el mundo rural y el urbano. Por razones de economía y practicidad, los nuevos materiales (el hormigón armado, las cerámicas -las típicas baldosas-, los metales, las tejas planas, etc.) se imponen por todo el país, a veces creando efectos espantosos en el conjunto: los tejados de uralita, las puertas metálicas, etc.

También el plano de la casa se va adaptando poco a poco a un modelo único, exclusivamente concebido para dar comodidades a la familia. Antes, la necesidad de acoger en casa la producción agrícola o ganadera imponía la necesidad de construir establos, graneros, almacenes, bodegas, pajares, etc. Por lo general, las viviendas de las poblaciones agrícolas crecían en anchura (por la necesidad de más espacios) y las de las poblaciones ganaderas en altura (abajo los bichos, arriba las personas).

 

•II.         EL MUNDO URBANO.

II.1. ¿Qué es una ciudad?. Existen distintos criterios para definirla:

  • F Desde el punto de vista demográfico, ya hemos dicho que son las poblaciones que superan los 10.000 habitantes, y que éste es un criterio muy discutible por no tener en cuenta otros factores ligados a la actividad económica o a las funciones que desempeña el núcleo en su entorno.
  • F Desde el punto de vista morfológico, las ciudades se caracterizan por la alta densidad constructiva, predominando los edificios adosados con distintas plantas. Sin embargo, también en los pueblos existe la edificación en altura, y en la periferia urbana, por el contrario, se tiende a la vivienda unifamiliar, es decir, la vivienda que predomina en el mundo rural.
  • F Desde el punto de vista funcional, en las ciudades apenas se da la actividad agraria, dedicándose sus habitantes a la industria y a los servicios. En teoría, el sector Primario es el dominante en las áreas rurales, pero ya hemos dicho que también aquí se tiende a la terciarización.
  • F Desde el punto de vista espacial es donde mayores diferencias hallamos entre lo rural y lo urbano. Una ciudad es, esencialmente, un núcleo con capacidad de organizar e influir en su entorno mediante sus servicios comunitarios (comercio, instituciones, transportes, educación, cultura, etc.), capacidad ésta que no tienen los núcleos rurales.

 

II.2. El proceso de urbanización.

Se llama así al fenómeno que ha desembocado en el predominio de lo urbano sobre lo rural, mediante la concentración de los habitantes, de las funciones, de los servicios y de las actividades económicas en las ciudades. Todo esto se ha desarrollado en tres fases:

A. LA URBANIZACIÓN PREINDUSTRIAL: Es la etapa que va desde el nacimiento de las ciudades en la Antigüedad hasta el inicio de la industrialización, bien entrado ya el siglo XIX. La población urbana era aún muy inferior a la rural (sólo el 10 %) y las ciudades eran, en comparación con las actuales, pequeñas, puesto que sólo una minoría superaba los 10.000 habitantes. Varios eran los criterios para levantar y hacer crecer una ciudad: concentrar los recursos económicos (sobre todo el comercio), controlar el territorio, o bien organizarlo desde el punto de vista político, religioso y administrativo. Los fenicios y griegos fueron los primeros visitantes de la península que fundaron ciudades (aunque sólo en el litoral mediterráneo), mientras que los romanos extendieron la urbanización a todo el territorio, comunicaron a las ciudades entre sí mediante una tupida red de calzadas y las dotaron de servicios e instalaciones administrativos (gobiernos regionales), militares (murallas, alcazabas) y sociales (aljibes, acueductos, teatros, etc.). Casi todas las actuales ciudades españolas provienen de la etapa romana. La crisis del Bajo Imperio en el siglo IV y las posteriores invasiones germánicas (siglos V y VI) condujeron a una desurbanización y una vuelta a la vida campestre. Los musulmanes revitalizaron algunas de las ciudades romanas, que casi se echan a perder al pasar, con el correr de los siglos, al dominio cristiano. Como sucede en toda Europa, desde el siglo XIII la reactivación económica (más monedas, más comercio) benefició a las ciudades, que experimentaron un crecimiento continuado hasta el siglo XIX, sólo interrumpido por la crisis bajomedieval (siglo XIV) y la declinación española en el siglo XVII.

B. LA URBANIZACIÓN INDUSTRIAL (mediados siglo XIX-1975). Durante esta etapa, la urbanización experimentó un gran desarrollo: el crecimiento demográfico general, el impulso recibido por ser capitales de las provincias aparecidas en 1833, la lenta pero constante instalación en ellas de industrias, el éxodo rural y la mejora de las comunicaciones fueron convirtiendo a las ciudades en las verdaderas protagonistas de la modernización de España. Por vez primera en la historia, la población urbana superaba a la población rural a la altura de 1950, diferencia que se incrementará en los años 60 coincidiendo con el desarrollismo, el baby boom y el turismo.

C. LA URBANIZACIÓN POSTINDUSTRIAL: Desde 1975, la crisis industrial primero, la paralización del éxodo rural después y la ralentización del crecimiento demográfico, por último, han abierto un nuevo panorama. España se halla ahora en una fase de menor crecimiento urbano, y dentro de pocos años pasaremos casi con seguridad a una etapa de desurbanización, puesto que la población tiende a instalarse en el extrarradio y en el entorno rural de las grandes ciudades. Algunas ya han comenzado a perder habitantes. Las chimeneas de las industrias ya no son las protagonistas de las ciudades, sino los edificios de oficinas. Es decir, que mientras la actividad industrial ha perdido peso y busca nuevos espacios y menos congestionados para instalarse, el sector terciario va ganando importancia como factor de urbanización, especialmente en Madrid, Barcelona, las áreas turísticas y en zonas del sur como Extremadura y Andalucía (donde el terciario es prácticamente la única actividad económica en las ciudades).

 

III. MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LAS CIUDADES

La morfología es el aspecto externo de la ciudad, y la estructura su división en áreas que tienen una forma y funciones características.

La morfología depende del emplazamiento, el espacio donde se asienta la ciudad, el cual está directamente influido por la topografía y por la función dada a la ciudad. De esta forma, las ciudades militares se asientan sobre colinas y tienen una morfología muy irregular, mientras que las comerciales buscan el contacto con las vías de comunicación y presentan una forma más alargada. También depende la morfología de la situación geográfica, esto es, la necesidad de adaptarse a los accidentes del entorno: ríos, montañas, caminos, etc.

La morfología se puede estudiar desde tres niveles:

  • 1- El plano (representación a escala, o mapa, de las calles, plazas, espacios verdes y otras superficies sin construir), que a su vez puede ser irregular (sucede cuando no se planifica una ciudad, con calles estrechas y tortuosas, plazas irregulares y pocos espacios abiertos), radiocéntrico (varias calles se dirigen al centro, que a su vez está rodeado por otras vías) y ortogonal (calles dispuestas en forma de cuadrícula).
  • 2- La construcción: la disposición de los edificios conforma la trama urbana, que puede ser compacta (edificios adosados) o abierta (existen espacios libres entre los edificios). Estos edificios pueden ser colectivos (bloques) o individuales.
  • 3- Los usos del suelo: reflejan las actividades y servicios urbanos, de forma que en una misma ciudad podemos hallar espacios industriales, residenciales, de ocio, etc.

