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Historia 2º BACH. Tema I .- LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL S.XVIII

 Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente.

TEMA I: EL SIGLO XVIII

 El siglo XVIII es la etapa final del período histórico conocido como el Antiguo Régimen, aquel que se sitúa entre la Edad Media y el período liberal o constitucional que se inaugura en 1812. España afronta este siglo en condiciones muy distintas a los anteriores: ha liquidado su imperio europeo y se halla necesitada de un cambio de orientación tras la profunda depresión económica y social que padeció en el siglo XVII. 

I.1. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL SIGLO XVIII 

I.1.1. LA NUEVA DINASTÍA BORBÓNICA

La muerte de Carlos II en 1700 sin herederos directos dejaba abierta la sucesión de la monarquía española a dos sobrinos suyos: el archiduque Carlos de Habsburgo, nieto del emperador de Austria, y Felipe de Anjou, nieto del rey de Francia Luis XIV, el Rey Sol. El primero ofrecía la ventaja de no romper la línea dinástica de la Casa de Austria, a la que habían pertenecido todos los reyes españoles desde Felipe I el Hermoso (1504). El segundo permitiría aliarse al país que, por una parte, representaba la mayor amenaza para la integridad del imperio español, y por otra el único que podía garantizarla: Francia. Carlos II, en su testamento, se decidió (o así lo decidieron sus consejeros) por Felipe, quien se convirtió en el primer rey de la casa española de Borbón.Los reinados que hubo entre 1701 y 1808 fueron los siguientes:

Felipe V: 1701-1724, fecha en que abdicó, y de nuevo entre 1724-1746 al suceder a su propio hijo.

Luis I: 1724, hijo del anterior, quien murió a los pocos meses de acceder al trono sin dejar herederos.

Fernando VI: 1746-1759, hijo también de Felipe V, quien muere sin hijos.

Carlos III: 1759-1788, hermano del anterior, quien ya era rey de Nápoles cuando viene a España.

Carlos IV: 1788-1808, su hijo, quien abdicó en favor de Fernando VII.

Téngase en cuenta que el único monarca con capacidad plena de gobierno durante todo su reinado fue Carlos III. Tanto Felipe V como Fernando VI murieron locos, y Carlos IV era medio tonto. A pesar de ello, este país logró sobrevivir, por lo que habrá que reconocer el mérito de los ministros, de las instituciones y del pueblo español, y relativizar la importancia que han tenido los reyes en su historia. 

 

I.1.2. LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL TRATADO DE UTRECH

La llegada al trono de Felipe V causó una profunda división entre los españoles y entre las potencias europeas. Para quienes se oponían a él y apoyaban al archiduque Carlos, el candidato rechazado, su reinado era ilegítimo porque se había roto la línea lógica de sucesión de la Casa de Austria y porque el cambio dinástico no había sido decidido libremente por la nación reunida en Cortes. Se desata, de esta forma, una guerra civil (entre españoles) y al mismo tiempo una guerra internacional en la que participaron las principales potencias: es la llamada Guerra de Sucesión, que se extiende desde 1702 a 1714. Francia acudió, lógicamente, en apoyo de Felipe, y Austria en el de Carlos. Inglaterra -secular enemiga de Francia y España-, Portugal, Holanda y Saboya apoyaron también a Austria. Estos países temían que se pudieran unir las coronas de Francia y España formando así una potencia hegemónica.En el interior de España, Castilla apoyó mayoritariamente al Borbón porque estaba deseosa de un cambio radical, encontrando en el francés el hombre ideal para propiciar un desarrollo económico similar al de Francia; pero los países de la Corona de Aragón, que ya habían iniciado cierta recuperación económica a finales del siglo XVII, temían perder sus fueros si reinaba el representante de la familia que encarnaba el absolutismo y el centralismo en Europa, los Borbones, por lo que decidieron apoyar al archiduque Carlos, quien se apresuró a prometer la conservación de sus fueros si finalmente se convertía en rey de España.La guerra fue favorable en términos generales al archiduque hasta 1707, pero la decisiva batalla de Almansa y la caída de Valencia y Aragón comenzaron a decantar las armas hacia Felipe. Poco después, Carlos fue llamado a ocupar el trono imperial de Austria y perdió interés, como también sus partidarios, por la causa española. La victoria final fue para Felipe, pero el precio que hubo de pagar por la paz fue muy elevado: el Tratado de Utrech (1713) le obligó a ceder a Inglaterra Terranova (en Norteamérica), Gibraltar, Menorca (que se recuperaría a finales de siglo), participar en el lucrativo comercio de esclavos y la posibilidad de comerciar con la América española. Austria se quedaba con Flandes y la mayoría de los territorios italianos de España. Los catalanes siguieron luchando por su cuenta contra Felipe V hasta su derrota en 1714. El archiduque Carlos no renunció oficialmente a sus derechos al trono de España hasta 1725. 

 

I.1.3. LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS. LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTAEl aspecto más destacado de las reformas administrativas fue la supresión de los fueros de la Corona de Aragón por los decretos de Nueva Planta. Estos decretos fueron parte del programa de renovación que los Borbones aplicaron para mejorar el funcionamiento de una monarquía que apenas había cambiado desde los Reyes Católicos. Sus objetivos fueron los siguientes:

a- Absolutismo: Los Borbones tuvieron muchas menos trabas para gobernar que los monarcas anteriores. Del modelo de monarquía autoritaria (Castilla) y pactista (Aragón) habido durante la etapa de los Austrias pasamos ahora al modelo de monarquía absoluta en todo el país, en la que todos los poderes se concentran en el rey, se ignoran las Cortes y se recorta la autonomía de los municipios.

b- Centralismo: se pretendía acabar con las diferencias jurisdiccionales entre los reinos españoles, así como establecer un control político más rígido en todas las provincias y municipios. Felipe V sólo respetó los fueros de Navarra, que pudo conservar sus instituciones propias y otras peculiaridades. Suprimió por los Decretos de Nueva Planta los fueros de los reinos de la Corona de Aragón, en parte por represalia al haber éstos apoyado al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión, y en parte por la necesidad de reestructurar el Estado para que todos los reinos españoles tuvieran las mismas leyes e instituciones. Felipe V consiguió, pues, llevar a efecto casi un siglo después el proyecto de Unión de Armas del conde-duque de Olivares y acabar con la España plural o federada, herencia de los Reyes Católicos. Los decretos se expidieron en 1707 (Aragón y Valencia) y 1714-1716 (Cataluña y Mallorca). A la supresión de los fueros le siguió la creación de nuevas instituciones en Aragón:

1- Los capitanes generales sustituyen a los virreyes y se convierten en la primera autoridad de cada reino (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), con poderes políticos, militares y judiciales.

2- Se creó en cada reino una Audiencia, cuyas misiones serían administrar la justicia, servir de consejo a los capitanes generales (quienes eran sus presidentes) y controlar a los ayuntamientos.

3- Los ayuntamientos se ajustaron al modelo castellano; los más importantes tendrían corregidor (de rango militar), alcalde mayor (abogado) y regidores vitalicios.

4- Se suprimieron las Cortes y sus diputaciones (Generalitat en Valencia y Cataluña). Algunas ciudades obtuvieron el derecho de enviar procuradores a las Cortes de Castilla en las pocas (y casi inútiles) ocasiones en las que éstas se reunieron.

 

c- Modernización de la administración: Se pretendía agilizar la gestión administrativa, paralizada por una burocracia ineficaz, y combatir la corrupción. El gobierno central se reformó, de manera que los Consejos (gobierno polisinodial) perdieron importancia en beneficio de los Secretarios de Estado y del Despacho. Éstos vigilaban y coordinaban la labor de los consejos, y estaban siempre en contacto directo con el monarca. Son el antecedente de los actuales ministros. En general, se reforzó aún más el control que ejercía el gobierno en todos los ámbitos.

En cuanto a la administración territorial, se aplicaron las siguientes actuaciones:

1- Creación de los intendentes, jefes políticos de cada provincia. Sus misiones eran administrar la Hacienda, impulsar el desarrollo económico y coordinar la labor de los corregidores.

2- Ampliación del número de Audiencias, que eran tribunales de justicia y a la vez una especie de delegación del gobierno en cada provincia.

3- Reforzamiento de los capitanes generales. En las provincias donde existía un importante destacamento militar (como Extremadura), su presencia era aún más notoria, interfiriendo continuamente en la política y chocando a menudo con los intendentes y los corregidores.

4- Se amplía el número de corregidores y sus competencias, en perjuicio de los regidores. El ayuntamiento ve recortados sus poderes y entra en una larga decadencia de la que nunca volverá a recuperarse. Ya casi nadie quería ser regidor, pues su poder era muy limitado y estaba siempre sometido a un control asfixiante. A partir de 1768 se intentó revitalizar y popularizar los ayuntamientos con la creación de un Síndico Personero y varios Diputados del Común (de 2 a 4 por municipio), elegidos anualmente por el pueblo. Su misión era servir de portavoz popular en los plenos.

 

d- Regalismo: se conoce como tal toda actuación política encaminada a fortalecer al Estado a costa de la Iglesia. Se pretendía consumar una clara separación entre la Iglesia y el Estado, haciendo a éste independiente de la política del Vaticano, así como combatir el excesivo poder que tenía el clero en la economía, la sociedad y la educación. De esta forma, se hizo lo siguiente:

1- Instauración del plácet, o Regium exequatur: los reyes se reservaban el derecho de autorizar la aplicación de las bulas y órdenes del papa en España.

2- Instauración del recurso de fuerza: derecho a apelar a los tribunales reales las sentencias de los eclesiásticos.