Por su parte, la estructura urbana permite diferenciar con más o menos nitidez tres partes:

1- El casco antiguo: es la parte original de la ciudad, la más antigua, la que alberga sus señas de identidad y su conjunto histórico y artístico. Sobre un plano se distingue por su posición céntrica, su trazado irregular, la construcción compacta en pequeñas manzanas, la presencia de murallas rodeándolo, o bien de una avenida circunvalatoria en su lugar. Los usos del suelo no estaban siempre diferenciados, por lo que en el mismo espacio urbano convivían artesanos, comerciantes y familias, si bien también podían existir barrios concretos para artesanos y otros para la población marginada (morerías, juderías, etc.). Cada civilización, o cada etapa de la historia, ha podido ir dejando su huella en el casco antiguo. Así, los romanos construían según un plano más o menos regular en el que destacan dos vías, una de trazado norte-sur (el cardo) y otra de trazado este-oeste (decumanus), encontrándose en una plaza central o foro (Mérida, León, Zaragoza, Tarragona, etc.). Por su parte, los musulmanes disponían la ciudad, siempre amurallada, en torno a una plaza o medina donde se hallaban la mezquita y el zoco (mercado), siendo el trazado de las calles extraordinariamente irregular. También las ciudades cristianas medievales eran muy irregulares y rodeadas por murallas. Es en el Renacimiento cuando surgen barrios más regulares al otro lado de la muralla y se abren espacios amplios para las plazas y se construyen edificios públicos (casas consistoriales -ayuntamientos-, catedrales, iglesias) y privados (palacios, conventos) de gran prestancia.

En el siglo XIX se producen varios fenómenos que alteran el casco antiguo. La desamortización liberó muchos de los amplios edificios eclesiásticos, siendo utilizados ahora para fines civiles (centros administrativos, museos, hospitales, etc.) o simplemente para abrir nuevas calles y plazas. La industria y el consiguiente aumento de la población hicieron que se superaran definitivamente los límites del casco antiguo y se abrieran grandes vías donde se instalaron las actividades comerciales, los parques y los lugares de ocio. De esta forma, el casco antiguo ha sido desplazado como centro urbano en beneficio de estos nuevos espacios. Las construcciones proliferan y se verticalizan. Los grupos sociales comienzan a ocupar diferenciadamente las distintas áreas de la ciudad: la burguesía se instala en el centro y los trabajadores en la periferia. Los negocios, que alteran los edificios para adaptarlos a sus necesidades, y los elevados costes para mantener las edificaciones más antiguas, provocan posteriormente, y sobre todo cuando las clases más adineradas se trasladen a los nuevos ensanches, el abandono y el deterioro de esta parte de la ciudad. Aunque en muchas de ellas ha permanecido en el casco antiguo buena parte de la actividad comercial, la saturación de coches y personas y la contaminación han añadido nuevos motivos de preocupación. El escaso interés que hasta hace bien poco han demostrado las autoridades hacia el patrimonio histórico ha hecho que desaparezcan o se alteren irremediablemente edificios muy representativos. En muchas ciudades, como Badajoz, el casco histórico está prácticamente irreconocible; en otras, como en Cáceres, su menor uso y su aislamiento le han salvado de la destrucción.

En la época postindustrial, desde 1975, se inician políticas de rehabilitación en aquellos cascos históricos que se han salvado de la barbarie total con el objetivo de conservarlos y también revitalizarlos. Se han peatonalizado muchas calles para evitar el tráfico y los daños que éste causa, se conceden ayudas para la rehabilitación de los edificios privados y se le dan nuevos usos culturales o comerciales a los edificios históricos para así garantizar su pervivencia.

2- EL ENSANCHE URBANO: Surgen los ensanches a mediados del siglo XIX ante la necesidad de acoger a la creciente población de las ciudades. El primer y desgraciado efecto fue el derribo de las murallas, ya inútiles ante la guerra moderna, y el segundo la aparición de planos regulares en cuadrícula, con calles más anchas que en el casco antiguo. Podemos diferenciar dos ensanches, el burgués y el industrial. El primero intentaba dar respuesta a los ideales burgueses: orden (calles rectas y anchas), higiene (se construyen las primeras redes de alcantarillado y se pavimentan las vías), calidad de vida (zonas verdes, de ocio, de paseo) y beneficio (comercios, construcción de viviendas caras); los primeros ensanches surgen en Barcelona, ideados por Ildefonso Cerdá, y en Madrid, de Carlos María de Castro. Con el tiempo, la especulación y los intereses empresariales hicieron que la superficie edificable aumentara tanto en altura como en anchura, cargándose el interior de las manzanas, ideados como espacios libres, así como las zonas verdes, ideadas para disfrute del público. Otras concepciones del ensanche urbano participaron, en el siglo XIX, de las ideas naturalistas e higienistas de la época, que valoraban los efectos positivos de la naturaleza, el sol, el aire libre y, por tanto, el acercamiento del campo a la ciudad, o de la ciudad al campo. Se idean zonas residenciales algo más alejadas del centro donde las viviendas, unifamiliares, pudieran disponer de un entorno ajardinado, amplio y cómodo. Uno de los proyectos (parcialmente llevado a la práctica) más originales fue el de la Ciudad Lineal de Madrid, de Arturo Soria.

En claro contraste con el ensanche burgués, se levantaron en las ciudades más pobladas zonas industriales y barrios proletarios. Ambos se instalaron, evidentemente, en la entonces periferia, hoy ya totalmente integrada en la trama urbana. Las zonas industriales, cerca de las estaciones de ferrocarril y de las vías que accedían a la ciudad. Los barrios proletarios, cerca de aquellos, y siempre a una prudencial distancia del ensanche burgués, donde el precio de la vivienda era prohibitivo para los trabajadores. Fueron barrios marginales levantados a toda prisa, sin planificación urbana, por lo que la superficie construida es muy densa y el trazado irregular. Las viviendas eran pequeñas y de escasa calidad. El equipamiento urbano, los transportes y los servicios comerciales, muy deficitarios.

Actualmente, el ensanche industrial ha cambiado notoriamente. Las industrias no necesitan ya la cercanía del ferrocarril y se han trasladado a polígonos industriales, más alejados de la ciudad y más atractivos por el menor coste del suelo y la disposición de buenas comunicaciones. Las zonas que ocupaban están siendo reconvertidas en nuevos barrios de viviendas y de uso público, por ejemplo la villa olímpica de Barcelona. Por su parte, los barrios proletarios han sido incorporados plenamente a la ciudad; los más cercanos a ella han visto cómo se revalorizan y mejoraban en todos los aspectos. Otros, los peor conectados, continúan en situación de marginalidad y deterioro.

3- LA ACTUAL PERIFERIA URBANA: El rápido crecimiento que experimentaron las ciudades españolas a partir de 1960 se tradujo en una aceleración (casi siempre desordenada) de la urbanización, dando lugar a la creación de grandes periferias a lo largo de las principales vías de comunicación que conducían a las ciudades. Sin embargo, hoy día la periferia no es exactamente un barrio marginal de viviendas baratas, puesto que su morfología, los grupos sociales que las habitan y los usos del suelo son muy diversos. Por lo general, encontramos en ellas:

  • a- Barrios residenciales: pueden ser de distintas clases. Por una parte, tenemos los barrios marginales de infravivienda o chabolismo, surgidos espontáneamente, sin planificación, con viviendas de autoconstrucción hechas de materiales de desecho, sin servicios básicos (agua corriente, luz eléctrica) ni equipamiento urbano, que albergan a las clases más empobrecidas, a los inmigrantes sin recursos o a los grupos que no están socialmente integrados; no son hoy tan numerosos como hace 30 años: en ocasiones, las familias han sido realojadas en otros barrios, y otros han sido reconvertidos en áreas urbanas mejor dotadas y organizadas. Por otro lado, tenemos los barrios de viviendas de promoción oficial (se crearon 400.000 entre 1940 y 1960, la mayoría con menos de 80 m2, y cuyo objetivo era proporcionar una vivienda barata a los obreros), que son muy característicos por el tipo de edificación, monótona, de materiales pobres, que ha envejecido antes de la cuenta, aunque han ido mejorando los servicios comunes y el equipamiento urbano. En tercer lugar están los polígonos de viviendas de promoción privada, algo más alejados del centro; estos barrios se planearon con carácter abierto, con boques de pisos separados entre sí o formando manzanas pequeñas, dejando de esta manera más espacios libres; el tipo de construcción es repetitivo (varios bloques idénticos) y de escasa belleza. En estos polígonos se asentaron, en principio, las clases medias. Por último, también en la periferia, están las áreas de vivienda unifamiliar y de segunda residencia, que comenzaron a proliferar en los años 80 del siglo XX gracias a los deseos de las clases medias y adineradas de alejarse de la congestión urbana y residir con más independencia y salubridad, bien en casas rodeadas de su propia parcela, bien en chalecitos adosados.
  • b- Áreas industriales: los polígonos industriales se concibieron, desde la década de 1950, como un medio de sacar las fábricas de las ciudades y proporcionar a los empresarios un suelo menos caro, más abundante y bien comunicado con las principales vías de transporte. En ocasiones, sin embargo, se construyeron de forma chapucera y se dejó que los empresarios organizasen el terreno a su manera, por lo que luego ha sido necesario llevar a cabo operaciones de rehabilitación y reparcelación para que estos polígonos puedan acoger a nuevas empresas. Últimamente han surgido nuevos espacios industriales tales como parques empresariales (oficinas) y parques tecnológicos (para industrias punta y centros de investigación).
  • c- Áreas de equipamiento: la periferia es el lugar idóneo para la ubicación de servicios de uso masivo que requieren de amplios aparcamientos y buenas comunicaciones: grandes superficies comerciales, centros escolares y hospitalarios, instalaciones deportivas, etc.

 

IV. LAS AGLOMERACIONES URBANAS.

Surgen cuando las ciudades crecen y se unen a otras ciudades o núcleos rurales. Hay distintos tipos:

  • a- El área metropolitana: es toda el área urbanizada que tiene como centro una ciudad importante, y que comprende varios municipios rurales, algunos de los cuales llega a perder su independencia y se integran totalmente en la gran ciudad (por ejemplo, Vallecas). Ésta establece una red de transportes común y proporciona trabajo y servicios a todas las poblaciones del área, las cuales, a su vez, pueden ubicar algunas actividades económicas de la gran ciudad y, desde luego, se convierte en lugar de residencia de sus trabajadores. Ambas cosas suceden por disponer de espacios más baratos y menos congestionados. De esta forma, surgen los suburbios, que pueden ser satélites (cuando presentan cierta independencia de la gran ciudad y disponen de sus propios empleos y servicios) o ciudades dormitorio (cuyos habitantes se desplazan a la gran ciudad diariamente para trabajar, aunque su vida social y familiar se organiza aquí, por ejemplo Móstoles, Alcobendas, Hospitalet, Camas). Estos suburbios tienen un estilo de vida urbana, predomina la población joven y acogen a todas las clases sociales. Ejemplos de áreas metropolitanas, desde principios del siglo XX, son Madrid, Barcelona y Bilbao.
  • b- La conurbación: es un área urbana continua creada por el crecimiento paralelo de dos o más ciudades a través de un eje de comunicación (una carretera importante, por lo general) hasta llegar a unirse. Cada municipio, sin embargo, mantiene su independencia municipal, aunque pueden tener servicios comunes como hospitales, centros de enseñanza, transportes, etc. Por ejemplo, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas forman una conurbación con Madrid.
  • c- La región urbana: es un área urbana discontinua, donde existen varias ciudades muy próximas entre sí aunque todavía no han llegado a unirse físicamente. Por ejemplo, el centro de Asturias (Oviedo-Gijón-Mieres-Avilés).
  • d- La megalópolis: aparece cuando la urbanización alcanza una gran escala, de forma que traspasa provincias y hasta regiones. Agrupa varias áreas metropolitanas, conurbaciones y regiones urbanas. En España, el ejemplo más evidente es el litoral mediterráneo, desde Figueras hasta Cartagena.