3- Limitaciones a la adquisición de propiedades de la mano muerta. A finales de siglo, incluso, se comenzó a desamortizar ciertos bienes eclesiásticos.

4- Expulsión en 1766 del grupo de presión más importante de la Iglesia católica en España, el que ejercía el monopolio de la enseñanza: los jesuitas. 

 

I.1.4. EL FRACASO DE LAS REFORMAS Y CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

Además de las reformas políticas mencionadas, durante los reinados de Fernando VI y Carlos III se proyectaron ciertas reformas sociales y económicas, aunque no llegaron a aplicarse con profundidad por el miedo de que pudieran desencadenar una revolución que terminase con el Antiguo Régimen.  Por consiguiente, España, como otros muchos países europeos, daba síntomas de decrepitud a finales de siglo. Carlos IV volvió a recuperar la figura del valido en la persona del extremeño Manuel Godoy, y ambos hubieron de afrontar un periodo crítico caracterizado por la crisis económica, las derrotas en los conflictos bélicos y la incapacidad del Estado para dar respuesta a las nuevas demandas de la sociedad, que pedía menos corrupción, más eficacia y más libertad.

El estallido de la Revolución Francesa en 1789 vino a complicar las cosas. España cerró las fronteras a la propaganda revolucionaria e intentó ignorar un movimiento que se proponía desmontar una a una todas las estructuras del Antiguo Régimen: los estamentos sociales, la propiedad amortizada, la monarquía, el absolutismo…Godoy aplicó tímidas reformas que afectaron a los intereses del clero y de la nobleza, pero fueron insuficientes y sólo sirvieron para incrementar la lista de sus enemigos, entre los que se encontraban no sólo los privilegiados, sino también los intelectuales (parte de los cuales simpatizaban con la Revolución Francesa), el príncipe Fernando y el pueblo, cuyo malestar por la falta de alimentos y el despotismo se tradujo en variados motines urbanos. En este contexto de crisis se produjo en marzo de 1808 el motín de Aranjuez, que provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Las circunstancias fueron aprovechadas por Napoleón para invadir España en mayo de este mismo año, iniciándose la Guerra de la Independencia. 

 

I.2. LA POLÍTICA EXTERIOR.

I.2.1. Felipe V y el imperio español

Felipe V intentó recuperar los territorios perdidos por la paz de Utrech, que habían reducido el antiguo Imperio a la Península Ibérica (excepto Portugal y Gibraltar) y a las Indias. Gracias al apoyo de Francia, con la que se firmaron los Pactos de Familia, se recuperaron los territorios italianos, designándose para su gobierno a los hijos del monarca español; también se contuvo a la imponente flota británica, que constituía una amenaza para las Indias. España continuó siendo una potencia mundial gracias a la posesión de las Indias, aunque a nivel europeo no podíamos ya competir con Francia e Inglaterra.

I.2.2. LA POLÍTICA EXTERIOR CON FERNANDO VI Y CARLOS III

En tiempos de Fernando VI se mantuvo una política de neutralidad en el concierto internacional, al tiempo que se reforzaba la armada. Carlos III heredó el problema de salvaguardar las posesiones americanas de las ambiciones inglesas, por lo que se renovaron los Pactos de Familia con Francia. Ambos apoyarían a los Estados Unidos en su lucha por la independencia de Inglaterra. Durante este reinado se recuperó la isla de Menorca, pero se fracasó en Gibraltar.

 

I.2.3. ENTRE DOS SIGLOS: LA POLÍTICA EXTERIOR CON CARLOS IV

En tiempos de Carlos IV, la Revolución Francesa puso a España en una difícil disyuntiva: o se aliaba a Inglaterra en contra de los revolucionarios, o se apoyaba a Francia, como siempre, aun a costa del peligro de importar la revolución a España. Tanto una opción como otra tendría un enemigo declarado: Francia en el primer caso e Inglaterra en el segundo. Las dos políticas se llevaron a cabo en diferentes momentos, y con resultados desastrosos: derrotas ante la Francia revolucionaria cuando se estableció la alianza con Inglaterra; derrotas estrepitosas ante Inglaterra cuando la alianza era con Francia (pérdida de la escuadra en Trafalgar en 1805); y el colmo de los desatinos: invasión napoleónica cuando Francia era todavía nuestro mejor aliado. La Guerra de la Independencia contra los gabachos (1808-1813) significó, en el aspecto positivo, el principio del fin del Antiguo Régimen y el inicio del régimen constitucional (Constitución de Cádiz de 1812). 

 

I.3. LA PROVINCIA DE EXTREMADURA EN EL ANTIGUO RÉGIMEN. ASPECTOS POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS 

El término “Extremadura” se usaba en la Edad Media para designar a las tierras extremas, las que hacían frontera con los musulmanes. Desde mediados del siglo XIII ese nombre se aplica tan sólo a nuestra actual región, aunque sus límites fueron siempre muy imprecisos. Como consecuencia de la reconquista, Extremadura fue un territorio muy diverso y mal definido desde el punto de vista administrativo debido a la existencia de muchas jurisdicciones: realengo, señorío y órdenes militares. Incluso desde el punto de vista eclesiástico predominaba la diversidad: tres diócesis (Plasencia, Coria y Badajoz) y varios prioratos pertenecientes a las órdenes de Santiago y Alcántara. Ya en el siglo XVI, y con la finalidad de organizar el cobro de los impuestos, el territorio se divide en torno a dos grandes partidos: el de Trujillo y el de San Marcos de León de la Orden de Santiago (con capitales en Mérida y Llerena).La complejidad extremeña no era un caso excepcional en el Reino de Castilla.

 Las provincias sólo comienzan a definirse en la segunda mitad del siglo XVI, y lo hacen a través de las ciudades que tenían voto en Cortes. Cada ciudad pasaría a responsabilizarse de su territorio más próximo, formando así una provincia y actuando aquella como su capital. A su vez, la provincia se dividía en varios partidos, siendo gobernado cada uno de ellos por un corregidor instalado en la ciudad o villa más importante del mismo. En Castilla había en el siglo XVI dieciocho provincias, pues eran dieciocho las ciudades que tenían voto en Cortes. Ninguna ciudad extremeña lo tenía, por lo cual la región no constituía una provincia, sino que pertenecía a la de Salamanca, la ciudad que la representaba en las Cortes y se ocupaba de la recaudación de los impuestos.La agregación de Portugal a España en 1580 tuvo efectos beneficiosos para Extremadura, al desaparecer una frontera que había sido fuente de muchos conflictos. No obstante, la guerra de la Independencia o de “Restauración” (1640-1668), al desarrollarse mayormente en Extremadura, le causó unos daños enormes de los que nunca llegará a recuperarse totalmente: despoblación, destrucción de su tejido productivo y restauración de una frontera peligrosa cuya vigilancia implicaba la instalación de numerosos destacamentos militares a los que había que mantener y aguantar.Es en este contexto de guerra cuando Extremadura consigue del rey el voto en Cortes en 1651, pudiendo ejercitarlo por vez primera en las Cortes de 1655. Desde este momento, Extremadura se convierte en provincia, es decir, alcanza por vez primera entidad política y jurisdiccional. El privilegio del voto en Cortes lo despachó el rey a cambio de un servicio de 80.000 ducados que pagaron seis ciudades: Trujillo, Mérida, Badajoz, Cáceres, Plasencia y Alcántara. Éstas serán las ciudades que, por turnos de dos en dos, enviarán sus procuradores a las Cortes y a la Diputación. El territorio extremeño queda, además, dividido en ocho partidos: los seis de las ciudades que tenían voto en Cortes, más el partido de Llerena y el de Villanueva de la Serena.En el siglo XVIII no cambian los límites de la provincia extremeña ni su división en ocho partidos, pero hubo algunos cambios institucionales:

1-  La primera autoridad provincial será el capitán general del Ejército de Extremadura, cuya sede se hallaba en Badajoz.

2-  Extremadura se convierte desde 1711 en una de las intendencias en las que se divide España. La sede del intendente quedará fijada en Badajoz, quien se convierte así en la capital de la provincia. Los intendentes se ocupaban de organizar el cobro de los impuestos, coordinar la labor de los corregidores y llevar a cabo una política de fomento de la economía provincial. Muchos de los nuevos proyectos de reforma agraria de este siglo fueron coordinados por la intendencia.

En 1791 se establece en Cáceres la Real Audiencia de Extremadura, el primer tribunal superior de Justicia que existió en la provincia. Se ocupaba, además, de transmitir y hacer cumplir las órdenes del gobierno central e inspeccionar las actividades de los ayuntamientos.

Geografía 2º BACH. Tema III.- El relieve

TEMA III.1: LAS DINÁMICAS ECOGEOGRÁFICAS.ELEMENTOS DEL MEDIO FÍSICO   EL RELIEVE

 

           

1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RELIEVE DE ESPAÑA.- 

El relieve es la configuración de la corteza de la tierra. Las irregularidades de la superficie han sido producidas por los movimientos orogénicos y los procesos de erosión, que han actuado durante cientos de millones de años.

España, exceptuando a Canarias, Ceuta y Melilla, está en el borde sur de la placa eurasiática, situación que le convirtió en una zona muy afectada por las orogenias, las cuales han dado forma al relieve actual, caracterizado por:

1- Accidentalidad. Al verse afectado por todas las orogenias, es el país más montañoso de Europa tras Suiza.

2- Altitud media elevada, 660 metros. Es una consecuencia de lo anterior y de la gran extensión que ocupa la meseta, situada a una altura media de 600-800 metros sobre el nivel del mar.