 

V. LOS PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS.

Podemos clasificarlos de la siguiente manera:

  • a- Problemas de viviendas: el principal problema hoy día no es, como sucedía antes, la escasez, sino la carestía, debido al elevado precio del suelo y a la especulación; este es el motivo por el que tantos jóvenes tardan en abandonar el cómodo hogar de los padres, retrasan el matrimonio por no disponer de independencia y, finalmente, acaban endeudados para toda la vida al comprar la vivienda. Es necesario, para solucionar estos inconvenientes, un papel mucho más activo de las autoridades, quienes pueden habilitar nuevos espacios urbanizables erradicando la especulación y limitando los intereses de las empresas inmobiliarias.
  • b- Problemas de abastecimiento e infraestructuras: el consumo de agua y de energía va en aumento, en consonancia con el nivel de vida, y exige inversiones costosas tanto por parte de los poderes públicos como de las empresas que monopolizan algunos servicios, por ejemplo la electricidad, que sólo se preocupan de recaudar y no de mejorar la calidad del servicio (resultado: los apagones). En cuanto a las infraestructuras, el crecimiento horizontal de la ciudad (viviendas unifamiliares), y no en vertical, como antes sucedía, crea nuevas y más costosas necesidades: más vías públicas, más alumbrado, más mobiliario urbano, etc.
  • c- Problemas de equipamiento: son todavía muchas las áreas urbanas muy necesitadas de espacios recreativos, deportivos, culturales, sanitarios, etc. y que requiere de fuertes inversiones. No obstante, son todavía más las necesidades que, en este sentido, tienen las áreas rurales, absolutamente marginadas por los poderes públicos en relación a las áreas urbanas.
  • d- Problemas de tráfico: las necesidades de abastecer los áreas comerciales y los desplazamientos, cada vez mayores, desde el lugar de residencia al lugar de trabajo, unido a la típica mentalidad española de sacar a relucir el cochecito antes que compartirlo o usar los transportes públicos, ha intensificado el tráfico y con él los atascos, la contaminación, la necesidad de construir nuevas circunvalaciones y grandes aparcamientos, etc. En algunas grandes ciudades europeas, pero aún no es España, existen ya restricciones muy severas para el uso del automóvil particular.
  • e- Problemas ambientales: en las ciudades se crea un microclima cuyas temperaturas son más elevadas que en el entorno debido al calor que irradian el tráfico, las calefacciones y la industria; la circulación del aire, además, está dificultada por la construcción en altura. Todo esto provoca una sensación de agobio, que influye en el estado de ánimo de sus habitantes y, por supuesto, incrementa los niveles de contaminación atmosférica. Es más que habitual la estampa de la gran ciudad (y la no tan grande) cubierta por una densa capa de polvo y humo, que afecta a la salud, a las plantas y a los edificios (mal de la piedra), sobre todo con tiempo anticiclónico. Unido a ello, tenemos la contaminación acústica, a la que contribuye también la constante edificación y las frecuentes obras de mejora que se realizan en las vías públicas; España es el segundo país más ruidoso del mundo (tras Japón) y poco se hace para evitarlo. Por último, el problema de la evacuación de los residuos líquidos y sólidos alcanza en las ciudades dimensiones mastodónticas que, si no se solucionan de forma aceptable, provocan un impacto ambiental que se extiende mucho más allá de los límites físicos de la ciudad.
  • f- Problemas de marginalidad social: la ciudad crea, en mucha mayor medida que el mundo rural, un ambiente propicio para la aparición de la delincuencia, la drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, puesto que sus habitantes están más expuestos al desempleo, el hacinamiento, la falta de relaciones sociales fluidas, el desarraigo, etc.

 

VI. EL SISTEMA DE CIUDADES.

Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí; el sistema de ciudades se compone de elementos (las ciudades) y las relaciones que se establecen entre ellas, los cuales vienen dados por su tamaño, sus funciones, su capacidad de influir en el territorio.

En cuanto al tamaño, destacan en primer lugar Madrid y Barcelona, los únicos municipios españoles que superan el millón de habitantes (sus áreas metropolitanas superan ampliamente los 3 millones), desde las cuales se produce un brusco salto hasta la tercera ciudad, Valencia, con algo más de 700.000 habitantes, aunque su área metropolitana eleva la población hasta cerca del millón y medio. Por encima del medio millón tenemos las áreas de Sevilla, Málaga, Bilbao y Zaragoza. La octava aglomeración urbana, Palma de Mallorca, no llega a los 400.000 habitantes.

Como es fácil de comprobar, en España las grandes zonas urbanas se disponen en la periferia, que rodean un interior poco urbanizado, aunque en su centro se halla la mayor aglomeración, Madrid. Forman, así, 4 ejes:

  • a- El eje septentrional: es un espacio urbano discontinuo, que comienza en el eje atlántico gallego (Vigo, A Coruña, Santiago, Ferrol) y continúa en el eje cantábrico, formado por el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés), Santander y el sistema urbano vasco-navarro (Vitoria, Bilbao, Baracaldo, San Sebastián, Pamplona), sin olvidar ciertas ramificaciones hacia el interior (León, Burgos, Logroño).
  • b- El eje del valle del Ebro: es un corredor de comunicaciones entre el Cantábrico y el Mediterráneo, y que tiene como gran centro urbano a Zaragoza.
  • c- El eje mediterráneo: es un espacio urbano continuo desde Girona hasta Cartagena, pasando por Barcelona, Tarragona, Castellón, Sagunto, Valencia, Alicante, Elche y Murcia).
  • d- La red urbana andaluza: se dispone a lo largo del litoral (Almería-Granada-Málaga-Algeciras-Cádiz-Jerez de la Frontera-Huelva) y del valle del Guadalquivir (Jaén-Córdoba-Sevilla)

La mayor aglomeración, Madrid, se halla, pues, en el centro de un espacio interior poco urbanizado, y alejada de los principales ejes urbanos.

En cuanto a las funciones de las ciudades españolas, se trata de definir las actividades socioeconómicas que desempeñan en su interior, pero que se extienden hacia el territorio circundante. De acuerdo a este criterio, podemos distinguir entre ciudades primarias (dependientes aún en buena parte del sector primario -agrícola y minero-, como son las ciudades andaluzas, manchegas, extremeñas, murcianas, levantinas y asturianas), secundarias (que tienen un sector industrial y de la construcción potente, como es el caso de las ciudades vascas, catalanas, asturianas y aquellas del mediterráneo e insulares donde el turismo anima sobremanera la construcción), y terciarias (especializadas en los servicios, ya comerciales, administrativos, culturales, militares, sanitarios, religiosos, turísticos, etc.). Algunos ejemplos de estas últimas son:

  • F Ciudades universitarias y culturales: Salamanca, Cáceres
  • F Ciudades de gran impronta religiosa: Santiago, Toledo
  • F Ciudades administrativas: los núcleos de pequeño tamaño que son capitales de provincia o de comunidad autónoma: Mérida, Badajoz, Ávila, Ciudad Real, etc.
  • F Ciudades turísticas: existe un amplísimo abanico donde elegir, sobre todo en los archipiélagos y en todo el litoral mediterráneo
  • F Ciudades de impronta militar: Rota, Cartagena, San Fernando, Torrejón de Ardoz
  • F Grandes centros comerciales y financieros: Madrid, Barcelona, Bilbao

 

El área de influencia urbana, esto es, la capacidad de una ciudad para organizar e influir constantemente en el territorio, es la principal característica y función que tiene una ciudad. El área será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas. De acuerdo con el modelo del geógrafo alemán Christaller, establecido en 1933, que distribuía a las ciudades en un espacio teórico hexagonal de acuerdo a su capacidad de irradiación exterior de cada una, Madrid sería el lugar central principal, cuya influencia se extiende a toda España; en la periferia se sitúan los núcleos que le siguen en influencia: Barcelona, Valencia, Sevilla, A Coruña y Bilbao, cuya influencia es interregional y, en algunos servicios, también nacional; a una distancia intermedia se hallan las ciudades de rango medio, como Zaragoza, Burgos, Granada, Murcia, con capacidad de influencia regional, y por último los núcleos de influencia comarcal (Zafra, Llerena, etc.)

Por último, la jerarquía urbana española, resultado de todas las clasificaciones anteriormente analizadas, puede establecerse a partir de las siguientes categorías:

  • a- Metrópolis: ciudades que superan los 500.000 habitantes, desempeñan funciones deversificadas y especializadas relacionadas con el sector terciario, la alta tecnología y, cada vez en menor medida, con la industria. Su área de influencia es muy amplia: nacional e interregional. Son metrópolis nacionales Madrid y Barcelona, y regionales: Valencia, Bilbao, Sevilla y Zaragoza.
  • b- Metrópolis subregionales: son ciudades como Oviedo, Murcia, Alicante, A Coruña, etc. que tienen una población entre 500.000 y 200.000 habitantes, que cuentan con servicios muy especializados y su capacidad de influencia es regional o subregional (provincial, por ejemplo), manteniendo intensas relaciones con las ciudades anteriores y las siguientes:
  • c- Ciudades medias: la mayoría son capitales de provincia cuya población gira en torno a los 50-200.000 habitantes, desempeñando funciones terciarias menos especializadas (administración, comercio, educación universitaria, sanidad) para toda una provincia.
  • d- Ciudades pequeñas o villas: tienen menos de 50.000 habitantes, con menor capacidad de especialización pero con una gran capacidad de influencia (comercial, en los transportes, en centros educativos de enseñanza secundaria, en hospitales) sobre toda una comarca.

Apuntes: Tema VI – Geografía 2º Bach.

 

 

I.E.S. Alba Plata (F. Cantos)

Dpto. Geografía e Historia

Felipe Lorenzana de la Puente

TEMA VI

ESPAÑA EN EL MUNDO

 

 

 

I. La integración en un sistema económico planetario.

 

Asistimos en los últimos años a la mundialización de la economía, o globalización, una integración del comercio de cada país en una escala planetaria que reduce los poderes de los estados y adjudica a los organismos internacionales amplias facultades decisorias. Hoy día, un país es tanto más atractivo para invertir en él cuanta mayor sea su implicación en la economía mundial. Las instituciones que han promovido en mayor medida esta situación son las siguientes:

 

I.1. LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU).

Creada en 1945 al finalizar la II Guerra Mundial, se halla en continua expansión y renovación, contando en la actualidad con 184 países miembros. Nació con el objetivo de garantizar la seguridad internacional, y hoy se preocupa también por hacer posible la integración y desarrollo del Tercer Mundo, el respeto a la democracia y a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, etc. Cuenta para ello con organismos como la UNESCO (promoción de la educación y la infancia), la OIT (el trabajo), la OMS (la salud) o el Tribunal Internacional de La Haya para procesar a los criminales de guerra. Los cascos azules son el ejército de la ONU, cuyos soldados aportan los países miembros y son desplegados en las zonas de conflicto para evitar que se zurren los contendientes. Actualmente son dos los problemas con los que cuenta la organización: la necesaria renovación del Consejo de Seguridad, formado por 15 países de los cuales 5 son fijos y tienen el derecho de veto (EE UU, Rusia, Francia, China y Gran Bretaña), por lo que pueden paralizar cualquier resolución que no les convenga, y la financiación para poder hacer frente a sus ambiciosos objetivos.

 

I.2. LA ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO (OCDE).

Se integran en ella los países europeos, EE UU y Canadá. Tiene su origen en los años posteriores a la II Guerra Mundial y fue la encargada en principio de poner en marcha el Plan Marshall de reconstrucción de Europa, financiado por EE UU. Sus objetivos actuales son la promoción del desarrollo económico, el aumento del comercio mundial y la ayuda a los países menos desarrollados.

 

I.3. LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO (OMC).

También en la posguerra se pusieron en marcha organizaciones cuyos objetivos eran regular las actividades económicas internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), encargado de compatibilizar (hacer convertibles) las monedas nacionales, o el Banco Mundial como organización de crédito para los países menos desarrollados. En los años 50 nace el GATT (General Agreement of Trade and Taxes, Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles), cuya misión era llegar a un acuerdo entre los países firmantes para reducir los aranceles. Este acuerdo fue sustituido en 1995 por la OMC, cuya tarea es supervisar los acuerdos comerciales firmados.

 

I.4. LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (OEA).

Es el organismo básico de colaboración entre los países de esta área del mundo, capital para los intereses de España. Es una especie de réplica de la ONU, y en su seno se debaten las soluciones a los conflictos que surgen entre los países del continente, aunque el papel de mando que ostenta aquí EE UU es tan decisivo que esta organización tiene serias limitaciones para funcionar bien.

 

I.5. LA ORGANIZACIÓN PARA LA UNIDAD AFRICANA (OUA).

Es un organismo de características similares al anterior: foro de debate y cooperación política y económica entre los países del continente más castigado del planeta.

 

II. LOS GRANDES EJES MUNDIALES. LA UNIÓN EUROPEA.

 

Existen hoy organizaciones que son más de carácter regional que mundial; aglutinan naciones que por su ubicación geográfica, política o económica, tienen muchas cosas en común y han decidido establecer lazos de integración política, social y económica (en unos casos más fuertes que en otros) para logran un desarrollo armónico y acrecentar su papel en el concierto planetario. Así, por ejemplo, en el ámbito latinoamericano hallamos el Mercado Común Centroamericano (MCCA), el Mercado Común del Caribe (CARICOM), el Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y EE UU (TCL, o NAFTA) y MERCOSUR, mercado común de Argentina, Uruguay y Brasil. Entre los países del entorno árabe funciona la Liga Árabe, fundada en El Cairo en 1945, aunque muy dividida en su interior y enfrentada permanentemente a Israel, y por tanto a EE UU. Por último, en Asia destaca la ASEAN, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

 

En definitiva, estas organizaciones surgieron para integrar sus economías y competir con mayores expectativas en un mercado cada vez más global. En los últimos tiempos han acrecentado sus funciones, lo que significa que los países miembros han tenido que renunciar a parte de su soberanía. Para ello han seguido el modelo de la Unión Europea, que es en la actualidad la organización supranacional más conseguida.