3- Forma compacta y maciza. España ocupa la mayor parte de la Península Ibérica, una península de forma cuadrada, con pocos entrantes y salientes, con una gran anchura N-S y E-W.

4- Disposición periférica de sus principales cordilleras. En torno a la meseta se dispone un cinturón montañoso que la aísla de los litorales. Esta característica, junto a las anteriores, determina el clima (diversidad climática, no penetración de la influencia marina en el interior), la vegetación (variedad de paisajes) y el asentamiento humano (dificultad y carestía de las comunicaciones).

5- Litorales extensos y generalmente suaves, sin apenas resaltes. Se dividen en cinco sectores:

a-       Mar Cantábrico: desde el Bidasoa hasta la Punta de Estaca de Bares en Galicia. Costa casi recta, con erosión marina fuerte. Hay rías y estuarios en las desembocaduras. Predominan las costas altas.

b-       Costa Gallega Atlántica: litoral accidentado con grandes rías. Costa alta y escarpada.

c-       Costa Atlántica Andaluza: comprende el Golfo de Cádiz .Costa baja, extensas playas, dunas y marismas.

d-       Litoral Mediterráneo, con dos sectores: el primero entre Tarifa y el Cabo de la Nao (con montañas próximas al mar pero con costas bajas. Abundancia de playas, dunas, cordones litorales y albuferas. Son habituales los peñones en las costas rocosas), y el segundo que incluye el Golfo de Valencia y la costa catalana (costas bajas con playas, albuferas, y deltas. La costa solo es rocosa en Baleares y en el norte de Cataluña).

e-       Islas Canarias: Relieve montañoso. Costas altas con grandes acantilados.

6- En España se distinguen cuatro tipos de unidades morfoestructurales:

a- Zócalos o escudos: Son llanuras y mesetas compuestas por materiales duros, rocas graníticas y silíceas, que le proporcionan rigidez. Su origen se halla en la Era Primaria o Paleozoico: las cordilleras entonces formadas han sido erosionadas, arrasadas, desde entonces hasta ahora. Ante nuevos movimientos orogénicos, se fracturan o se abomban. Ocupan la mitad occidental de la península. Por ejemplo, la Meseta.

b- Macizos antiguos: Son restos de montañas formadas en el Paleozoico (y, por tanto, ya muy erosionadas) o nuevas cordilleras formadas en el Terciario, cuando la orogénesis alpina provocó un leve levantamiento de los zócalos o escudos. Sus cumbres son suaves y redondeadas, y a veces llanas. Por ejemplo, el Sistema Central, los Montes de Toledo, el Macizo Galaico y el occidente de la Cordillera Cantábrica.

c- Cordilleras de plegamiento: Son grandes elevaciones surgidas en el Terciario con la orogénesis alpina, que afectó a aquellas áreas compuestas por materiales blandos de carácter sedimentario (calizas, por ejemplo), que hasta hacía poco tiempo habían estado sumergidas. La escasa resistencia de este roquedo facilitó el plegamiento del terreno. Dada su relativa juventud, no han sido muy erosionadas, por lo que su aspecto es el de montañas elevadas y escarpadas. Aquí tenemos las llamadas cordilleras intermedias, situadas en los rebordes de los zócalos (Sistema Ibérico, Cordillera Cantábrica oriental), y las cordilleras alpinas (Pirineos, Sistema Bético).

d- Cuencas sedimentarias o depresiones: Son zonas hundidas y llanas, formadas en el Terciario, rellenadas de materiales sedimentarios como calizas, arcillas y areniscas. Su formación se debe, bien a un hundimiento del zócalo (depresiones del Duero, Tajo, Guadiana), o a la emersión de nuevas tierras (depresiones del Ebro y Guadalquivir). Estas últimas son llanas porque no han sido afectadas por ninguna orogénesis. 

 

II. EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA Y LOS ARCHIPIÉLAGOS

El relieve actual es el resultado de millones de años de historia geológica en las que se han alternado etapas de orogénesis (durante las que se forman las cordilleras o emerge la tierra) con otras de calma y erosión (en las que se crean las llanuras).

Se distinguen cuatro etapas:

 

1-       Era Arcaica o Precámbrico (4.000-600 millones de años): emergió del mar una banda de tierra de NO a SE y otras elevaciones aisladas en puntos de la actual meseta. Este macizo fue después arrasado por la erosión y nuevamente hundido, quedando bajo los mares.

 

2-       Era Primaria o Paleozoico (600-225 millones de años): tuvo lugar la orogénesis herciniana. De los mares que cubrían casi toda la futura península emergieron montañas que formaron una cordillera, el Macizo Ibérico o Hespérico, que es el núcleo de la actual Meseta. Predominan materiales como el granito, la pizarra y la cuarcita, caracterizados por su dureza. El Macizo Hespérico quedará arrasado por una larga etapa de erosión durante esta misma era y la siguiente, convirtiéndose en zócalo o meseta, inclinada entonces hacia el Mediterráneo.Aparecieron también nuevas tierras al NW (Macizo Catalano-Balear y del Ebro) y al SE (Macizo Bético-Rifeño).

 

3-       Era Secundaria o Mesozoico (225-68 millones de años): Periodo de calma en el que continúa el proceso de erosión de las formaciones montañosas aparecidas en la era anterior y la sedimentación. Ya está prácticamente formada la meseta central, aunque aún se inclina hacia el Mediterráneo; en los periodos de transgresión marina (el mar se retira) se depositan en el borde oriental de la meseta enormes masas de materiales sedimentarios, blandos (al haber estado en contacto con el agua del mar): caliza, arenisca, marga…; lo mismo sucede en las actuales zonas pirenaica y bética.

 

4-       Era Terciaria (68-2 millones de años) la colisión entre placas provocó la orogenia alpina, y como resultado de ella ocurrió lo siguiente:

a.       Se levantaron las cordilleras alpinas al plegarse los materiales blandos depositados en las zonas pirenaica y bética, surgiendo así los Pirineos y las cordilleras Béticas.

b.       Emergen tierras situadas entre las nuevas cordilleras (Pirineos y Sistema Bético) y la meseta: son las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Han permanecido como zonas llanas, con materiales blandos (al haber estado sumergidos), al no haber sido afectadas luego por ninguna otra orogénesis.

c.        La presión de la orogenia alpina también afectó a la meseta central. Se inclinó hacia el Atlántico, determinando la orientación de la mayoría de los ríos actuales. En segundo lugar, se formaron los rebordes montañosos de la meseta al plegarse los materiales sedimentarios depositados en la era Secundaria: zona oriental de la Cordillera Cantábrica y  Sistema Ibérico, y al sur Sierra Morena (ésta se forma por el empuje ejercido por el Sistema Bético). Finalmente, el corazón de la meseta, formado por materiales duros y rígidos, se fractura levantando bloques y rejuveneciendo antiguas montañas: surgen así el Macizo Galaico y las sierras interiores: Sistema Central y Montes de Toledo.

 

d.       Finalmente, la orogénesis alpina también provocó hundimientos de terrenos, creando las depresiones por las que transcurrirán los ríos Duero, Tajo y Guadiana, formándose a continuación cuencas sedimentarias.

 

5-       Era Cuaternaria (últimos dos millones de años): Se producen dos fenómenos: el glaciarismo y la formación de terrazas fluviales. El glaciarismo afectó a las cordilleras más elevadas, dando lugar a glaciares de circo y de valle. Los glaciares son grandes acumulaciones de hielo en las cabeceras de los valles, hallándose rodeados de montañas. Los glaciares de valle surgen cuando el hielo es tan abundante que se desplaza de su sitio original (el circo o depresión) desparramándose valle abajo. Los principales están en los Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sistema Bético-Sierra Nevada (son los lugares donde actualmente se practica el esquí).

Después del glaciarismo se formaron las terrazas fluviales, una especie de escalonamiento del terreno creado por la fuerza erosiva de los ríos: se funden los hielos, aumentan su caudal cuando, ahondan su cauce dejando y depositan a ambos lados materiales sedimentarios.En cuanto a los archipiélagos, las islas Baleares son un eslabón entre la Cordillera Bética y la Cordillera Costero-Catalana. Mallorca e Ibiza son fragmentos emergidos de la primera, mientras que Menorca es una continuación de la segunda. En todas las islas predomina el roquedo calizo. Las costas son acantiladas allá donde las montañas llegan hasta el mar (norte de Mallorca y Menorca); en el resto predominan las playas.Las islas Canarias son de naturaleza volcánica. Se originaron en el Terciario, cuando la orogénesis alpina rompió el fondo del Atlántico y a través de sus fracturas ascendieron grandes masas de rocas volcánicas que dieron lugar a las islas. Las costas se han reformado varias veces por la acción de los volcanes, predominando los acantilados sobre las playas.

 

 

 III. EL ROQUEDO PENINSULAR Y LOS TIPOS DE RELIEVE

En la Península se distinguen tres áreas dependiendo de la naturaleza de su roquedo, dándose en cada una distintos tipos de relieve:

1-             El área silícea: se compone de rocas duras, procedentes del Precámbrico y el Primario, extendiéndose por el oeste peninsular, con ramificaciones hacia la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena. También se dan en lugares donde quedan restos de macizos antiguos: centro de los Pirineos, Cordillera Costero-Catalana y Sistema Penibético. Las rocas predominantes son la pizarra y el granito; este último se caracteriza por su forma cristalina y rígida. Los agentes erosivos le afectan de distinta forma: el agua lo transforma en arena, el hielo lo fractura, dando lugar a los canchales (acumulación de fragmentos de roca al pie de las montañas). La erosión también produce un paisaje muy típico de este área: los berrocales, grandes bolas granito de aspecto suave, amontonadas, configurando a veces formas caprichosas; en los berrocales hallamos tores (apilamientos) y rocas caballeras (las que se sostienen por su base más estrecha).