 

Los orígenes de la UE se hallan en la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) en 1952, formada por Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda, quienes ratificaron y ampliaron notablemente sus acuerdos de libre comercio con el Tratado de Roma de 1957, año en que nace formalmente la Comunidad Económica Europea. La llamada Europa de los Seis experimentó un crecimiento económico sin precedentes en los años 50 y 60, gracias entre otras cosas al desarme arancelario y a la adopción de políticas unificadas, lo que la hizo atractiva para otros países. Así, en 1973 se incorporan el Reino Unido, Irlanda y Dinamarca; en 1981 Grecia; en 1986 España y Portugal; en 1995 Austria, Suecia y Finlandia. En 2004 se han incorporado varios países del este de Europa: Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Chipre, Lituania, Letonia y Estonia. Entre sus señas de identidad, la UE tiene su bandera (azul, con 25 estrellas amarillas, una por cada país miembro) y su himno (adaptado del último  movimiento de la novena sinfonía de Beethoven).

 

Las instituciones europeas son:

  • La Comisión Europea, compuesta por un presidente y unos 20 comisarios, ministros de áreas concretas. Es el gobierno de la Unión.
  • El Consejo de Ministros: está formado por los ministros de asuntos exteriores de los estados miembros. Su presidencia rota cada 6 meses entre ellos. Es la principal institución decisoria, y cada país cuenta con un número de votos proporcional a su población.
  • El Parlamento Europeo: es la institución representativa, elegida por sufragio universal cada 5 años. Su principal función es el control de la Comisión Europea, aunque se prevé que en el futuro asumirá tareas puramente legislativas. Se compone de más de 600 diputados; a cada país le corresponde un número de ellos de acuerdo con su población.
  • Otras instituciones: El Tribunal de Justicia (formado por un juez de cada país, supervisa la aplicación de los tratatos y dirime los conflictos), el Tribunal de Cuentas (control de las inversiones de la Comisión), el Banco Europeo de Inversiones (concesión de créditos a las regiones más atrasadas) y el Comité de Regiones (consejo asesor formado por representantes de las regiones y nacionalidades).

 

Han sido muchos los tratados firmados por los países de la Unión Europea desde su fundación, por lo que vamos a referirnos únicamente a los últimos. Se puede decir que se ha superado ya el objetivo inicial, que era hacer un mercado único, y se está avanzando hacia una integración política y social. El Tratado de Maastrich (1991), además de completar la supresión de las aduanas y de programar la introducción del euro como moneda única (comenzó a circular en enero de 2002), estableció una política exterior y de seguridad común y la cooperación en materias de justicia e inmigración. El Tratado de Amsterdam (1997) eliminó los últimos obstáculos para la libre circulación de mercancías, capitales y trabajadores y aprobó la Agenda 2000, que preveía una reforma de las instituciones y la ampliación de la Unión hacia los países del Este. En 2004, y tras largos debates, se aprobó la Constitución Europea, donde se regulan de forma definitiva las funciones de las instituciones europeas y se explicitan los derechos de los ciudadanos

 

En dicho marco se desarrollan proyectos para construir la llamada Europa de los Ciudadanos. El objetivo principal es consagrar la igualdad de derechos entre todas las personas, y que puedan ejercerlos en cualquier país de la Unión, prohibiéndose, así, cualquier tipo de discriminación relacionada con la nacionalidad, estableciendo la libre circulación de trabajadores y garantizándose el funcionamiento democrático de las instituciones europeas.

 

De especial interés para España y para Extremadura es la Política Regional. Ya se ha citado en temas anteriores que es objetivo prioritario de la Unión reducir las diferencias (económicas, de infraestructuras, etc.) entre las regiones, y de hecho más de un tercio del presupuesto comunitario se dedica hoy a políticas de apoyo a las zonas desfavorecidas: se trata de los Fondos Estructurales o Fondos de Cohesión, dentro de los cuales destaca el Fondo Europeo para el Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA). Sus prioridades son las siguientes:

 

  • Fomentar el desarrollo de las regiones cuyo PIB per cápita sea inferior al 75% de la media comunitaria (modernización de infraestructuras, etc.)
  • Financiar la reconversión de los sectores productivos de las regiones fronterizas y de las que se hayan visto afectadas por el declive industrial y tengan un índice de desempleo superior a la media comunitaria.
  • Combatir el paro de larga duración (más de 12 meses) y facilitar la inserción profesional (cursillos del INEM, Talleres de Empleo) de los jóvenes.
  • Acelerar la adaptación de las estructuras agrarias a la PAC (Política Agraria Comunitaria) y modernizar el sector pesquero.
  • Facilitar el desarrollo de las comunidades rurales (proyectos LEADER y PRODER).

 

III. Conflictos y desigualdades. LA UE Y ESPAÑA ante las relaciones norte-sur.

 

en los últimos decenios, y sobre todo a partir de la descolonización y el nacimiento del Tercer Mundo, se ha consagrado la división planetaria Norte-Sur. El Norte se compone, en términos muy generales, de países desarrollados que conocieron las revoluciones industriales y fueron protagonistas de la colonización a partir del siglo XIX. El Sur, también en términos muy generales, lo ocupan países pobres, de tradición agrícola o depredatoria, cuya incorporación al mundo "avanzado" se produjo de forma traumática con el colonialismo, siendo sus recursos expoliados y entrando en una situación de dependencia económica (neocolonialismo) con las antiguas metrópolis una vez obtenida su independencia en la segunda mitad del siglo XX. Los problemas principales que tiene hoy planteados el Tercer Mundo son los siguientes:

 

  • Explosión demográfica: la población aumenta por encima de los recursos económicos. El mantenimiento de una natalidad altísima (por encima del 25 por mil) con una mortalidad en descenso (a veces es inferior a la de los países ricos) hace que algunos países pobres puedan duplicar su población antes de 40 años, al tiempo que la producción de alimentos se mantiene o incluso desciende. Por ejemplo, Zaire tiene el doble de habitantes que en 1961, cuando consiguió la independencia, pero produce un 20% menos.
  • Economía agraria muy poco productiva por falta de mecanización y tecnología. Aún así, ocupa a más de la mitad de la población activa, aunque en régimen de subsistencia.
  • Sectores industrial y de servicios muy poco desarrollados por falta de recursos naturales y fuentes de energía unas veces, por no tener el control sobre ellos otras, por la ausencia de infraestructuras y por no estar integrados en la economía mundial.
  • Conflictos políticos y guerras civiles frecuentes, que destruyen los pocos recursos que tienen y hacen dedicar buena parte de los presupuestos a la compra de armamento.
  • Falta de atención a políticas sociales, como la sanidad y la educación, resultando de ello una elevada tasa de mortalidad infantil, la imposibilidad de radicar las pandemias (polio, sida) y la extensión del analfabetismo y de las relaciones de dependencia.
  • Necesidad de dedicar una buena parte de los recursos para pagar la deuda externa, recursos que podrían dedicarse a políticas de desarrollo que, si tuviesen éxito, eliminaría la necesidad de endeudarse en el futuro.