2-             El área caliza: se compone de sedimentos del Secundario plegados durante el Terciario, extendiéndose por la mitad oriental de la Cordillera Cantábrica, sur de los Pirineos, Sistema Bético, litoral mediterráneo, Sistema Sudbético, ciertos puntos de Sierra Morena y vegas del Guadiana. La roca predominante es la caliza, que es fácilmente moldeable por el agua originando el llamado relieve cárstico, cuyas formas más singulares son:

a-       Lapiaces o lenares: surcos abiertos por las aguas.

b-       Dolinas: cavidades circulares que se forman donde el agua se queda estancada.

c-       Gargantas: valles estrechos y profundos formados por los ríos.

d-       Poljés: depresiones o valles anchos recorridos por corrientes de agura que desaparecen por un sumidero y continúan circulando bajo tierra.

e-       Cuevas: cavidades que se crean al infiltrarse el agua por las grietas del terreno calizo; en ellas pueden formarse estalactitas (depósitos de cal suspendidos del techo de la cueva que forman las gotas de agua) y estalagmitas (depósitos de cal pegados al suelo de las gotas que caen del techo).

3-             El área arcillosa: está formada por materiales sedimentarios poco resistentes (arcillas, margas y yesos) depositados a finales del Terciario y durante el Cuaternario. Se halla entre el área silícea y el área caliza: submeseta norte, parte oriental de la submeseta sur, depresiones del Ebro y del Guadalquivir. El paisaje es llano, pues no ha sido alterado por orogenias posteriores y la erosión ha actuado muy rápidamente, ya que su roquedo es bastante blando. Pueden quedar, no obstante, restos de materiales duros procedentes de épocas anteriores. La alternancia de rocas duras y blandas da lugar a relieves característicos como:

a-       Mesas o páramos: elevaciones con la cima muy ancha y plana.

b-       Cerros testigo: colinas aisladas rodeadas de llanuras.

c-       Cuestas: elevaciones que tienen por un lado una pendiente suave (dorso de la cuesta) y por el otro lado una pendiente abrupta (frente).

 EVOLUCIÓN GEOLÓGICA Y ROQUEDO. CUADRO RESUMEN: 

ERA CRONO-LOGÍA ACTIVIDAD FORMACIONES RESULTANTES ROQUEDO/ RELIEVE
Precámbrico Hasta hace600 millonesde años Emerge una banda de tierra de NW-SE Elevaciones en el centro de la futura Península Ibérica, erosionadas y de nuevo sumergidas Área Silícea: situada al W de la península. Rocas antiguas y duras: granito y pizarra. Formaciones de canchales– berrocales
Primaria o Paleozoico 600-225 millones años Orogénesis herciniana Provoca la formación de los primeros relie­ves, que luego serán profunda­mente erosionados – Macizo Hespérico (centro)– Macizo del Ebro– Mac. Catalano-Balear– Macizo Bético-Rifeño
Secundaria oMesozoico 225-68 millones de años Etapa de calma orogénica.  Erosión de los relieves formados en la era anterior.  Sedimentación – Meseta central (por la erosión del Macizo Hespérico) – Sedimentación en los bordes de la meseta (que se pliegan en la siguiente orogénesis) Área Caliza: situada al Este y en las depresiones. Se producen las formaciones cársticas a partir de la acción del agua en las rocas calizas. Tipos:Lapiaces o lenaresGargantas y fosasDolinasCuevas y simas
Terciaria 68-2 millones de años Orogénesis Alpina.   Área Arcillosa: formada por materiales sedimentarios, muy blandos, como arcillas, ocupa zonas del centro, así como los bordes del área caliza.Son relieves muy llanos, no afectados por orogénesis.Conviven con zonas de materiales más duros y antiguos, formando paisajes de:Mesas o muelas (colinas con amplias cumbres planas).Cerros testigo: súbitas elevaciones en terrenos llanosCuestas: pendientes suaves
– Plegamiento de áreas recién emergidas (materiales blandos) – Pirineos y Sistema  Bético                         
– Fractura de macizos (materiales duros) – Sistema Central, Montes de Toledo y Macizo Galaico
– Fractura y plegamien­to de rebordes de maci­zos (materiales duros y blandos) – Cordillera Cantábrica,  Sistema Ibérico y Sierra Morena
– Rejuvenecimiento del macizo Catalano-Balear – Cordillera Costero-Catalana
– Emersión de nuevas tierras, no afectadas por la orogénesis – Depresiones del Ebro y del Guadalquivir
Cuaternario Últimos 2 millones de años Glaciarismo– Afecta a las cordilleras más elevadas, creando gla­cia­res de circo y de valle – Formaciones de hielo en las cordilleras Cantábrica, Bética y Pirenaica, Sistemas Central e Ibérico.
– Formación de terrazas fluviales al aumentar la fuerza y el caudal de los ríos en épocas de deshielo  – Depresiones del Tajo,       Duero y Guadiana

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IV. GRANDES UNIDADES DE RELIEVE

 

IV1. LA MESETA. 

     s        Áreas Llanas (antiguo Macizo Hespérico):

                 Submeseta Norte: Recorrida por el Duero, se halla a una altitud de 700-800 metros. Destacan los paisajes de páramos (zonas altas formadas de materiales duros) y campiñas (zonas bajas de materiales blandos)

      Submeseta Sur: Comprende las cuencas del Tajo y Guadiana, separadas por los Montes de Toledo. Se halla a una altitud media de 500-600 metros. Es más común el paisaje de campiña, zonas aptas para el cultivo. Se asienta sobre las pizarras del antiguo zócalo y materiales sedimentarios más recientes

 

s       Sierras interiores (abombamiento y fractura del antiguo Macizo):

      Sistema Central: Separa la Submeseta Norte de la Sur. Está formado por materiales paleozoicos, duros y antiguos, que se fracturaron o elevaron con la orogénesis alpina. Destacan sus cumbres planas, pero también las afectadas por los hielos desde el glaciarismo del Cuaternario. En este sistema se hallan las sierras de Gata, Francia, Gredos, Somosierra y Guadarrama. La altitud máxima la ostenta Almanzor (2.592 m).

      Montes de Toledo: Divide en dos la Submeseta Sur, haciendo de divisoria de aguas de las cuencas del Tajo y Guadiana. Su origen es el mismo que el del Sistema Central. Tiene sierras poco elevadas, suaves, con escasas pendientes, muy arrasadas por la erosión, que ha depositado abundantes materiales en las laderas y valles (rañas). Se compone de las sierras de San Pedro, Montánchez, Villuercas y Altamira. La mayor altitud está en torno a los 1.600 m

 

 

.IV.2. REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA.

s        Macizo Galaico y Montes de León: Están formados por materiales muy antiguos y endurecidos del Precámbrico y Primario, fracturados durante la orogénesis alpina. Son montañas de cumbres redondeadas (por la constante erosión), de escasa altitud, dispuestas en el espacio sin una alineación definida, lo que ha dificultado la comunicación de estas regiones con la Meseta. Afectadas por las glaciaciones, se halla aquí el Lago de Sanabria, el mayor de tipo glaciar de la península.

 

s        Cordillera Cantábrica: Localizada al norte, y alineada W-E, aísla a la Meseta de la influencia marina. No es, por su origen, una cordillera uniforme:

      Zona occidental, o zócalo asturiano: era parte del zócalo de la Meseta, por lo que se compone de materiales duros. Cimas muy afectadas por el glaciarismo: lagos de Covadonga. Máximas altitudes en los Picos de Europa, por encima de los 2.600 m.

      Zona oriental: montañas santanderinas y Montes Vascos, formados sobre rocas sedimentarias del Secundario plegadas en el Terciario. Abundan los paisajes cársticos, sobre todo las cuevas, algunas de las cuales estaban ya habitadas (y decoradas) en la Prehistoria.

 

s        Sistema Ibérico: Cordillera de 400 kms. de longitud que procede del levantamiento del reborde oriental del macizo central. Sigue una dirección, en general, NW-SE, separado la Meseta del valle del Ebro. Tiene dos sectores diferenciados:

 

      Sector NW con dirección SE: Sierras de Moncayo (con cumbres a más de 2.300 m) y de la Demanda y Picos de Urbión. Materiales paleozoicos muy endurecidos.

 

      Sector SE con dirección S: Se compone de materiales del Secundario, y por tanto abundan las calizas y los paisajes cársticos (Ciudad Encantada de Cuenca). Tiene un ramal aragonés (Sierra del Maestrazgo) y otro castellano (Sierra de Albarracín y Serranía de Cuenca).

s        Sierra Morena: Se forma con la fractura del reborde sur del macizo central, actuando de escalón entre la Meseta (desde donde esta sierra es poco perceptible) con el valle del Guadalquivir. Tiene materiales paleozoicos mezclados con calizas, por lo que no faltan paisajes cársticos (grutas de Aracena y del Águila; gargantas de San Nicolás del Puerto, etc.). Destacamos las sierras de Pedroches, Aracena y Tudía.

 

 IV.3. CORDILLERAS PERIFÉRICAS.

s          Pirineos: Formado durante la orogenia alpina, ha sido nuestra frontera física (y muchas veces política) con Europa. Se diferencian dos zonas:

      Central: materiales antiguos y endurecidos fracturados en la orogenia alpina (granitos, cuarcitas, pizarras) y afectados posteriormente por el glaciarismo, siendo comunes los circos, lagos y valles en artesa o U). La altitud máxima corresponde al Aneto (3.404 m).

 

      Laterales: también llamados Prepirineos, se sitúan al N y al S del área central; proceden del plegamiento de materiales sedimentarios, por lo que abundan las calizas, las margas y los barrancos profundos. Los ríos forman valles amplios.

 

s        Prolongaciones pirenaicas:

      Cordillera Costero-Catalana: Cierra al E el valle del Ebro, por lo que le aísla de la influencia del Mediterráneo. Tiene una composición litológica variada, con materiales paleozoicos y calizos, y también volcánicos (posteriores a la orogenia alpina). Sigue una doble alineación: paralela a la costa (Altos del Garraf) e interior (Montseny, Montserrat).

 

      Montes Vascos: su litología es del Secundario. Montañas de escasa altura y cumbres suaves.

 

s        Cordilleras Béticas: Se sitúa en la zona de contacto entre las placas africana y euroasiática y todavía está activa desde el punto de vista sismológico. Resulta difícil estudiarla como un conjunto, puesto que tiene una enorme extensión, una orientación compleja y una gran variedad litológica.

      Cordillera Penibética: Bordea la costa mediterránea, desde Gibraltar al cabo de Palos. Predominan los materiales del Paleozoico, erosionados con el glaciarismo; precisamente aquí hallamos las nieves más meridionales de Europa. Integra algunos de los picos más elevados de la península: Mulhacén (3.478 m) y Veleta (3.392 m).

      Cordillera Sudbética: Se localiza al interior, con materiales del Secundario y del Terciario muy plegados por la orogenia alpina. Abundan los paisajes cársticos. Sierras de Cazorla, Ubrique y Grazalema.

 

IV.4. DEPRESIONES: formadas en la segunda mitad del Terciario con materiales sedimentarios depositados por el mar. Son tierras llanas, posteriores a las orogenias, en las que los ríos han abierto amplios cauces.

 

s        Depresión del Ebro: Tierras hundidas y aisladas del mar al estar rodeadas de cordilleras, de ahí sus rasgos continentales desde un punto de vista climático (temperaturas extremas y sequedad). En su origen era un brazo de mar que al cerrarse al E se convirtió en lago, por lo que conserva materiales sedimentarios marinos, unidos luego a otros de procedencia continental. Esta variedad explica las distintas calidades en sus tierras, unas muy fértiles y otras estériles (Monegros).

s        Depresión del Guadalquivir: Al contrario que la del Ebro, ésta está abierta a la influencia atlántica por la desembocadura del río, y se compone mayormente de materiales sedimentarios de origen marino, por lo que abundan las tierras fértiles para el cultivo. De su antigua condición de terreno sumergido conserva aún el paisaje de marismas.

 

IV.5. EL RELIEVE INSULAR.

s        Archipiélago Balear: Está formado por tres islas mayores (Mallorca, Menorca y Eivissa) y dos menores (Formentera y Cabrera), que en realidad son una continuación de la Cordillera Sudbética (Mallorca y Eivissa, con predominio de materiales del Secundario y Terciario) y de la Costero-Catalana (Menorca, con materiales del Primario). Destaca la Sierra de Tramuntana.

s        Archipiélago Canario: No tiene ninguna relación ni morfológica ni geológica con la península, y apenas alguna con el continente africano, del que le separan 100 kms. Se compone de 7 islas (Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife, Gomera, La Palma, Hierro) y numerosos islotes. El origen de este archipiélago es volcánico, por lo que abundan los relieves y paisajes volcánicos (conos de ceniza, calderas, coladas de lava, roques). El Teide es, además de un volcán, el pico más alto de España; el Timanfaya es otro volcán, y además activo, así que ojo. 

 

V. EL RELIEVE DE EXTREMADURAEl relieve extremeño presenta grandes contrastes entre cordilleras, zonas llanas y valles fluviales. La región se sitúa por completo en la submeseta sur y tiene una altitud media de 500m sobre el nivel del mar, variando entre las llanuras de las vegas del Guadiana, a menos de 200m, y las cumbres de la Sierra de Gredos, a más de 2.000m.

 

V.1. Evolución geológica

Forma parte del antiguo Macizo Hespérico, el área más antigua de la Península, que emergió en el Primario con la orogenia Herciniana y fue erosionada en el Secundario, reactivándose las cordilleras del Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena en la orogenia Alpina del Terciario. Dominan los materiales antiguos endurecidos (granito, pizarra, cuarcita), es decir, el paisaje silíceo, aunque también existen zonas con materiales sedimentarios más recientes en las vegas del Guadiana y entre el Tajo y el Tiétar, así como áreas cársticas en Sierra Morena. El glaciarismo del cuaternario apenas afectó a las cumbres más elevadas de la Sierra de Gredos.

 

V.2. UNIDADES DE RELIEVEDe norte a sur tenemos las siguientes:

 

1-       Sistema Central: Está formado por las sierras de Gata, Francia y Gredos; en esta última se halla la cumbre más elevada de la región, el Calvitero, situado a 2.400m. De origen herciniano, formado con materiales muy duros, el sistema fue rejuvenecido y fracturado en la orogénesis Alpina. La erosión ha dejado cumbres suaves y redondeadas en las sierras de Gata y Francia, y cumbres más elevadas y escarpadas, separadas por profundos valles, en la de Gredos.

 

2-       Valle del Tajo: Discurre por tierras llanas, casi siempre muy encajonado y difícil de acceder a él (lo que explica la escasa densidad de población que se registra en sus inmediaciones), aunque otras veces forma amplias vegas aptas para el cultivo (Tiétar, Alagón, Jerte). Sus aguas están muy aprovechadas gracias a los numerosos embalses para producción hidroeléctrica y regadíos; los mayores son los de Alcántara, Valdecañas y Gabriel y Galán.

 

3-       Montes de Toledo: En la parte extremeña de esta cordillera se encuentran las sierras de Villuercas, Montánchez y San Pedro. Sirven de divisoria de aguas entre las cuentas del Tajo y el Guadiana. Están formadas con materiales muy duros y antiguos y cumbres, bien redondeadas, bien en forma de crestas (relieve apalachense), con abundancia de rañas.

 

4-       Penillanura trujillano-cacereña: Terrenos también muy antiguos de pizarras y cuarcitas convertidos en penillanura tras millones de años de erosión y sedimentación.

 

5-       Valle del Guadiana: El río discurre con pasmo y tranquilidad por amplias llanuras de materiales sedimentarios fértiles, muy aptos para el cultivo (vegas). Consta también de grandes pantanos como el de Alqueva, La Serena, García de Sola, Alange y Orellana que abastecen una de las zonas más extensas de regadío de España.

6-       Zonas llanas de Badajoz: Tierra de Barros, La Serena, llanuras de Olivenza y Campiña Sur. Área de gran planicie salpicada a veces de relieves montañosos aislados.

 

7-       Sierra Morena: Separa a Extremadura de la Depresión del Guadalquivir. En ella se encuentran las sierras de Jerez, Tudía (el pico más elevado es Tentudía, a 1.100m, que se ve desde tu ventana), San Miguel y Hornachos. Son de escasa elevación. Materiales silíceos y a veces calizos, con abundancia de minas. 

 

ACTIVIDADES PARA EL VIERNES 23 DE OCTUBRE

Buenos días a tod@s.

 

Debéis realizar las siguientes actividades en clase:

 

PÁGINA 81: ACTIVIDADES NÚMERO 42, 43 Y 44.

Una vez hecho esto, y ayundándonos con los ejemplos de la página 69, hacemos la actividad número 45 de la página 81.

 

Un saludo. Nos vemos.

Tema II.2.- La organización terrritorial: Los desequilibrios territoriales.

TEMA II.2:LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL: LOS DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES

  

Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente.

I. TIPOS DE RECURSOS.

Los recursos son los elementos disponibles necesarios para las actividades económicas. Se caracterizan por ser variados, limitados y estar desigualmente distribuidos, por lo que tienen una importancia decisiva en los desequilibrios territoriales que existen en España.

 I.1. RECURSOS NATURALES O CAPITAL REAL.

Nos referimos a los siguientes:

þ  Minerales: pueden ser metálicos (hierro, cobre), no metálicos (cloro, potasio) y de cantera (mármol, granito), y su destino es la transformación industrial y la construcción.

þ  Energéticos: de origen mineral o no renovables y agotables (petróleo, gas, carbón) o no minerales, renovables e inagotables (agua, sol, viento)

þ  Orgánicos: son los obtenidos de la agricultura, ganadería, pesca, caza, recolección y explotación forestal. Son recursos en sí mismos, de consumo directo, o bien materias primas para su transformación industrial.

þ  Turísticos: se trata de todo recurso natural que permite un aprovechamiento económico: playas, montes, nieves, paisajes naturales. El patrimonio monumental es también un recurso turístico, pero no un recurso natural.

Antiguamente, estos recursos eran los verdaderos indicadores de la riqueza de un país. A partir de ellos, y especialmente donde abundaban los recursos minerales, se inició el despegue industrial. Actualmente siguen siendo importantes, pero no decisivos para el desarrollo económico, puesto que la mejora de las comunicaciones permite su transporte hasta donde no existan (excepto los turísticos), aparte que, además de tenerlos, hay que disponer de capacidad para transformarlos y comercializarlos in situ. Si se exportan se pierden buena parte de la riqueza que generan.

I.2. RECURSOS FINANCIEROS.