 

Las relaciones Norte-Sur, la ayuda de los países ricos a los países pobres, de lo que tanto presumen los primeros, concentran grandes dosis de hipocresía. De hecho, la causa de la pobreza no es otra que la riqueza, lo fue en los tiempos del colonialismo (expolio de los recursos), se incrementó con la descolonización, causa de los problemas actuales (fronteras artificiosas, dependencia económica) y persiste hoy porque en una economía global no pueden competir los países que todavía no tienen unas estructuras mínimamente desarrolladas. Las ayudas son insuficientes a todas luces (¿no puede hacer más, por ejemplo, Estados Unidos, con 35.000 $ de PIB por habitante, por países como Mozambique, que sólo suma 80 $?), y sólo la actividad de las ONG consigue paliar a veces situaciones humanitarias de auténtica desesperación. Es una auténtica vergüenza que más de la mitad de la población del mundo tenga hoy problemas para alimentarse, mientras en el mundo rico se dilapidan los recursos y se regodean en su prosperidad.

 

El Banco Mundial fue el organismo creado en los 50 para financiar el desarrollo de los países pobres, pero éstos han de aceptar a rajatabla sus directrices para conseguir los créditos, directrices que a veces les vienen bien para ordenar su caótica política presupuestaria, pero otras veces significa sacrificar políticas de fomento al pago de los intereses. La Unión Europea, sin embargo, es una de las organizaciones más activas en el fomento del desarrollo del Tercer Mundo, aportando casi la mitad de los fondos disponibles (EE UU aporta otro 20%). No deja de ser, sin embargo, una ayuda interesada, puesto que los países pobres les siguen aportando materias primas y constituyen un mercado idóneo para sus productos (frecuentemente, las ayudas son para comprar tecnología y mercancías). Las zonas a las que van destinadas son las antiguas colonias europeas en Asia y sobre todo en África, y desde la incorporación de España a la UE también se atienden las necesidades de Latinoamérica. Las ayudas no sólo consisten en dinero o créditos, sino también en concesiones comerciales (supresión de aduanas de ciertos productos, etc.), asesoría para la planificación económica, inversiones en sanidad, educación y formación profesional, etc. En definitiva, las ayudas al sur privilegia las medidas encaminadas a alcanzar los cuatro principios que enuncia el Tratado de la Unión:

 

  • El desarrollo y consolidación de la democracia.
  • El desarrollo económico y social.
  • La inserción de sus economías en la economía mundial (facilidades comerciales).
  • La lucha contra la pobreza.

 

Entre 1963 y 1995 se han firmado 7 acuerdos con 70 países de África, Asia y el Caribe, mediante los cuales el 99,5% de sus exportaciones a la Unión Europea están exentas de impuestos, al tiempo que se dedican varias decenas de miles de millones de euros a su desarrollo. América Latina ha sido una de las zonas más beneficiadas, puesto que gracias a los tratados ha incrementado notablemente su comercio con la UE, representando en la actualidad el 20% de todas sus transacciones.

 

En lo que se refiere a ayuda humanitaria, en 1992 se creo la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO), cuyos fondos se ponen en marcha de inmediato en situaciones de catástrofe natural y conflictos de diverso tipo, asistiendo a las víctimas sin distinciones de raza, religión o pensamiento con auxilios en especie (material médico, combustible, alimentos y otros productos de primera necesidad) o en forma de servicios (equipos humanos especializados en asistencia médica o farmacéutica, ingenieros y otros técnicos para la construcción de campamentos o para rehabilitar las infraestructuras). Sólo en los dos primeros años se atendieron a 2.400 operaciones de urgencia. Su labor es también coordinar el esfuerzo individual de los países miembros, de las organizaciones no gubernamentales y de las agencias de la ONU.

 

No es el gobierno español demasiado generoso en la ayuda permanente al Tercer Mundo. Los fondos invertidos en cooperación para el desarrollo en 1996 sólo representaban el 0,25% del PIB, lejos aún del 0,7 que reclaman varias plataformas humanitarias, y poco se han incrementado desde entonces. Sí son muy activas las ONG, cuyas actuaciones en todo el mundo, sobre todo en América Latina, van en aumento, gracias, a su vez, a la solidaridad del pueblo, cada vez más sensibilizado (más que el propio gobierno) en el tema de la ayuda a los más desfavorecidos.

 

IV. España y la configuración de un espacio iberoamericano.

 

Por razones históricas y culturales (un pasado común, una misma lengua), España ha mantenido tradicionalmente unas relaciones políticas privilegiadas con los países de América Latina, si bien las relaciones comerciales aún son escasas.  Aquel papel le ha servido para actuar de mediador ante la UE y toda la comunidad internacional. Por ejemplo, en el caso de Cuba, España ha logrado que la UE no comparta con EE UU el embargo que le tiene declarado hace más de 40 años, por lo que las inversiones (sobre todo en turismo) han podido seguir llegando, y también se ha conseguido que toda Iberoamérica haya sido declarada socio preferente de la UE en intercambios comerciales.

 

Descendiendo al campo de las relaciones bilaterales, las empresas españolas han conseguido introducirse con fuerza durante la última década en países cono Argentina, Brasil, Chile, Perú, Colombia o México, especialmente Telefónica, Repsol, Iberia y varias entidades financieras. Actualmente, estos países concentran casi el 30% de todas las inversiones españolas en el extranjero. Un factor decisivo para este acercamiento económico, y también político, ha sido el claro avance que han experimentado los regímenes democráticos, primero en la Península y después en toda América, el fin de los conflictos bélicos, y la toma de conciencia de la identidad común: España refuerza su papel de semi-potencia (el término es mío) mundial gracias a su influencia en Latinoamérica, y los países de ésta pueden concurrir como una sola voz ante el mundo, lo cual facilita su desarrollo y les aleja de la marginación en el orden internacional. 

 

En el ámbito político, España ha impulsado desde su nacimiento en 1957 la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), así como la celebración anual de las Cumbres de Jefes de Estado Iberoamericanos desde 1991. Los objetivos que tienen ambas instituciones, en las que están representadas España, Portugal y los países americanos de habla latina, son:

 

  • Fortalecer el conocimiento, la solidaridad, la integración y la paz entre los pueblos iberoamericanos.
  • Fomentar el desarrollo de la cultura y de la educación como instrumentos para alcanzar la libertad, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos.
  • Facilitar el desarrollo científico-técnico desde la perspectiva del desarrollo social.
  • Promover el conocimiento y difusión de las lenguas española y portuguesa.
  • Compartir experiencias de integración política y social para crear en el futuro un espacio único latinoamericano.