Es el dinero necesario para explotar los recursos naturales y poner en funcionamiento todos los sectores productivos. Si no se dispone de recursos financieros, no se pueden extraer ni transformar in situ las riquezas naturales (otros vendrán que lo hagan), de ahí que haya países y regiones españolas que, aunque las tengan de sobra, sean pobres sin remedio ante la falta de inversión (Brasil, Extremadura), y otros que, no teniendo otra cosa que dinero, puedan adquirir todo lo necesario para su desarrollo (Madrid, Japón, etc.). En España, la falta de grandes capitales (es decir, la ausencia de una clase burguesa poderosa, excepto en Cataluña y Euskadi) impidió en su día tomar el tren de la revolución industrial a tiempo y posibilitó que empresas extranjeras se hicieran con el control de buena parte de la economía nacional.

Los recursos financieros pueden ser de origen privado o público. Se supone (y a veces es mucho suponer) que los segundos han de llegar donde no llegan los primeros: construcción de infraestructuras, posibilitar el desarrollo de regiones atrasadas, creación de consorcios públicos (INI, ahora SEPI), subvenciones a las nuevas empresas, etc.

I.3. RECURSOS HUMANOS:

Se trata de la mano de obra, y conviene distinguir entre:

þ  Cantidad: la abundancia de población facilita la contratación de mano de obra, la abarata, y ofrece a la vez un mercado cercano para la venta del producto.

þ  Calidad: la cualificación o formación profesional de la mano de obra de un lugar es cada vez más decisiva para la instalación de una empresa, puesto que éstas se renuevan continuamente desde el punto de vista tecnológico y necesitan gente preparada. Para ello existen los llamados parques tecnológicos en las regiones más desarrolladas, que ofrecen trabajadores cualificados, servicios empresariales especializados, espacio industrial e infraestructuras. España, sin embargo, sigue mostrando carencias importantes en la formación profesional y en la investigación.

þ  Los costes salariales: son una parte esencial de los costes de producción, por lo que los salarios moderados y bajos son un incentivo para la instalación de empresas que precisen de bastante mano de obra no cualificada, de ahí que muchas de ellas tengan ahora como destino preferente los países del Tercer Mundo, donde pagan cuatro perras, pueden contratar a menores en condiciones de semiesclavitud e imponen la normativa laboral a su gusto. Se trata del fenómeno conocido como deslocalización.

Los recursos financieros y humanos generan una riqueza conocida como valor añadido, que son los beneficios que produce una actividad económica al transformar y comercializar los recursos naturales, de ahí la importancia que supone poder hacerlo in situ y por empresas propias que reinviertan sus beneficios en la región. A nivel mundial, y también nacional, destacan aún los contrastes existentes entre las regiones que producen recursos naturales y las que los transforman, situación que genera flujos migratorios desde las zonas más pobres (aunque con recursos naturales) a las más ricas (que precisan de recursos humanos y disponen de recursos financieros).

I.4. RECURSOS ESPACIALES.

El emplazamiento territorial es importante porque, si es bueno, atrae las inversiones foráneas y permite un acceso rápido y cómodo a los mercados de materias primas y de consumo. Un buen emplazamiento es, por ejemplo, la cercanía a áreas desarrolladas (éstas invierten en su entorno, que puede ser atractivo por el menor coste de la mano de obra, los incentivos oficiales o la mayor tolerancia en la legislación medioambiental), y disponer de buenas redes de comunicaciones que aligeren y abaraten los transportes. En España, el valle del Ebro es, por todo ello, un ejemplo de buen emplazamiento para la empresa, y Extremadura lo contrario.

 II. LOS DESEQUILIBROS TERRITORIALES EN ESPAÑA.

Las diferencias entre las distintas regiones en cuanto a su desarrollo económico se relacionan, en primer lugar (es tanto causa como consecuencia), con la distribución de la población. A grandes rasgos, tenemos un interior despoblado y económicamente poco dinámico, que aún no ha conocido un proceso de industrialización completo, y una periferia poblada y dinámica gracias a la industria y el turismo. La crisis mundial de 1973 introdujo algunas variantes, pero no ha alterado totalmente el panorama. Vamos a clasificar a las regiones en tres grandes grupos:

II.1. REGIONES DE GRAN DINAMISMO ECONÓMICO.

þ  Eje del Ebro: La Rioja, Navarra y Zaragoza: Se beneficia en primer lugar de buenos recursos espaciales, al estar en el centro del cuadrilátero más desarrollado de España: Madrid/P. Vasco/Cataluña/Valencia, con infraestructuras modernas. Su estructura empresarial, al concentrarse en negocios muy diversificados de pequeño y  mediano tamaño de capital propio, y tecnificados, le libra en parte de las crisis generales. Otra ventaja es la capacidad para transformar in situ sus recursos orgánicos (vinos, etc.)

þ  Territorios insulares: el sector servicios, sobre todo el turismo, ha sido el motor de su desarrollo, aunque Baleares tiene cierto peso industrial y Canarias tiene una agricultura orientada al mercado (plátano, flores…). No obstante, la excesiva especialización de sus economías en un sector tan sujeto a fluctuaciones como el turismo, el sacrificio de los otros sectores productivos y el impacto medioambiental pueden tener consecuencias negativas en el futuro.

þ  Arco mediterráneo: Cataluña, Valencia y Murcia: Tienen economías diversificadas, con todos los sectores desarrollados: el Primario es muy competitivo, orientado a la exportación, y se sirve de la industria para la transformación de sus productos; industria que, además, tiene gran tradición y está sólidamente implantada; el sector Terciario  se centra en el turismo, el comercio y las comunicaciones. Entre los riesgos se halla el tamaño reducido de la empresa, la dependencia de capitales y tecnología foráneos, la necesidad de modernizar ciertos sectores industriales como el textil, calzado, cerámica, juguetes, etc., a los que la competencia de los países del Tercer Mundo (menores costes salariales) le está haciendo mucho daño, la presencia de actividades en declive (siderurgia, astilleros) y el deterioro medioambiental, que en el futuro puede hacer ahuyentar a un turismo cada vez más exigente.

þ  Madrid: Excepto recursos naturales, dispone de todos los demás: espaciales (centricidad, capitalidad, comunicaciones), humanos (abundancia de población y mano de obra cualificada) y financieros. El sector industrial se centra en la producción de bienes de consumo y de alta tecnología, y el sector servicios en la primera red comercial y bancaria del país.

II.2. REGIONES INDUSTRIALES EN RECONVERSIÓN.

Se trata de Asturias, Cantabria y el País Vasco, afectadas por la gran crisis industrial de los años 70 y 80. Fueron en su día polos de desarrollo gracias a sus riquezas minerales y energéticas, pero especializaron en exceso sus economías en sectores mineros (carbón, hierro) e industriales (siderurgia, química) que ya no son competitivos, han tenido que reconvertirse a la fuerza (o sea, cerrar o reducirse) y han dañado enormemente el medio ambiente (lo que evita su explotación turística). También el sector Primario, o lo que quedó de él, se centró demasiado en la ganadería bovina (vacas lecheras), la más perjudicada de todas por el ingreso de España en la UE. En los últimos años parece que la crisis está remitiendo, sobre todo en el País Vasco, pero la desindustrialización que han padecido y la pérdida de efectivos demográficos (emigración ante el paro, escasa natalidad, envejecimiento de la población…) van a pasar aún factura.

II.3. REGIONES ATRASADAS.

Ambas Castillas, Andalucía, Galicia, Aragón exceptuando Zaragoza y Extremadura tienen razones comunes que explican su escaso dinamismo económico: ante todo, un sector primario (el que menos riqueza genera) que tiene aún mucho peso en sus economías, poco competitivo, que genera rentas muy bajas y excedentes de mano de obra que no han podido ser absorbidos por un tejido industrial muy escaso, lo que ha motivado el incremento del paro y la emigración; con esta última se ha ido la mejor mano de obra (recursos humanos). Su localización periférica (recursos espaciales), la deficiente red de comunicaciones y un mercado pequeño y de escasa capacidad adquisitiva las hace poco atractivas para la instalación de empresas. En los últimos años aparecen signos de vitalidad en determinadas zonas: mejoras agrarias e industriales, lento desarrollo de las comunicaciones, atisbos de desarrollo endógeno (industria alimentaria, turismo rural, etc).

 III. LOS INDICADORES DE DESARROLLO.

Para determinar el grado de desarrollo o dinamismo económico de una región se han de tener en cuenta los siguientes factores:

III.1. EL PRODUCTO INTERIOR BRUTO (PIB). Mide la aportación de cada comunidad al PIB nacional. Las que más aportan son, por este orden: Cataluña, Madrid, Andalucía y Valencia, cada una con más del 10%. Tienen en común sus potencialidades espaciales (territorios grandes o bien emplazados) y demográficos. La presencia de Andalucía demuestra, sin embargo, que un elevado PIB no siempre está en consonancia con una elevada renta per cápita. También se tiene en cuenta el llamado PIB sectorial, lo que aporta cada sector económico (I, II, III) en el conjunto del PIB; en toda España, el sector que más produce es el Terciario y el que menos el Primario. Las comunidades más ricas son aquellas en las que el Primario (el sector que menos valor añadido genera) aporta a sus economías un porcentaje muy bajo, y el Secundario y el Terciario, en cambio, están muy desarrollado: se trata de Madrid, Cataluña, País Vasco y Baleares.

III.2. LA RENTA PER CAPITA, o nivel de vida. Aunque es un medidor fiable del dinamismo económico, a veces oculta grandes diferencias sociales (muchos ricos, pero también muchos pobres, por ejemplo, EE UU). En España se dan grandes desequilibrios, con regiones que igualan e incluso superan la media europea comunitaria (por este orden: Baleares, Madrid, Cataluña, Navarra, La Rioja, País Vasco y Aragón) y otras situadas muy por debajo (las podemos imaginar). Existen dos recursos financieros (pero insuficientes y en peligro de extinción, advirtamos) que intentan compensar estas desigualdades poniendo los medios para que las regiones más atrasadas se vayan situando al nivel de las demás: el Fondo de Compensación Interterritorial, que distribuye el gobierno central, y del que Andalucía se lleva el 27%, Galicia el 11 y Extremadura y otras cerca del 7%, pero también Cataluña, fíjense, consigue apañar más del 10%; y los Fondos Estructurales de la UE, destinados a la construcción de infraestructuras y dotaciones sociales, y que benefician sobre todo a Andalucía (absorbe el 35% del total), ambas Castillas, Galicia y Extremadura (8%). Estos últimos fondos van a cesar muy pronto y pasarán a beneficiar a los países del este de Europa que han ingresado recientemente en la UE, que son más pobres que España.

III.3. LA CALIDAD DE VIDA. Aunque guarda mucha relación con el PIB y la renta per capita, es preciso tener en cuenta que a menudo el desarrollo económico se ha realizado a costa del medio ambiente, las condiciones laborales, etc. De ahí que, por ejemplo, el Reino Unido o Alemania tengan un renta per cápita superior a la española, pero están clasificadas por detrás en cuanto a la calidad de vida. Otro ejemplo lo tenemos en Japón y las nuevas y potentes economías asiáticas, donde el crecimiento se hace a costa de un enorme esfuerzo laboral. Las referencias que se toman para determinarla, además de los indicadores anteriores, son el nivel de desempleo, el acceso a servicios culturales, sociales y sanitarios, el acceso a la vivienda, el número de espacios naturales y lugares de ocio, la esperanza de vida, la seguridad ciudadana y hasta el buen tiempo. En España, las comunidades que se considera tienen mejor calidad de vida son La Rioja, Baleares y Castilla y León; y las que peor: Extremadura, Andalucía, Murcia, País Vasco, Ceuta y Melilla.

III.4. EL NIVEL DE CONSUMO. Tiene una relación directa con la renta per cápita, puesto que clasifica a las comunidades de acuerdo con la capacidad adquisitiva, de compra, de sus pobladores. Se toman como referencias datos como el número de líneas telefónicas, automóviles, entidades bancarias, etc. por cada 1.000 habitantes. Lideran la clasificación Madrid, Navarra, Baleares y Cataluña, y la cierran Extremadura y Castilla la Mancha.

Tema II.1.- La organización territorial: La España de las autonomías.

TEMA II.1:

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL:

                                 LA ESPAÑA DE LAS AUTONOMÍAS

   Profesor: Felipe Lorenzana de la Puente

 

 

  I. EVOLUCIÓN HISTÓRICA.

La actual ordenación de España en comunidades autónomas procede de la Constitución de 1978. Se trata, pues, de un hecho reciente, aunque hunde sus raíces en la historia de un país que durante siglos ha tratado de encontrar la mejor forma de administrar su territorio.

 

* En la época prerromana, la Península Ibérica era un mosaico de pueblos independientes entre sí y carentes de una organización estatal sólida, exceptuando ciertos casos como el reino de Tartessos.

 

* En la época de la dominación romana (218 a.C. hasta finales del siglo V), la península recibe el nombre de Hispania. Roma la unifica económica y culturalmente (romanización) y en lo administrativo la divide en cinco provincias:

ü  Tarraconensis (capital en Tarraco)

ü  Carthaginensis (Carthago Nova)

ü  Baetica (Hispalis, después Corduba)

ü  Lusitania (Emerita Augusta)

ü  Gallaecia (Bracara Augusta)

 

* Durante el Reino Visigodo (fines del siglo V hasta 711, fecha de la invasión musulmana) la península aparece por vez primera en su historia como un estado independiente y unificado, Se ubica la capital en Toledo y se respeta la división provincial romana. Cada provincia se subdivide en ducados, territorios bajo la autoridad de un dux, o duque. A su vez, la Iglesia se organiza territorialmente en diócesis (divisiones que se van a mantener casi inmutables con el paso de los siglos) y sus obispos se reúnen en los Concilios de Toledo, primer órgano de representación territorial en la historia española, aunque sólo de ámbito eclesiástico.

 

* Durante la Edad Media, la península conoció dos realidades políticas, religiosas, económicas y sociales muy diferentes:

1- al-Andalus: la España musulmana, surge en el siglo VIII y fue un país unificado durante las etapas del Emirato y del Califato (con capital en Córdoba); se dividía en provincias o coras. El Califato se fragmentó a partir del siglo XI, surgiendo los reinos de taifas. La última taifa fue la del reino de Granada, conquistada por los Reyes Católicos en 1492. Una de las taifas fue la de Batalyws (Badajoz), dominada por la dinastía de los Aftasidas.

2- En la España cristiana llegaron a existir (aunque no simultáneamente) 10 reinos independientes, que se irán agrupando formando reinos más amplios hasta llegar a la unificación completa de la península en el siglo XVI: 

 

 

Asturias   Reino de León  Reino de Castilla y León   España(unión dinástica bajo los Reyes Católicos en 1479)    España (incorpo-ración de Navarra en 1512)    España (incorporaciónde Portugal entre 1580 y 1668)
Galicia
León
Castilla  
Aragón  Corona de Aragón
Cataluña
Valencia
Mallorca
Navarra    
Portugal  

 

En la Edad Media no existían las provincias, es decir, divisiones territoriales que se situasen entre el poder central y el poder local. Éste se organizó en torno al ayuntamiento, gobernado a su vez por un conjunto de regidores (el regimiento) que se reunía en cabildo.

 

 

* Durante la Edad Moderna, y desde los Reyes Católicos (finales S. XV) , España es una realidad política, un país unificado, si bien los territorios de la Corona de Aragón, los territorios forales vascos y Navarra (incorporada en 1512) siguieron manteniendo sus instituciones, sus aduanas, su moneda, su sistema fiscal, etc. También Canarias, agregada a Castilla en el siglo XV, quedó al margen de la organización provincial. Nada cambió durante el tiempo que reinó la dinastía de los Austrias (1516-1700). La organización territorial era la siguiente: 

 

 

       ESPAÑA    CORONA DE CASTILLA(organización centralizada) Territorios forales vascos / Canarias
Galicia Valladolid Guadalajara
Zamora Ávila Extremadura
León Segovia Jaén
Toro Soria Córdoba
Salamanca Madrid Sevilla
Palencia Cuenca Granada
Burgos Toledo Murcia
 CORONA DE ARAGÓN(organización “federativa”) Aragón  
Cataluña
Valencia
Mallorca
REINO DE NAVARRA  
REINO DE PORTUGAL(1580-1668)

 

Cada una de las provincias de Castilla, excepto los territorios vascos, se configuró en torno a las ciudades que tenían voto en las Cortes de Castilla. Todas ellas, excepto Toro, siguen siendo hoy en día provincias. Las provincias, su vez, se dividían en partidos, llamados también corregimientos o gobernaciones. Los partidos eran agrupaciones de municipios cuya máxima autoridad ejecutiva y judicial era el corregidor o el gobernador.Durante la dinastía de los Borbones (1701-1833) ocurren los siguientes cambios:

ü  Aprobación de los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), de carácter centralizador, que van a acabar con el federalismo aragonés. Los reinos aragoneses pierden su autonomía y se gobiernan igual que Castilla. Se dividirán, como en ésta, en corregimientos. Sólo los vascos y navarros mantienen sus fueros.

ü  Establecimiento de intendentes en todas las provincias españolas con la finalidad de consolidar la estructura territorial.

ü  Creación de la nueva provincia de La Mancha.

 

 

* La Edad Contemporánea comienza con la división provincial propuesta por el ministro de Fomento Javier de Burgos en 1833, creándose 49 provincias, a las que más tarde se agregará la número 50 con la división en dos de Canarias. Se trata de las 50 provincias actuales, a las que hay que añadir las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla. Sobre los mapas, existía la región como agrupación de provincias (por ejemplo Extremadura), pero no funcionaba como tal, pues carecía de instituciones comunes. España se constituye como un Estado centralizado, por lo que ni las provincias ni las regiones tenían autonomía para gobernarse.

En 1873, durante la efímera Primera República, se pretendió crear un Estado federal dividido en 15 circunscripciones, a la vez que surge el movimiento cantonalista, mediante el cual varias ciudades proclaman su independencia. Vuelve el modelo de Estado centralizado durante la Restauración (1874-1923). Este largo período ve aparecer los regionalismos y los nacionalismos, especialmente el catalán y el vasco, que exigían, sin conseguirlo, un estatuto de autonomía que reconociese sus diferencias con respecto al resto de España.

La Segunda República (1931-1939) accedió a los deseos autonomistas de Cataluña y el País Vasco, concediéndoseles un estatuto especial, que quedó sólo en proyecto en el caso de Galicia. Durante la larga y tediosa etapa del Calvillo (1939-1975) se volvieron a ignorar las diferencias regionales, estableciéndose una fuerte centralización. Finalmente, será la Constitución de 1978 la que imponga el actual Estado de las Autonomías. 

 

 

II. EL FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS. 

La Constitución de 1978 establecía la indisoluble unidad de España, al tiempo que reconocía el derecho a la autonomía de las regiones que libremente la solicitasen. Autonomía es, pues, el reconocimiento del derecho al autogobierno, y Comunidad Autónoma es el territorio que goza de las competencias que le ha delegado el gobierno central. Para convertirse en comunidad se requería una agrupación de provincias limítrofes con caracteres históricos, culturales o económicos comunes.