 

V. Perspectivas geoestratégicas de España en el mundo.

 

España tiene, o al menos debería tener, un peso importante en la esfera internacional, puesto que es país miembro de la UE y de la OTAN, tiene lazos privilegiados con Latinoamérica y con los países mediterráneos, está dentro de las 10 primeras potencias económicas, es el tercer destino turístico del mundo, ha mantenido tradicionalmente (también por razones históricas y culturales) buenas relaciones con el mundo árabe, su lengua es la tercera más hablada del planeta, y sólo la selección de fútbol es un desastre internacional. Por todo ello, este país está en inmejorables condiciones para cooperar, en todos los ámbitos, con otras naciones.

 

España pertenece a la ONU desde 1953, y cada vez es mayor su implicación en los programas de desarrollo y en la pacificación de zonas en conflicto. De esta manera, cascos azules españoles han estado y están desplegados en la antigua Yugoslavia. Como miembro de la OTAN también se ha tenido la desgracia de participar en operaciones de castigo contra Irak (1991) y Serbia (1992, etc.). También ha sido importante la mediación de España en el conflicto árabe-israelí, si bien la última actuación internacional fue la controvertida participación en la ocupación militar de Irak (2003-2004), por obra y gracia de las presiones estadounidenses y las ganas de agradar a Bush que tenía el pte. Aznar.

 

Es evidente que los espacios donde los intereses de España están más definidos son Europa, la ribera sur del Mediterráneo y Latinoamérica, a la que ya nos hemos referido antes. Por lo cual, si esta cuestión sale en Selectividad tienes que incluir el anterior apartado.

 

También hemos perfilado antes los intereses de España en la UE, donde tiene un papel más destacado que el que le correspondería por su población, número de votos en el Consejo de Ministros y número de escaños en el Parlamento Europeo. Esto sucede así por el frente común que suele hacer con otros países del Mediterráneo como Italia y Portugal, constituyendo uno de los principales grupos de presión. España es también la principal frontera del sur, siendo la puerta de acceso de los inmigrantes de África, y también de Iberoámerica, que se dirigen a Europa, lo cual es un problema de dimensiones humanas impresionantes. Por su situación geoestratégica, es igualmente importante su papel de cara al Magreb, de donde llegan buena parte de los suministros energéticos, los principales caladeros de pesca, además de otros problemas gordos como la susodicha inmigración y el terrorismo islámico.

Apuntes: Comentario de texto Tema XI -2ºBach-

 

 

I.E.S. Alba Plata de Fuente de Cantos

Dpto. Geografía e Historia

2º Bachillerato: HISTORIA DE ESPAÑA

Felipe Lorenzana de la Puente

COMENTARIO DEL TEXTO XI: CONSTITUCIÓN DE 1869

LOCALIZACIÓN

Se trata de un texto de naturaleza jurídica, una constitución o carta magna redactada por las Cortes constituyentes abiertas el 11 de febrero de 1869 tras la celebración de elecciones mediante sufragio universal, tal y como se indica en el preámbulo. Se sitúa en el Sexenio Revolucionario (1868-1874) y se concibe como el texto donde irán explícitos los valores políticos y sociales de la revolución conocida como La Gloriosa, que pretendía ante todo democratizar la vida política española. Va dirigida a todos los españoles.

 

ANÁLISIS

El texto contiene los artículos más significativos de la Constitución, aquellos que tienen como propósito garantizar los valores citados en el preámbulo: justicia, libertad, seguridad, y felicidad ("proveer al bien de cuantos vivan en España"). Los tres primeros (2, 3 y 4) refieren a los derechos del individuo, en concreto al habeas corpus, conjunto de garantías que asisten a quienes son detenidos y que pretenden evitar los abusos de las fuerzas de seguridad; se defiende la inviolabilidad del individuo, dando preferencia a su libertad y su seguridad hasta tanto no se demuestre su culpabilidad en la comisión de un delito. El artículo 21 trata de la cuestión religiosa, en lo que tanto tiempo y tantos debates invirtieron las Cortes; se establece, por vez primera en una constitución española, la libertad de culto, pero a cambio el Estado sigue comprometiéndose a mantener a los eclesiásticos, cuyos recursos habían menguado desde la desamortización; fue una solución de compromiso que intentaba contentar tanto a los católicos como a los anticlericales. El artículo 26 establece, por vez primera en la historia, la libertad de movimientos de los españoles que deseen ir al extranjero. El artículo 32 establece, también por vez primera en una constitución, la soberanía nacional plena, no compartida con el rey. El artículo 33 establece la monarquía como modelo de organización del Estado, otra de las cuestiones polémicas durante el Sexenio, pues amplios sectores que apoyaron la revolución deseaban, tras la nefasta experiencia del reinado de Isabel II, la instauración de una república. Sin embargo, será una monarquía mucho más limitada que la anterior, puesto que no goza de la soberanía y únicamente detenta el poder ejecutivo (la facultad que se le reconoce de sancionar y promulgar las leyes es meramente un trámite). No se cita aún quién será el titular de la monarquía. Los artículos restantes consagran la división de poderes: el legislativo reside en las Cortes, que son la principal institución del país, pues en el preámbulo se dice que representan a la nación española, que es la titular de la soberanía; y el judicial en los tribunales.

 

COMENTARIO HISTÓRICO

a- Precedentes: La Carta Magna de 1869 es la sexta experiencia constitucional en la historia española, tras la Constitución de 1812 (de signo liberal progresista), el Estatuto Real de 1834 (muy conservador), la Constitución de 1837 (progresista), la de 1845 (moderada) y la de 1855 o non nata (progresista).

b- Contextualización: Como decíamos, la Constitución de 1869 pretendía consagrar los valores de la Revolución acaecida el año anterior e instaurar en España una verdadera democracia. Es de carácter progresista porque los diputados que la redactaron, al ser elegidos por sufragio universal, pertenecían mayoritariamente a las fuerzas políticas más abiertas a los cambios. En la calle, el ambiente era igualmente intenso. La revolución había mandado al baúl de los recuerdos a los moderados y dio una mayor participación y más libertades para expresarse a los ciudadanos. Esta fue la gran conquista de la revolución; durante los seis años que duró, el pueblo pudo vivir en primera persona la democracia, de ahí que se conozca esta etapa como la del Sexenio Democrático. La constitución resultante de este ambiente político fue también la más democrática de todas las que hubo en el siglo XIX, superándose por vez primera la constitución de Cádiz.

c- Consecuencias: Claro que, al igual que ésta, tampoco duró mucho. Una vez elegido rey Amadeo de Saboya, la aplicación de esta Constitución estuvo dificultada por los múltiples problemas internos habidos en España y por la inestabilidad política, que determinaron la abdicación del rey en 1873. La I República intentó elaborar una nueva constitución donde desapareciese la monarquía y se instaurase el federalismo. La restauración de la monarquía en 1875 en la persona de Alfonso XII tampoco aceptó esta constitución y optó por otra de tendencia mucho más conservadora.