 La Constitución establecía, además, dos vías para acceder a la autonomía:

ü  Artículo 151, o vía rápida: se podían acoger a ella las nacionalidades históricas, aquellas que ya habían disfrutado en algún momento de su historia de un estatuto, o que tenían lengua propia. Se trataba de Cataluña (capital en Barcelona), País Vasco (Vitoria) y Galicia (Santiago de Compostela). Accederían en poco tiempo a la autonomía con un nivel máximo de competencias.Posteriormente se acogió a esta vía Andalucía. Su capital quedó establecida en Sevilla.Navarra accedió también a un alto grado de autonomía por una vía especial, llamada “amejoramiento de fuero”. Su capital, Pamplona.

ü  Artículo 143, o vía lenta: el resto de las comunidades podía acceder a la autonomía después de un período transitorio de 5 años, y las competencias (menores que en los casos anteriores) las lograrían poco a poco, proceso que ha terminado hace unos años. A partir de 1983 accedieron por esta vía:  

         Asturias (capital en Oviedo)                           Murcia (Murcia)Cantabria (Santander)                                     Valencia (Valencia)Castilla y León (Valladolid)                           Aragón (Zaragoza)La Rioja (Logroño)                                           Extremadura (Mérida)Castilla la Mancha (Toledo)                          Canarias (Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas)Madrid (Madrid)                                               Islas Baleares (Palma de Mallorca)

ü  Ceuta y Melilla han obtenido recientemente el reconocimiento de ciudades autónomas.Cada comunidad está dividida en provincias, y éstas a su vez, si no existe una comarcalización precisa, en municipios, integrados en su dirección política por el alcalde y el pleno de concejales, y cuya misión más destacada es gestionar los servicios públicos.

La institución más importante de cada provincia es la Diputación, encargada de coordinar los servicios de los ayuntamientos y cooperar con ellos. El gobierno central nombra a un delegado en cada comunidad para dirigir la administración del Estado, y este nombra subdelegados para las provincias.

La norma básica de cada comunidad es el Estatuto de Autonomía. Es como una constitución de ámbito regional. En él se regula el funcionamiento de las instituciones autonómicas y se recogen sus competencias, las cuales refieren básicamente a los siguientes aspectos:

ü  Políticas: elección y funcionamiento de las instituciones de autogobierno, que son:

§  El presidente (lehendakari en el País Vasco, president en Cataluña), elegido por la asamblea.

§  El gobierno autónomo (Generalitat en Cataluña y Valencia), elegido por el presidente. Tiene los poderes ejecutivos, y se divide en consejerías (equivalentes a los ministerios del gobierno central).

§  La Asamblea (Cortes en Castilla y León, en Castilla la Mancha, en Navarra, en Aragón y en Valencia; parlament en Cataluña): cámara legislativa encargada de elaborar las leyes de ámbito regional y de controlar al gobierno autónomo. Sus miembros (diputados, procuradores) son elegidos por sufragio universal directo cada 4 años.

§  El Tribunal Superior de Justicia, máximo órgano de apelación de la comunidad autónoma.

 

ü  Económicas: administración y fomento de la agricultura, la ganadería, los recursos forestales, el desarrollo industrial, caza y pesca, turismo, ferias y certámenes, etc.

ü  Infraestructuras, transportes y comunicaciones: inversión y gestión de obras públicas, vías terrestres, concesión de licencias de radio y televisión autonómicas, etc.

ü  Ordenación del territorio: comarcalización, urbanismo, medio ambiente, vivienda.

ü  Cultura, patrimonio y deporte.ü  Enseñanza: centros, profesorado, diseño parcial de los planes de estudio, etc.

ü  Sanidad y asistencia social.

ü  Empleo: fomento de los puestos de trabajo, gestión de las oficinas de desempleo.

ü  Las nacionalidades históricas (Cataluña y País Vasco) tienen también competencias en materia de seguridad, con sus propios cuerpos de policía: moços d’escuadra y ertzantza, respectivamente.

ü  El País Vasco y Navarra disponen de autonomía fiscal: recaudan todos los impuestos y conciertan con el estado la parte que han de pagarle, llamada cupo.Las competencias no fijadas en los estatutos pertenecen al gobierno central de Madrid (defensa, política exterior, hacienda, justicia, entre otras).

Muchas de las competencias de las que gozan las comunidades no son plenas, sino compartidas con el gobierno central. Por ejemplo, en Educación Madrid se reserva el establecer y modificar los planes de estudio; en infraestructuras hace lo propio con los puertos, aeropuertos, las carreteras nacionales y las líneas férreas; en empleo, establece el salario mínimo; en sanidad autoriza nuevos ámbitos de investigación científica (experimentación genética, etc.).

En los últimos años las autonomías han reclamado una ampliación de sus competencias, reformando sus estatutos. La carrera por ganar más cuotas de autogobierno se inició en 2003 con el llamado Plan Ibarretxe, que pretendía aumentar significativamente las competencias del gobierno vasco, llegando incluso a pedir el derecho a la autodeterminación, sin lograrlo. Poco después, Cataluña incrementó sus poderes hasta el punto ser hoy día un país casi independiente. Desde 2006 se han modificado casi todos los demás estatutos autonómicos, asumiendo más competencias y aumentando también la confusión. Al no estar fijado el tope de funciones que puede desempeñar una comunidad, ésta es una materia siempre polémica y motivo de broncas políticas. Por lo normal, si el gobierno central se halla en minoría y necesita el apoyo de partidos nacionalistas o regionalistas, la contrapartida que éstos exigen es lograr más poderes y más dinero para sus comunidades. 

 

 

III. LA FINANCIACIÓN DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS.

Asunto de enorme complejidad y de constantes disputas políticas es el de la financiación, es decir, conseguir los dineros suficientes para que puedan ponerse en marcha todas las competencias asumidas por los gobiernos autónomos. Tales recursos pueden ser de origen europeo, estatal o autonómico:

ü  Fondos procedentes de la Unión Europea, son los fondos estructurales y los fondos de cohesión (los más conocidos son el FEDER y el Fondo Social Europeo), cuya misión es fomentar el desarrollo de las regiones más atrasadas (cuya renta se sitúa por debajo del 75 % de la media europea) construyendo infraestructuras, ayudando a las regiones en declive industrial, impulsando la economía de las áreas rurales, subvencionando a los agricultores y fomentando la formación profesional y el empleo. Estos fondos se acabarán muy pronto y pasarán a beneficiar a los países del este de Europa, más pobres.

ü  Transferencias del Estado: se trata de la participación en los ingresos del Estado (PIE), mediante el cual se cede a las autonomías una parte de los ingresos del estado, dependiendo de la cantidad de competencias asumidas; lo contrario sucede en el País Vasco y Navarra, que, como ya se ha dicho, gozan de una situación especial, puesto que su régimen foral establece su propia administración fiscal y conciertan con el Estado la cantidad que deben entregarles a éste.Otras cantidades se obtienen de transferencias de la Seguridad Social para sanidad y servicios sociales. Por último, se hallan los ingresos procedentes del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y de las asignaciones de nivelación, destinadas a compensar los desequilibrios territoriales, es decir, que se intenta beneficiar, teóricamente, claro, a las comunidades más pobres, financiando inversiones concretas.

ü  Ingresos de la Comunidad Autónoma: se trata de los tributos cedidos por el Estado a la comunidad autónoma, la recaudación de ciertas tasas y de la tarifa autonómica del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), que puede ser de hasta el 50 %,, aunque este último método de financiación no ha sido aceptado por todas las comunidades.El capítulo financiero no está aún cerrado en la España de las autonomías, y es objeto de frecuentes fricciones políticas con el gobierno central y entre las propias autonomías. El sistema puede cambiar cada año en función de la coyuntura política. Sin financiación suficiente en imposible el desarrollo de las competencias asumidas, lo que perjudica, en definitiva, a los ciudadanos. Por otra parte, los distintos fondos de compensación interterritorial, de Europa o del Estado, destinados a ayudar a las regiones más empobrecidas, han tenido efectos muy positivos, pero no han conseguido corregir los fuertes desequilibrios existentes, siendo evidente hoy día que algunas tienen un nivel de equipamiento, infraestructuras y desarrollo económico inferior a la media europea (Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha). Buena parte de los dineros sirven para alimentar la inmensa maquinaria burocrática (ayuntamientos, diputaciones, consejerías, asambleas, etc.) o para subvencionar actividades de dudosa utilidad social (por ejemplo, las ayudas a los agricultores poderosos, auténticos especuladores del campo; o las políticas de inmersión lingüísticas de las comunidades con lengua propia; o las embajadas que éstas tienen en otros países). La complejidad adquirida por las administraciones autónomas no se compensa con los suficientes mecanismos de control, por lo que con frecuencia aparecen casos de corrupción.La actualidad nos dice continuamente que el estado de las autonomías no es un proceso cerrado.

Todavía nadie sabe cuál es el techo de competencias que se pueden alcanzar, y si va a seguir habiendo autonomías de primera y de segunda, o bien “café para todos”, opción esta última que revienta a catalanes y vascuences, en especial. Se impone, igualmente, simplificar las administraciones regionales, evitando duplicidades absurdas de funcionarios u organismos, exigir una gestión transparente de los fondos, delimitar claramente por parte del Estado cuáles y cuántos son los recursos financieros disponibles y, por último, utilizar las ayudas compensatorias en beneficio exclusivo de las comunidades más pobres.